Jurcan Uriarte Pontleca
Miembro Conocido
HISTORIA DE AMOR (TEMA COMPLETO DE LA AMADA INCIERTA)
El poeta escribía. En sus versos pretendía y de manera ilusoria que había cifrado su empeño; que la dueña de su sueño, cada verso que leyera ---porque así la presentía---, por muy lejos que estuviera, siempre cerca la tendría, junto a su corazón.
¡Pero ella, no contestaba! ---de ahí su preocupación---.
El bardo se imaginaba que a sus versos les faltaba esencia o inspiración.
Y ahí, desde sus adentros, en silencio se decía:
“--- Siento estar enamorado; en cada verso he plasmado lo que vierte el corazón. Eres mi amor ideal y, tengo la sensación, que al descifrar cada verso, ---no importa dónde estés---, sea al fin del universo, disiparás todo mal. Mis letras te harán sentir que nos hemos encontrado y, que al fin se ha logrado lo que es amar y vivir.
---Muy ajeno a la ceguera de ese amor platonizado, le habla quedo a la amada, aunque jamás la ha mirado---:
“--- Responde al triste llamado, de este bardo enamorado; quien como letanía, no ha dejado un solo día, de pensar, que al fin vas a acercarte; como también, no ha habido un solo momento que deje de invocarte y, cada que escribo un verso, tal vez te has cerciorado, de éste, mi amor sagrado y, has de sentir que en ellos, viaja la esencia de un beso con la ilusión de mirarte, aumentando el sentimiento de poderte acariciar…
“… Es un deseo vehemente respondas a mi llamado; cuanto he deseado tenerte, junto, conmigo, a mí lado; aunque ya te siento aquí, para mí no estás ausente. Quizás no has descifrado cada verso que he escrito, que con pasión y pensando en ti he plasmado...
“… De ahí mi perseverancia; no me importa dónde estés, para el amor no hay distancia. Posiblemente puedas negar, sentir nada, cuando estas letras lees, porque…
“… Siento que me has ignorado y por más que clamo y grito, creo que más te he alejado…
“… Firme está el presentimiento, que la misión de mis letras logren ya su cometido, ¡Por favor, lee mi poema! ¡Es un favor que te pido! Y, tal vez en ese momento, logre, al fin tu ser vibrar y, en ti despierte, ese sacro sentimiento que se traduce…, en amar…
“--- Quizás, Él, Que Todo lo Puede; ---a quien debo suplicar---; te guíe hacia mi destino, tengo trazado el camino que el amor puede lograr.
--- y nuevamente ajeno a ese amor idealizado, le decía a la amada, pese a que nunca la ha mirado---:
“--- ¡Niña! Tal vez, te preguntarás: ¿Quién es ése, que escribe, esas letras que en momentos, turbado ha, mis pensamientos, y a quien debo ignorar?...
“… ¡No, niña, haz real esta quimera! De ti solamente quiero, la magia de tu suspiro, que en él viaje la promesa. ¡No importa si no te miro! Porque en mi poesía versa que mi amor comprenderás y, no será lejano el día, que al fin, conmigo estarás.
---Mas, la ausencia de la amada, no lo inhibe. Una vez ya despejado, nuevamente inspirado, como todo enamorado, toma su pluma y escribe---:
¿Dónde estás mi niña bella?
La que en cada letra acierto
que te sueño, aun despierto,
y pronto…, contestarás.
¿Dónde estás, bella doncella?
No son palabras al viento,
porque en cada verso siento
que de inmediato vendrás...
--- Después, como rito sagrado y con toda devoción, oprime la hoja escrita solemnemente a su pecho ---una vez acariciada, con acentuado embeleso---, en el acto, plasma un beso y se refugia en su lecho; guía su mirada al cielo, con firme entereza y celo; la imagina ahí presente, aunque no está ahí la siente, cerca, muy junto a su corazón.
---Avanzada la alborada, despierta meditabundo, aferrado a que fue un sueño porque ella, no está ahí, quizás no es ese su mundo---.
---El bardo, mira al vacío; se le ve acongojado; su sueño no se ha logrado; quiere hacerlo realidad---.
---Diciéndose a sí mismo, murmura tenues palabras, como mística oración …:
“… Tal vez mis humildes letras no tocan su corazón. ---Pero no es inspiración para un feliz desenlace---; quizás les falte a mis versos la esencia o toque divino que despierte su pasión.
Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
13/08/2015 Derechos de Autor Reservados.©
El poeta escribía. En sus versos pretendía y de manera ilusoria que había cifrado su empeño; que la dueña de su sueño, cada verso que leyera ---porque así la presentía---, por muy lejos que estuviera, siempre cerca la tendría, junto a su corazón.
¡Pero ella, no contestaba! ---de ahí su preocupación---.
El bardo se imaginaba que a sus versos les faltaba esencia o inspiración.
Y ahí, desde sus adentros, en silencio se decía:
“--- Siento estar enamorado; en cada verso he plasmado lo que vierte el corazón. Eres mi amor ideal y, tengo la sensación, que al descifrar cada verso, ---no importa dónde estés---, sea al fin del universo, disiparás todo mal. Mis letras te harán sentir que nos hemos encontrado y, que al fin se ha logrado lo que es amar y vivir.
---Muy ajeno a la ceguera de ese amor platonizado, le habla quedo a la amada, aunque jamás la ha mirado---:
“--- Responde al triste llamado, de este bardo enamorado; quien como letanía, no ha dejado un solo día, de pensar, que al fin vas a acercarte; como también, no ha habido un solo momento que deje de invocarte y, cada que escribo un verso, tal vez te has cerciorado, de éste, mi amor sagrado y, has de sentir que en ellos, viaja la esencia de un beso con la ilusión de mirarte, aumentando el sentimiento de poderte acariciar…
“… Es un deseo vehemente respondas a mi llamado; cuanto he deseado tenerte, junto, conmigo, a mí lado; aunque ya te siento aquí, para mí no estás ausente. Quizás no has descifrado cada verso que he escrito, que con pasión y pensando en ti he plasmado...
“… De ahí mi perseverancia; no me importa dónde estés, para el amor no hay distancia. Posiblemente puedas negar, sentir nada, cuando estas letras lees, porque…
“… Siento que me has ignorado y por más que clamo y grito, creo que más te he alejado…
“… Firme está el presentimiento, que la misión de mis letras logren ya su cometido, ¡Por favor, lee mi poema! ¡Es un favor que te pido! Y, tal vez en ese momento, logre, al fin tu ser vibrar y, en ti despierte, ese sacro sentimiento que se traduce…, en amar…
“--- Quizás, Él, Que Todo lo Puede; ---a quien debo suplicar---; te guíe hacia mi destino, tengo trazado el camino que el amor puede lograr.
--- y nuevamente ajeno a ese amor idealizado, le decía a la amada, pese a que nunca la ha mirado---:
“--- ¡Niña! Tal vez, te preguntarás: ¿Quién es ése, que escribe, esas letras que en momentos, turbado ha, mis pensamientos, y a quien debo ignorar?...
“… ¡No, niña, haz real esta quimera! De ti solamente quiero, la magia de tu suspiro, que en él viaje la promesa. ¡No importa si no te miro! Porque en mi poesía versa que mi amor comprenderás y, no será lejano el día, que al fin, conmigo estarás.
---Mas, la ausencia de la amada, no lo inhibe. Una vez ya despejado, nuevamente inspirado, como todo enamorado, toma su pluma y escribe---:
¿Dónde estás mi niña bella?
La que en cada letra acierto
que te sueño, aun despierto,
y pronto…, contestarás.
¿Dónde estás, bella doncella?
No son palabras al viento,
porque en cada verso siento
que de inmediato vendrás...
--- Después, como rito sagrado y con toda devoción, oprime la hoja escrita solemnemente a su pecho ---una vez acariciada, con acentuado embeleso---, en el acto, plasma un beso y se refugia en su lecho; guía su mirada al cielo, con firme entereza y celo; la imagina ahí presente, aunque no está ahí la siente, cerca, muy junto a su corazón.
---Avanzada la alborada, despierta meditabundo, aferrado a que fue un sueño porque ella, no está ahí, quizás no es ese su mundo---.
---El bardo, mira al vacío; se le ve acongojado; su sueño no se ha logrado; quiere hacerlo realidad---.
---Diciéndose a sí mismo, murmura tenues palabras, como mística oración …:
“… Tal vez mis humildes letras no tocan su corazón. ---Pero no es inspiración para un feliz desenlace---; quizás les falte a mis versos la esencia o toque divino que despierte su pasión.
Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
13/08/2015 Derechos de Autor Reservados.©
Última edición:
