José Ramón Muñiz 1888
Miembro
Soneto IX
Dejaste transcurrir la hora temprana,
Palacio que en el sueño se escondía,
Y vio volar la luz la brisa fría,
Después de bien corrida la mañana.
Manchada por la luz, halló lozana
La risa que en tu rostro se encendía,
Tan clara como el sol al mediodía,
Que el cielo hizo del aire soberana.
Montó, en un cielo lleno de belleza,
La noche su corcel de madrugada,
Las crines sujetando con firmeza.
Mas no encontró más luz en tu mirada
Que aquel amanecer vuelto en tristeza,
Que el prado halló cubierto por la helada.
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Los arqueros del alba"
Dejaste transcurrir la hora temprana,
Palacio que en el sueño se escondía,
Y vio volar la luz la brisa fría,
Después de bien corrida la mañana.
Manchada por la luz, halló lozana
La risa que en tu rostro se encendía,
Tan clara como el sol al mediodía,
Que el cielo hizo del aire soberana.
Montó, en un cielo lleno de belleza,
La noche su corcel de madrugada,
Las crines sujetando con firmeza.
Mas no encontró más luz en tu mirada
Que aquel amanecer vuelto en tristeza,
Que el prado halló cubierto por la helada.
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Los arqueros del alba"