Hablar con propiedad
A manera de anecdotario:
me gusta hablar con propiedad.
Por eso cuando te pienso
(aquello que puede contarse)
lo tangible, lo insustancial,
lo que serás, lo cuantificable,
cualquier apetecible rincón
de esa Tú verdadera,
recuerdo que hay que hablar
con total y absoluta propiedad,
pongamos de ejemplo tu nombre,
ya está, lo pienso y al mismo tiempo
al adjetivo posesivo me devuelvo
y todo empieza a cobrar sentido
para que así, Tú sin saberlo,
Yo hable de ti con propiedad
y por consecuente decreto,
míos se vuelvan tus pasos
y míos se vuelvan tus besos,
el sol que te trasluce,
el segundero de tu tiempo,
eres completa e inequívocamente
mía con propiedad
por fórmula,
por derecho.
Pero si te muestras esquiva
no te ofendas si soy grosero,
pues quise hablarte con propiedad,
pecando quizá de sincero
FLL
A manera de anecdotario:
me gusta hablar con propiedad.
Por eso cuando te pienso
(aquello que puede contarse)
lo tangible, lo insustancial,
lo que serás, lo cuantificable,
cualquier apetecible rincón
de esa Tú verdadera,
recuerdo que hay que hablar
con total y absoluta propiedad,
pongamos de ejemplo tu nombre,
ya está, lo pienso y al mismo tiempo
al adjetivo posesivo me devuelvo
y todo empieza a cobrar sentido
para que así, Tú sin saberlo,
Yo hable de ti con propiedad
y por consecuente decreto,
míos se vuelvan tus pasos
y míos se vuelvan tus besos,
el sol que te trasluce,
el segundero de tu tiempo,
eres completa e inequívocamente
mía con propiedad
por fórmula,
por derecho.
Pero si te muestras esquiva
no te ofendas si soy grosero,
pues quise hablarte con propiedad,
pecando quizá de sincero
FLL