Pelagatos-H
Miembro Conocido
140120152337
Excúseme usted mi amigo escusado
por antes unos versos no haberle dedicado,
pero sé que entiende mi estimado,
cuando el amor nos llama
los oídos a todo ensordecen.
Ahora que lo medito
nadie conoce mi lado más íntimo como usted,
¡carambas, vaya que si me conoce!
Si al menos una vez al día
coloco mis nalgas pelonas en su cara fría.
Creo que ni el cura conoce mis pecados
de la forma que usted los conoce,
ni mi hembra escucha las cosas que usted escucha
cuando le cuento los cuentos de los que participo día a día.
Qué locura la mía
de antes no haberle escrito nada
amigo de toda mi confianza.
Perdone la simpleza de mis palabras
a usted que sin duda merece el canto de las musas,
espero entienda mi tristeza,
esa que usted ya conoce
y tome estas palabras
escritas en una tira de papel sanitario,
no encuentro mejor forma de envolver su regalo.
No le prometo un poema diario,
pero si le cumplo
el seguirlo visitando con la misma confianza de siempre.
Abra bien su boca
y tráguesela con un chorro de agua.
Estoy feliz por escribirle,
tanto que quiero darle un beso…
No, mejor no,
mejor tráguese el poema y… Sólo eso.
Excúseme usted mi amigo escusado
por antes unos versos no haberle dedicado,
pero sé que entiende mi estimado,
cuando el amor nos llama
los oídos a todo ensordecen.
Ahora que lo medito
nadie conoce mi lado más íntimo como usted,
¡carambas, vaya que si me conoce!
Si al menos una vez al día
coloco mis nalgas pelonas en su cara fría.
Creo que ni el cura conoce mis pecados
de la forma que usted los conoce,
ni mi hembra escucha las cosas que usted escucha
cuando le cuento los cuentos de los que participo día a día.
Qué locura la mía
de antes no haberle escrito nada
amigo de toda mi confianza.
Perdone la simpleza de mis palabras
a usted que sin duda merece el canto de las musas,
espero entienda mi tristeza,
esa que usted ya conoce
y tome estas palabras
escritas en una tira de papel sanitario,
no encuentro mejor forma de envolver su regalo.
No le prometo un poema diario,
pero si le cumplo
el seguirlo visitando con la misma confianza de siempre.
Abra bien su boca
y tráguesela con un chorro de agua.
Estoy feliz por escribirle,
tanto que quiero darle un beso…
No, mejor no,
mejor tráguese el poema y… Sólo eso.