Arturo González
Miembro Activo
En Una Banca En La Plaza
Me desperté al escuchar
El irritante canturreo de esos chanates
(Los llamo así
A falta de la precisión
De un ornitólogo).
Los búhos, típicos del lugar,
Se encuentran sobre mí.
-No puedo verlos; sin embargo los escucho-,
Ocultos en alguna rama
De este frondoso árbol.
Leo un tedioso texto de Anderson
Con pasadas revelaciones sobre las maravillas
De Occidente.
Orígenes de la posmodernidad…
Modernismo…
Posmodernismo…
Ultramodernismo…
Liberalismo…
Me rehúso a creer que todo aquello
Tenga un rumbo definido.
Este lugar da una extraña sensación de paz,
Especialmente a esta hora de la tarde.
-Hoy no quisiera regresar a casa-.
Este árbol ofrece buena sombra…
Sobriedad,
Una agradable brisa,
Y, extrañamente…
Silencio.
En mi mente:
Frases de Wittman,
Una canción inconclusa,
Extrañas sensaciones de familia;
Añoranza por la atmosfera de esta tarde,
Algunos versos de Rubén Darío…
Y una necesaria urgencia
De un buen café.
A mi alrededor:
Amantes abrazados,
Amigos compartiendo un cigarro
Sentados sobre el pasto,
Algunas muchachas ríen a carcajadas,
Unos niños corretean,
Y una estación local
Suena desde lejos.
Los estudiantes de derecho pasan a prisa
Con sus finas ropas
Y sus tres teléfonos móviles
Bien asidos a su cintura…
Veo a la ciudad corriendo;
Pero aquí soy inmune a ella.
Me viene la imagen constante
De mi madre preocupada;
Tal vez diciendo una plegaria
Por mí.
Pienso en mi hermano, medico brujo…
El ultimo secreto que revelé a mi hermana
O en las manos de mi padre,
Ultimo profeta…
Y me pregunto… ¿Dónde estará ella?
Esta extraña tranquilidad me recuerda
La necesidad de sus manos vacías.
-y comienzan las distracciones-.
He estado en un lugar como este antes…
Pero no era aquí…
O no era yo…
Aquel lugar me recordaba cosas
Que ya he olvidado.