Para saltar, hay que pisar suelo
pero no para volar
que para sentir no hace falta tocar
ni matar para que haya duelo.
Es en el cerebro, donde se siente
donde se sufre y ama
donde se decide y se miente
donde se enciende la llama.
el tacto ayuda
la piel reclama
el olor, la mirada
la sensualidad de la dama
pero es el cerebro
quien desea, quien adivina
donde el amor se gana.