Lino Melgarejo Carrasco
Miembro Conocido
Si pudiera
yo permutaría
todas las noches de mi vida
por un instante junto a tu boca
reflejarme así
en tu decidida mirada.
Me sentiría refugiada en tus brazos
acariciaría tu piel
con mi piel
disfrutaría
atrapando ese momento fugaz
como si allí el tiempo
no hubiera de transcurrir.
¡Ah! Si pudiera te traería aquí
regocijarnos ¡Esta paz !
¡Este silencio!
ya mi mente te adora
en mis manos te acaricias
la distancia desaparece
mi cálido abrazo te guarece.
¡Ah! Como añoro tus manos
aquellos siempre juguetones dedos
que danzaban en mi piel
recorriendo mis impolutos rincones
aquellos siempre deseados
jamás invadidos.
¡Ah...! ¡Y tus besos... !
saciaron la sed de mi boca
el afán de tu deseo
todo eso que provoca.
No habrá gélidos mares
ni existirán grandes océanos
países ni continentes
emancipando nuestros pensamientos.
¡Ah... ! Mi mente
la distancia cercena
y la hace diminuta
poderosa imaginación
que vuela
trayendo consigo lo que desea
estas conmigo
en condición absoluta
La adrenalina sube
al compás desbordante
del vaivén de tus caderas,
que posadas sobre mi,
incesante,
sienten el loco martillear
de minero en la roca, penetrante.
Estoy contigo
con tu mirada de fuego
esa que ardía y quemaba
fija en la mía
aferrándola a tu ser
encadenando mi alma.
Escapar de ti no puedo
huir de ti no quiero, gozo la aventura
¡Tu sexo! y ¡El mío!
al compás de una locura.
De un sueño pasajero
condenable
con aroma a traición
y a veneno
que en verdad,
en tu abrazo termina
desbocado
buscando su ansiada libertad.
¡Como no amarte!
si en tus varoniles manos
mi corazón está.
¡Cómo odiarte!
Si tu me enseñaste
lo que significa amar.
yo permutaría
todas las noches de mi vida
por un instante junto a tu boca
reflejarme así
en tu decidida mirada.
Me sentiría refugiada en tus brazos
acariciaría tu piel
con mi piel
disfrutaría
atrapando ese momento fugaz
como si allí el tiempo
no hubiera de transcurrir.
¡Ah! Si pudiera te traería aquí
regocijarnos ¡Esta paz !
¡Este silencio!
ya mi mente te adora
en mis manos te acaricias
la distancia desaparece
mi cálido abrazo te guarece.
¡Ah! Como añoro tus manos
aquellos siempre juguetones dedos
que danzaban en mi piel
recorriendo mis impolutos rincones
aquellos siempre deseados
jamás invadidos.
¡Ah...! ¡Y tus besos... !
saciaron la sed de mi boca
el afán de tu deseo
todo eso que provoca.
No habrá gélidos mares
ni existirán grandes océanos
países ni continentes
emancipando nuestros pensamientos.
¡Ah... ! Mi mente
la distancia cercena
y la hace diminuta
poderosa imaginación
que vuela
trayendo consigo lo que desea
estas conmigo
en condición absoluta
La adrenalina sube
al compás desbordante
del vaivén de tus caderas,
que posadas sobre mi,
incesante,
sienten el loco martillear
de minero en la roca, penetrante.
Estoy contigo
con tu mirada de fuego
esa que ardía y quemaba
fija en la mía
aferrándola a tu ser
encadenando mi alma.
Escapar de ti no puedo
huir de ti no quiero, gozo la aventura
¡Tu sexo! y ¡El mío!
al compás de una locura.
De un sueño pasajero
condenable
con aroma a traición
y a veneno
que en verdad,
en tu abrazo termina
desbocado
buscando su ansiada libertad.
¡Como no amarte!
si en tus varoniles manos
mi corazón está.
¡Cómo odiarte!
Si tu me enseñaste
lo que significa amar.
Última edición: