Ingrid Zetterberg
Miembro Conocido
En el día soñado
Cuando yo creo
que ya todo oscurece,
que ya no hay lirios blancos
en mi paisaje,
tú vienes a mí
y me sorprendes;
traes en tus manos
un nido tibio
de pájaros
celestes.
Y se abre
como una flor silvestre
tu perdón.
De un capullo ignoto
se encendió
la luz
y ofrendó sus pétalos
puros
a mi alma oscurecida;
a mi alma atravesada
por el cuchillo
del dolor.
Y una gran esperanza
aleteó sus alas
de plata
sobre mi balcón.
Y descendieron
aguas aromáticas
para que yo bebiera
de tu paz.
En el día soñado,
yo espero...
Y azules campanas
tañerán desde lejos
anunciando aquellos pasos
húmedos de lluvia,
que se ausentaron.
Y rebosará
de voces y risas
mi ardiente morada.
Dedicado a mi amado Señor Jesucristo
Todos los derechos reservados
S.C. Cta. Nº 1107040430657
Adjuntos
-
60.4 KB Vistas: 12