Caballero de los Geranios
MODERADOR DE ORTOGRAFÍA Y SEMÁNTICA
EN LA PIZARRA DE TU TIEMPO
Con mi espada corto las sombras de tu tristeza
y la música de mis luceros alegra tu taciturna ventana.
Los arpegios de mis crisálidas suspiran en la lumbre de tus pupilas,
cuando tu escultura mueve los robustos pinos
y la pradera de la tarde baila en las gaviotas…
Un murmullo de centellas de mis átomos,
vuela libre en el sendero del misterio de tu alba.
Corona en tu frente la fabulosa diadema del aire,
llena el vacío de tus sueños con el consuelo de mis brisas
y mis pensamientos se alejan de tu fecunda viña de deseos.
Mas tu añoranza arde en las cenizas de las horas
y teje luciérnagas en el pañuelo de tu lluvia.
Mi sangre lleva la semilla del arroyo de tu materia.
Soy tu ingenio tejido con los albores de tu esperanza.
Con el secreto de tu llanto acaricio los rayos de tu aurora
y en mis perpetuos años de luz mi diáfano equinoccio
absorbe energía de la fuente colosal de tu sonrisa…
Una mágica ilusión persiste en el desierto de tus palomas,
donde mis dedos recogen el horizonte de tu olvido.
La lámpara del árbol ilumina mis pasos,
guía la rueda de mis anhelos en los recuerdos de tus nubes
y el enigma del azar vuela en las alas de tus rosas…
Una caracola rompe en súplicas ante la ternura de tu mirada,
con las hélices de su inquietud sacude entre tus ríos.
Yo en la pizarra de tu tiempo
dibujo mis madrigales con las estrellas de mis mágicas acuarelas,
mi atmósfera siembra flores en la sabiduría de tu lengua
inclino hacia ti a los planetas
y consumo la nave jubilosa de mi existencia…
Con mi espada corto las sombras de tu tristeza
y la música de mis luceros alegra tu taciturna ventana.
Los arpegios de mis crisálidas suspiran en la lumbre de tus pupilas,
cuando tu escultura mueve los robustos pinos
y la pradera de la tarde baila en las gaviotas…
Un murmullo de centellas de mis átomos,
vuela libre en el sendero del misterio de tu alba.
Corona en tu frente la fabulosa diadema del aire,
llena el vacío de tus sueños con el consuelo de mis brisas
y mis pensamientos se alejan de tu fecunda viña de deseos.
Mas tu añoranza arde en las cenizas de las horas
y teje luciérnagas en el pañuelo de tu lluvia.
Mi sangre lleva la semilla del arroyo de tu materia.
Soy tu ingenio tejido con los albores de tu esperanza.
Con el secreto de tu llanto acaricio los rayos de tu aurora
y en mis perpetuos años de luz mi diáfano equinoccio
absorbe energía de la fuente colosal de tu sonrisa…
Una mágica ilusión persiste en el desierto de tus palomas,
donde mis dedos recogen el horizonte de tu olvido.
La lámpara del árbol ilumina mis pasos,
guía la rueda de mis anhelos en los recuerdos de tus nubes
y el enigma del azar vuela en las alas de tus rosas…
Una caracola rompe en súplicas ante la ternura de tu mirada,
con las hélices de su inquietud sacude entre tus ríos.
Yo en la pizarra de tu tiempo
dibujo mis madrigales con las estrellas de mis mágicas acuarelas,
mi atmósfera siembra flores en la sabiduría de tu lengua
inclino hacia ti a los planetas
y consumo la nave jubilosa de mi existencia…
