JAVIER TOMAS
Sub Administrador
Y navegó por aguas turbias
con alas de emponzoñadas crestas
que elevaban su tirreme
por encima de la boga.
No le importaba los malos vientos,
ni escorarse en demasía,
mientras, caída la noche,
consiga ver su estrella.
Muchas millas, largos días,
pasó sin otro deseo,
pero cruzó el ecuador
y perdió de vista su guía.
Sus ojos se volvieron llorosos
y no le dejaron ver el nuevo cielo.
Sin la vista de su amada
su barco encalló,
partió su quilla las furias
y con su nave él se hundió.
con alas de emponzoñadas crestas
que elevaban su tirreme
por encima de la boga.
No le importaba los malos vientos,
ni escorarse en demasía,
mientras, caída la noche,
consiga ver su estrella.
Muchas millas, largos días,
pasó sin otro deseo,
pero cruzó el ecuador
y perdió de vista su guía.
Sus ojos se volvieron llorosos
y no le dejaron ver el nuevo cielo.
Sin la vista de su amada
su barco encalló,
partió su quilla las furias
y con su nave él se hundió.
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