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En una aquietada noche


Aquella aquietada noche, en la soledad de mi casa, sentí algo extraño, una sensación rara, como si alguien me observara. Pensativa, me fui a mi habitación, me dejé caer en la cama, para tratar de tranquilízame.
Entre consultar con la almohada y pelear con las sábanas, caí rendida al sueño.

Exaltada, me desperté inquieta y sudorosa. No me acordaba, si había tenido un mal sueño, que fuera causante de mi inquietud. Algo me oprimía el pecho que apenas me dejaba
respirar, con una sensación extraña,que no me podía explicar.

De repente empecé a recordar mi niñez, con aquellas ilusiones tan lejanas. De mi juventud llena de sueños, que revolucionaban mi corazón.Como si fuera una película…Sorprendida vi, el tiempo pasar aprisa y en su trayectoria, el olvido de los valores de la vida, llegando a mi vejez con el alma vacía.
Extrañada de tan clara visión, quedé aturdida, sin saber que pasaba…


Cada vez, con más fuerza sentía en mi mente, una voz gritando su enojo. Con las manos en la cabeza, comencé a
llorar desesperada. Tanto desaliento sentí, que asustada me levanté y comencé a dar vueltas por la alcoba, acabando sentada en un rincón de ella, frente la ventana.

Ese raro eco no dejaba de chillar su desespero. Me culpaba de usurpar su puesto, de matar sus sueños, por no ser leal a sus principios… por quedarse atrapada en el olvido.
Presa de pánico, acurrucada en aquel rincón, no podía dejar de llorar y contemplando la oscuridad, deseé que muriera aquella aquietada noche. Aturdida lloré…lloré por no comprender lo que estaba sucediendo.

Poco a poco, el alba fue despuntando. Por la ventana, empezó a entrar la claridad de un nuevo amanecer, soleado y reluciente.
La voz dejó de resonar en mi mente, regresando despacio la calma.
Volví a sentir una sensación extraña, pero esta vez placentera, que hizo aligerar mi
alma de antiguas ataduras y ambiciones que yo misma había construido.

Desde aquella noche, algo cambió en mí, ya no era la misma.


Aunque ha pasado tiempo, aún dudo quien ganó la batalla, mi otro yo, yo misma… O tal vez, el enfado de la razón, por la tozudez de mi torpe proceder, que
me arrastró a la más vil codicia, acabando hundida en el lodo.

Solo sé que desde aquella noche, quise luchar con toda mi alma, para tratar de buscar la sensatez de mi cordura, hasta llegar a mis principios…. para ser una mujer libre, sin miedos. Tratando de ir
tras mis sueños, ya que en ellos está mi verdadero yo, mi felicidad y mi buen razonamiento.


Porque cuando el corazón late a su libre albedrío y el alma sonríe, sin duda alguna es, porque sienten la satisfacción de saber vivir y valorar la vida.

Ahora lo sé, soy consciente de ello... Nunca es tarde para empezar de nuevo.


Autora: Carmen Roldán Gutiérrez- España
Reservados los derechos de autor- 30/09/2014
 

Adjuntos

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO

Aquella aquietada noche, en la soledad de mi casa, sentí algo extraño, una sensación rara, como si alguien me observara. Pensativa, me fui a mi habitación, me dejé caer en la cama, para tratar de tranquilízame.
Entre consultar con la almohada y pelear con las sábanas, caí rendida al sueño.

Exaltada, me desperté inquieta y sudorosa. No me acordaba, si había tenido un mal sueño, que fuera causante de mi inquietud. Algo me oprimía el pecho que apenas me dejaba
respirar, con una sensación extraña,que no me podía explicar.

De repente empecé a recordar mi niñez, con aquellas ilusiones tan lejanas. De mi juventud llena de sueños, que revolucionaban mi corazón.Como si fuera una película…Sorprendida vi, el tiempo pasar aprisa y en su trayectoria, el olvido de los valores de la vida, llegando a mi vejez con el alma vacía.
Extrañada de tan clara visión, quedé aturdida, sin saber que pasaba…


Cada vez, con más fuerza sentía en mi mente, una voz gritando su enojo. Con las manos en la cabeza, comencé a
llorar desesperada. Tanto desaliento sentí, que asustada me levanté y comencé a dar vueltas por la alcoba, acabando sentada en un rincón de ella, frente la ventana.

Ese raro eco no dejaba de chillar su desespero. Me culpaba de usurpar su puesto, de matar sus sueños, por no ser leal a sus principios… por quedarse atrapada en el olvido.
Presa de pánico, acurrucada en aquel rincón, no podía dejar de llorar y contemplando la oscuridad, deseé que muriera aquella aquietada noche. Aturdida lloré…lloré por no comprender lo que estaba sucediendo.

Poco a poco, el alba fue despuntando. Por la ventana, empezó a entrar la claridad de un nuevo amanecer, soleado y reluciente.
La voz dejó de resonar en mi mente, regresando despacio la calma.
Volví a sentir una sensación extraña, pero esta vez placentera, que hizo aligerar mi
alma de antiguas ataduras y ambiciones que yo misma había construido.

Desde aquella noche, algo cambió en mí, ya no era la misma.


Aunque ha pasado tiempo, aún dudo quien ganó la batalla, mi otro yo, yo misma… O tal vez, el enfado de la razón, por la tozudez de mi torpe proceder, que
me arrastró a la más vil codicia, acabando hundida en el lodo.

Solo sé que desde aquella noche, quise luchar con toda mi alma, para tratar de buscar la sensatez de mi cordura, hasta llegar a mis principios…. para ser una mujer libre, sin miedos. Tratando de ir
tras mis sueños, ya que en ellos está mi verdadero yo, mi felicidad y mi buen razonamiento.


Porque cuando el corazón late a su libre albedrío y el alma sonríe, sin duda alguna es, porque sienten la satisfacción de saber vivir y valorar la vida.

Ahora lo sé, soy consciente de ello... Nunca es tarde para empezar de nuevo.


Autora: Carmen Roldán Gutiérrez- España
Reservados los derechos de autor- 30/09/2014


Wooowww Carmen que maravillosa prosa amiga es verdad que a veces reprimimos nuestros sueños nuestros anhelos nuestros proyectos ,pero que bueno es que esa voz interior nos recuerde que tenemos que tener el valor de afrontar la vida e ir detrás de nuestras metas al compás de nuestros principios,excelente prosa que lleva consigo un mensaje maravilloso,te felicito,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 
Carmen, coincido en que al final este duelo entre nuestra personalidad y las mas hondas motivaciones y tendencias nos eleva, aunque lloremos una noche entera aterrorizados, tu prosa nos lleva de la mano, engancha de principio a fin, creo que lo haz logrado muy bien, un abrazo amiga
 
hola carmen tenía tiempo que no te comentaba.
los sueños tienen significados tenemos que interpretarlos
cuando lapersona está el mal su alma esá vacía pero cuando comenzamos rellenar nuestra alma de cosas buenas , muhas veces desaparece los sueños. muy buena la prosa
es un placer leerte,besos
 
Hola Gonzalo. Que contenta estoy por tu visita amigo. Es verdad que hace tiempo. He estado ausente por problemas personales y no he podido estar presente en este magnifico portal. Pero aunque poco, estoy cada vez que puedo.
Gracias por tu paso hacia mis letras amigo y por tu buen comentario que me dejas poeta. AbrazossSS.
 
Gracias Javier Tomas por tu paso hacia mis letras. Tienes razón, el tiempo no se recupera...pero bueno, de los errores se aprende. Gracias por tu buen comentario amigo. BesossSS.
 
Excelente prosa muy fluida, bien llevada y con un mensaje muy profundo que todos deberíamos escuchar cuando esa vocecita interior nos habla. Felicitaciones Carmen Roldán por este muy bello escrito, saludos amiga poeta
 
Frecuentemente surge esa oscilación entre el sentir y la razón cuando logramos un equilibrio como bien dices el alma sonríe... Excelentes letras mi querida amiga... Un placer leerte

Un enorme beso con todo mi cariño
 

Aquella aquietada noche, en la soledad de mi casa, sentí algo extraño, una sensación rara, como si alguien me observara. Pensativa, me fui a mi habitación, me dejé caer en la cama, para tratar de tranquilízame.
Entre consultar con la almohada y pelear con las sábanas, caí rendida al sueño.

Exaltada, me desperté inquieta y sudorosa. No me acordaba, si había tenido un mal sueño, que fuera causante de mi inquietud. Algo me oprimía el pecho que apenas me dejaba
respirar, con una sensación extraña,que no me podía explicar.

De repente empecé a recordar mi niñez, con aquellas ilusiones tan lejanas. De mi juventud llena de sueños, que revolucionaban mi corazón.Como si fuera una película…Sorprendida vi, el tiempo pasar aprisa y en su trayectoria, el olvido de los valores de la vida, llegando a mi vejez con el alma vacía.
Extrañada de tan clara visión, quedé aturdida, sin saber que pasaba…


Cada vez, con más fuerza sentía en mi mente, una voz gritando su enojo. Con las manos en la cabeza, comencé a
llorar desesperada. Tanto desaliento sentí, que asustada me levanté y comencé a dar vueltas por la alcoba, acabando sentada en un rincón de ella, frente la ventana.

Ese raro eco no dejaba de chillar su desespero. Me culpaba de usurpar su puesto, de matar sus sueños, por no ser leal a sus principios… por quedarse atrapada en el olvido.
Presa de pánico, acurrucada en aquel rincón, no podía dejar de llorar y contemplando la oscuridad, deseé que muriera aquella aquietada noche. Aturdida lloré…lloré por no comprender lo que estaba sucediendo.

Poco a poco, el alba fue despuntando. Por la ventana, empezó a entrar la claridad de un nuevo amanecer, soleado y reluciente.
La voz dejó de resonar en mi mente, regresando despacio la calma.
Volví a sentir una sensación extraña, pero esta vez placentera, que hizo aligerar mi
alma de antiguas ataduras y ambiciones que yo misma había construido.

Desde aquella noche, algo cambió en mí, ya no era la misma.


Aunque ha pasado tiempo, aún dudo quien ganó la batalla, mi otro yo, yo misma… O tal vez, el enfado de la razón, por la tozudez de mi torpe proceder, que
me arrastró a la más vil codicia, acabando hundida en el lodo.

Solo sé que desde aquella noche, quise luchar con toda mi alma, para tratar de buscar la sensatez de mi cordura, hasta llegar a mis principios…. para ser una mujer libre, sin miedos. Tratando de ir
tras mis sueños, ya que en ellos está mi verdadero yo, mi felicidad y mi buen razonamiento.


Porque cuando el corazón late a su libre albedrío y el alma sonríe, sin duda alguna es, porque sienten la satisfacción de saber vivir y valorar la vida.

Ahora lo sé, soy consciente de ello... Nunca es tarde para empezar de nuevo.


Autora: Carmen Roldán Gutiérrez- España
Reservados los derechos de autor- 30/09/2014
CARMITA

¡Cómo dan valor y autoestima tus letras!

Abrazos y besos quiteños,

Guillermo.

 

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