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Febriles sueños

FEBRILES SUEÑOS

No me encuentro bien,
en un estado febril sumida,
cuando en un momento,
me fui a quedar dormida.

Soñé que tenía una carta,
que tenía que entregarla.
Buscaba, buscaba y harta
ya estaba, que decidí arrugarla.
Entonces encontré a la destinataria.
Era yo. Yo me tenía que entregar
una carta que leería,
¡que locura la mía!.

Me desperté un momento,
solo entreabrí los ojos
y me dormí de nuevo,
cerca de un monumento,
pero tumbada estaba
en un jardín, que no se acababa.
Era todo un pedregal,
donde aparcaban camiones,
yo estaba tumbada en unos atobones
y, en mi sueño, despierta estaba,
no me podía mover,
los camiones se acercaban
y a mí no llegaban,
muy cerca se quedaban.
Yo no me podía mover
y nada más pude ver.

La angustia me hizo
entrar en un estado
de vigilia real,
duró no sé cuanto tiempo,
hasta que volví a soñar.

Un cielo añil,
hermoso y sin nubes,
jaspeado de hojas verdes
de altos árboles azules.
¡Que raros son los sueños!
Yo camino por una senda,
acompañada por alguien.
¡Esto no hay quien lo entienda!
Soy yo, yo me acompaño,
Hablo conmigo misma,
pero son dos personas,
que no están de acuerdo,
no son iguales sus ideas.
Una habla sensata, pausada,
la otra, alegre y exaltada.
Una habla de realidades.
Otra de sueños y banalidades.
Ambas están contentas,
en eso coinciden.
El paisaje es precioso,
tiene agua, está lleno de vida.
¿A qué se debe está medida.?

Cuando me despierto
me encuentro desencantada,
todo parecía tener vida,
todo asemejaba cierto.
Esto es lo que más me atormentaba.

¡Que día más extraño,
que está lleno de alucinaciones.!

Olimpia Era.




FEBRILES SUEÑOS - copia.jpg
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
FEBRILES SUEÑOS

No me encuentro bien,
en un estado febril sumida,
cuando en un momento,
me fui a quedar dormida.

Soñé que tenía una carta,
que tenía que entregarla.
Buscaba, buscaba y harta
ya estaba, que decidí arrugarla.
Entonces encontré a la destinataria.
Era yo. Yo me tenía que entregar
una carta que leería,
¡que locura la mía!.

Me desperté un momento,
solo entreabrí los ojos
y me dormí de nuevo,
cerca de un monumento,
pero tumbada estaba
en un jardín, que no se acababa.
Era todo un pedregal,
donde aparcaban camiones,
yo estaba tumbada en unos atobones
y, en mi sueño, despierta estaba,
no me podía mover,
los camiones se acercaban
y a mí no llegaban,
muy cerca se quedaban.
Yo no me podía mover
y nada más pude ver.

La angustia me hizo
entrar en un estado
de vigilia real,
duró no sé cuanto tiempo,
hasta que volví a soñar.

Un cielo añil,
hermoso y sin nubes,
jaspeado de hojas verdes
de altos árboles azules.
¡Que raros son los sueños!
Yo camino por una senda,
acompañada por alguien.
¡Esto no hay quien lo entienda!
Soy yo, yo me acompaño,
Hablo conmigo misma,
pero son dos personas,
que no están de acuerdo,
no son iguales sus ideas.
Una habla sensata, pausada,
la otra, alegre y exaltada.
Una habla de realidades.
Otra de sueños y banalidades.
Ambas están contentas,
en eso coinciden.
El paisaje es precioso,
tiene agua, está lleno de vida.
¿A qué se debe está medida.?

Cuando me despierto
me encuentro desencantada,
todo parecía tener vida,
todo asemejaba cierto.
Esto es lo que más me atormentaba.

¡Que día más extraño,
que está lleno de alucinaciones.!

Olimpia Era.






Sueños que se van suscitando y que nos van llevando por diferentes mundos y paisajes que a veces nos lleva por caminos impensables,muy buen poema,gracias por compartir,un beso grande.
 

MARIPOSA NEGRA

********
jajaja me gusto tu tema, esos viajes anormales suelen dejar un extraño sabor agridulce, un placer viajar en tus alucinaciones Olimpia, besos
 
A veces la fiebre o los sueños nos sacan a pasear por senderos fantásticos y muy bellos que imaginamos en nuestra mente, un mundo perfecto, tierno hermoso y dulce y cuando este paseo se acaba nos encontramos con la fría y angustiante realidad. Felicitaciones Olimpia Era por este maravilloso poema, reputación y saludos poeta
 
Algunos dicen que los sueños son premoniciones, varios más que son desdoblamientos del espíritu hacia realidades de otras esferas cósmicas, otros que son basura que libera el cerebro...en fin; sea cual fuere su origen que finamente no conocemos con certeza; me limitaré a decir que tu poema me agradó.

Un abrazo.
 

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