QUINSONNAS
Miembro Conocido
Las púas de tus dagas y aguijones
clavadas en mi carne se rebelan
queriendo el acolcharlas sin que duelan
mi cuerpo de faquir sobre punzones.
Procuro el mitigar a los jirones
que, graves y dañinos, me flagelan
tumbado sobre un lecho en donde velan
hendidas en mi ser tus negaciones.
Dormito entre penurias afiladas
pinchándome al saber que no te importo
un mínimo siquiera al acercarme.
Las puntas de tus clavos son espadas
y apenas, amargado, las soporto
tendido en tu rechazo sin quejarme.
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