Olimpia Era
Miembro Conocido
HISTORIA DE UNA CASADA
Tiene una pena en el alma,
que no la deja vivir,
y ha de tomarlo con calma
o, si no, se va a morir.
Desde que se casó
y con su marido yace,
no sabe como pasó,
pero nada siente cuando lo hace.
Ya lleva años casada,
e hijos que ha tenido,
y la pobre desdichada
ni un placer a sentido.
Que injusta es la vida,
pues morirá sin amor,
sin tener mas que “ida”
y no llegar nunca el clamor.
Como fue educada
con robusta cultura,
ha llegado a la conjetura
que, al respecto, no hará nada.
Y así con sus ardores,
con sus sueños amargados,
ve a su marido con Dolores,
que se aman y están enganchados.
Triste vida la suya,
se siente ninguneada,
pero la vida le reserva puya
para que sea amada.
Ya divorciados ambos,
sin tener nada que ver,
conoce a un hombre,
que la va a querer.
Ella con miedo y recato,
tras una cena y un vino,
se monta un desacato
en el piso de aquel hombre tan fino.
Ella por fin conoce
las mieles del amor sano
y ya no le molesta el roce
de un hombre y menos de su gitano.
Olimpia Era
Tiene una pena en el alma,
que no la deja vivir,
y ha de tomarlo con calma
o, si no, se va a morir.
Desde que se casó
y con su marido yace,
no sabe como pasó,
pero nada siente cuando lo hace.
Ya lleva años casada,
e hijos que ha tenido,
y la pobre desdichada
ni un placer a sentido.
Que injusta es la vida,
pues morirá sin amor,
sin tener mas que “ida”
y no llegar nunca el clamor.
Como fue educada
con robusta cultura,
ha llegado a la conjetura
que, al respecto, no hará nada.
Y así con sus ardores,
con sus sueños amargados,
ve a su marido con Dolores,
que se aman y están enganchados.
Triste vida la suya,
se siente ninguneada,
pero la vida le reserva puya
para que sea amada.
Ya divorciados ambos,
sin tener nada que ver,
conoce a un hombre,
que la va a querer.
Ella con miedo y recato,
tras una cena y un vino,
se monta un desacato
en el piso de aquel hombre tan fino.
Ella por fin conoce
las mieles del amor sano
y ya no le molesta el roce
de un hombre y menos de su gitano.
Olimpia Era