Blanca Hernandez
Miembro Conocido
Hacia un tiempo que quería ir a ver aquella película y esa tarde me decidí a ir,
me senté en la tercera fila de adelante a tres bancas del pasillo, para cuando terminara,
salir ligero Se apagaron las luces y se encendió la pantalla, empecé a leer los textos, la película hablaba de una poetisa que había sido asesinada por su marido, de pronto sentí como un fogonazo en mi cabeza y en mi mente, no sé si perdí el sentido.Cuando desperté estaba sentada en una plaza y a mi alrededor había sólo palomas, me sentí cansada, aturdida y me dolía la cabeza.De pronto todo el panorama cambió, y empecé a ver gente de todas las edades las mujeres con vestidos largos y sombrillas y los caballeros de traje y bastón Yo conocía esa plaza pero ahora me resultaba desconocida, traté de levantarme para irme pero mi cuerpo no respondía, de pronto vi venir una mujer, caminaba despacio y distraída No podía dejar de mirarla y a medida que se acercaba, miraba sus ojos, la mujer pasó a lado mío entonces la llamé !!Delmira¡¡ mi grito hizo levantar en vuelo a las palomas , la mujer se dio vuelta sorprendida ¿Me conoce? su voz era ronca y sonaba a presagio, de apoco fui reconstruyendo su rostro por algunas fotos que había visto, Delmira de niña, Delmira con su madre el día de su boda.
La Delmira del libro blanco, o en la quinta de Sayago, se me vino a la memoria, diarios de una época la poetisa ensangrentada en el piso de un hotel. Delmira volvió a preguntarme,¿ usted me conoce? Si conozco su poesía y su historia, usted no es de acá verdad me dijo ella, es raro que conozca mis versos dijo, sentándose en el banco, calló un aguacero finito como lágrimas, pero las dos reíamos tomadas de las manos, nos lavamos el alma dijo ella, y yo respondí, pero usted quisiera apagar su fuego, me miró y me dijo cómo sabes tú eso, le contesté se muchas cosa tuyas el tuteo salió solo.
He leído tu poesía y me gusta, tenía ganas de conocerte personalmente, porque creo en tus versos oscuros, tus palabras sentidas en tus poemas que me conmueven, por ser brillantes, ella dijo, los hombres no me hablan así, no me entienden, yo te entiendo hoy se proyecta el milagro inefable de conocerte, pero tengo que pedirte una cosa, no vallas hoy al hotel, Mi noche mi señora, está sosteniendo tu poesía en el tiempo. Sonaron algunas campanadas, Delmira tembló y empezó a caminar, desde adentro un grito mío dijo, tu marido Reyes te matará hoy, seis de julio 1914
Adiós dijo Delmira no haciendo caso y se efumó, en la noche. Se prendieron las luces en el cine, yo no sabía si había visto una película, o me había dormido y había soñado
Fin
me senté en la tercera fila de adelante a tres bancas del pasillo, para cuando terminara,
salir ligero Se apagaron las luces y se encendió la pantalla, empecé a leer los textos, la película hablaba de una poetisa que había sido asesinada por su marido, de pronto sentí como un fogonazo en mi cabeza y en mi mente, no sé si perdí el sentido.Cuando desperté estaba sentada en una plaza y a mi alrededor había sólo palomas, me sentí cansada, aturdida y me dolía la cabeza.De pronto todo el panorama cambió, y empecé a ver gente de todas las edades las mujeres con vestidos largos y sombrillas y los caballeros de traje y bastón Yo conocía esa plaza pero ahora me resultaba desconocida, traté de levantarme para irme pero mi cuerpo no respondía, de pronto vi venir una mujer, caminaba despacio y distraída No podía dejar de mirarla y a medida que se acercaba, miraba sus ojos, la mujer pasó a lado mío entonces la llamé !!Delmira¡¡ mi grito hizo levantar en vuelo a las palomas , la mujer se dio vuelta sorprendida ¿Me conoce? su voz era ronca y sonaba a presagio, de apoco fui reconstruyendo su rostro por algunas fotos que había visto, Delmira de niña, Delmira con su madre el día de su boda.
La Delmira del libro blanco, o en la quinta de Sayago, se me vino a la memoria, diarios de una época la poetisa ensangrentada en el piso de un hotel. Delmira volvió a preguntarme,¿ usted me conoce? Si conozco su poesía y su historia, usted no es de acá verdad me dijo ella, es raro que conozca mis versos dijo, sentándose en el banco, calló un aguacero finito como lágrimas, pero las dos reíamos tomadas de las manos, nos lavamos el alma dijo ella, y yo respondí, pero usted quisiera apagar su fuego, me miró y me dijo cómo sabes tú eso, le contesté se muchas cosa tuyas el tuteo salió solo.
He leído tu poesía y me gusta, tenía ganas de conocerte personalmente, porque creo en tus versos oscuros, tus palabras sentidas en tus poemas que me conmueven, por ser brillantes, ella dijo, los hombres no me hablan así, no me entienden, yo te entiendo hoy se proyecta el milagro inefable de conocerte, pero tengo que pedirte una cosa, no vallas hoy al hotel, Mi noche mi señora, está sosteniendo tu poesía en el tiempo. Sonaron algunas campanadas, Delmira tembló y empezó a caminar, desde adentro un grito mío dijo, tu marido Reyes te matará hoy, seis de julio 1914
Adiós dijo Delmira no haciendo caso y se efumó, en la noche. Se prendieron las luces en el cine, yo no sabía si había visto una película, o me había dormido y había soñado
Fin
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