Neia
Miembro
Corre la calle...
Se difumina lo estático
mientras el viento zarandea
entre los traspiés danzantes de las hojas.
Camino con destino escrito...
Sendero sin final decidido.
Panal sombrío que cobija
la equívoca cordura que,
sin querer o queriendo,
se adentra en una espiral medida en rectas.
El azar toma siempre la decisión correcta...
O la que enseña.
Inspira la chaqueta mientras el frío espira;
respira la noche...
Giro repentino de un rostro
que pestañea inseguro.
Se agarran los bolsillos
a las líneas de tus manos.
Y ahora, después de un tiempo,
grito yo desesperada...
¡Luz, no abandones a mi sombra!
Pero sólo hallo penumbras.
Se difumina lo estático
mientras el viento zarandea
entre los traspiés danzantes de las hojas.
Camino con destino escrito...
Sendero sin final decidido.
Panal sombrío que cobija
la equívoca cordura que,
sin querer o queriendo,
se adentra en una espiral medida en rectas.
El azar toma siempre la decisión correcta...
O la que enseña.
Inspira la chaqueta mientras el frío espira;
respira la noche...
Giro repentino de un rostro
que pestañea inseguro.
Se agarran los bolsillos
a las líneas de tus manos.
Y ahora, después de un tiempo,
grito yo desesperada...
¡Luz, no abandones a mi sombra!
Pero sólo hallo penumbras.