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"JUNIOR". Cuando los hijos se van...

"JUNIOR" Cuando los hijos se van...

No se trata de plagiar el título de una novela o película ya conocida. ¡No!. Esta es la historia de un acontecimiento surgido de la realidad. Para algunos, tal vez insignificante, pero mirándolo desde el fondo humanitario se podrá apreciar, que hasta la actualidad, todavía hay personas con calidad humana ---en esta ocasión “JUNIOR”, nuestro personaje principal es una avecilla---, al parecer gorrión hembra. Nuestro relato se inicia en fecha reciente, el jueves once de Abril de dos mil trece, en una modesta casa --- ubicada en las inmediaciones de la Ciudad de Puebla, Puebla, México---, que se está restaurando con todo el amor del mundo ---sobre todo los días de descanso---, porque en la semana hay que laborar. Los protagonistas de esta historia están dedicando un interés personal y especial para que la referida casa, luzca armoniosa y pintoresca por el resto del tiempo. Ahora bien. Después de dura jornada, Rafael y Andrea llegaron a casa, eran aproximadamente la una con cuarenta minutos, es decir, pasada la media noche. La intención era descansar para la jornada del día siguiente. Al momento de entrar a la recámara, --- situada en la planta alta---, en el pasillo, Rafael, enciende la luz, en el espacio conocido comúnmente como azotehuela, Andrea, se percató de que algo se movía. Con cierto nerviosismo de acercó para ver de qué se trataba, ---pues como en días anteriores la casa estuvo abandonada, ésta fue invadida por ciertos bichos y uno de ellos fue una araña de gran tamaño, la cual apresaron para dejarla en un lugar lejano, ya que este bicho podía ser ponzoñoso y lo mejor sería abandonarlo en algún paraje distante ---costumbre de familia para con los animalillos, bichos y esas cosas ---. Volviendo a ese algo que se movió al encender la luz, Andrea encontró en el piso un pajarillo, al parecer gorrión, el cual yacía en el centro de la azotehuela. Posiblemente se precipitó desde lo que corresponde al plafón (techo), donde se encuentra un orificio (registro), del cual cuelgan el foco y cables que suministran la luz eléctrica. Por lo que pudieron percatarse nuestros protagonistas, da como respuesta que en el referido orificio anidó la madre gorriona y en un movimiento torpe del pajarillo, éste se precipitó al vacío, golpeándose contra el piso. Estaba recién nacido, apenas le apuntaban unas cuantas plumillas y la caída pudo haber sido fatal, pero la avecilla sobrevivió. Andrea, al mirar que seguía moviéndose, lo levantó, se percató que su pico era de color amarillo y blando, de tamaño pequeño, comparado a un pulgar de una mano adulta. Al tomarlo, le dijo a Rafael, mira “flaquito”, aún vive, se está moviendo, pero no creo que sobreviva para mañana. Le acondicionaron como primer refugio una pequeña caja de cartón, en la que se empaca calzado, la avecilla, toda la noche se la pasó piando, pues no tenía abrigo alguno y posiblemente hambre, pero así pasó parte de la noche. Aproximadamente a las cinco de la mañana, hora en que se reanudan las actividades para el día, lo primero que hizo Andrea fue asomarse al improvisado nido, el animalillo no hacía ruido y pensó ella que había muerto, pero su sorpresa fue que estaba vivo, en el rincón de la caja y todo tembloroso. Al momento le suministró alimento con unas pinzas para depilar y con una jeringa le dio agua a beber. Habían pasado diez días y los cuidados al pajarillo resultaron admirables; su protectora aprendió a suministrarle su alimento a la hora que éste lo pedía. Debido al lugar que llegó este pajarillo, se le consideró parte de la familia. Se le llamó “JUNIOR”. Lo característico es, que al paso de los días, dicho pajarillo no emitía sonido alguno cuando su ama se encontraba ausente o retirada del lugar, pero tan pronto llegaba y escuchaba su voz, éste empezaba a piar, dando a entender que requería ya de su alimento y agua. Junior, mejoró, su piar se hizo más fuerte. Su ama lo ejercitó y a la vez le fue creciendo su plumaje. Aprendió a sostenerse en una varilla de madera como lo hacen todas las aves en las ramas de los árboles. Gracias a algunos movimientos bruscos, esta avecilla ejercitó sus alas, moviéndose con libertad en la habitación y dentro de su improvisado nido, pues volaba de un lado hacia otro. Uno infinidad de ocasiones o casi siempre se encontraban las ventanas abiertas de par en par o la puerta principal pero no señales de querer escapar o salir para incorporarse a su hábitat. Aprendió a posarse en el pecho de su protectora y de Argelia, ---hija de Andrea---, a quien de broma le decían que “JUNIOR” era su hermano. Este gorrioncillo, emitía agradables sonidos propios de su especie y pudo decirse que poco faltó para que emprendiera el vuelo hacia el exterior. Pese a que aprendió a volar, no lo hizo. Fue la novedad, porque dicho pajarillo revoloteaba de un lugar a otro, se posaba en el respaldo de algún sillón o se prendía del pecho de quienes habitan el que ha sido su hogar. Tenía por costumbre posarse en el hombro de algún de alguien de la familia sobre todo en el abuelo o abuela,, posteriormente tomó confianza y también llegó a hacerlo con alguna de la visitas. Una de sus principales características era que esperaba ansioso la hora de la comida, pues al momento de que la familia se sentaban a comer, ya servido el platillo, como un chiquillo picoteaba el plato, la tortilla, pan o buscaba alimento de la boca de quien lo tenía en su hombro. “JUNIOR”, posteriormente tomó confianza y conocía perfectamente el envase de la soda, pero de preferencia Coca Cola; pues como chiquillo, corría y jugueteaba alrededor del envase y esperaba que alguien sirviera soda en un vaso, porque de inmediato se posaba en la orilla del recipiente y saboreaba la bebida. Había muchas características de de esta avecilla. Al parecer, todo tiende a terminar. Precisamente el día doce de diciembre, aproximadamente a las tres de la tarde, el abuelo salió a la tienda cercana a comprar una Coca Cola. Dicha tienda se encuentra aproximadamente a cincuenta metros de la casa. Estaba el abuelo por entrar a dicho establecimiento cuando se percató que la avecilla se había posado en su hombro, casi pegado a la nuca, pero el aleteo fue lo que lo identificó. Espantado el animalillo recorrió el hombro y se refugió en el pecho del abuelo, quien comprendió que debía poner cuidado, ya que se encontraban en una calle transitada donde circulan varios vehículos. Hubo otra ocasión semejante en la cual el abuelo se percató de que “JUNIOR”, no estaba preparado para salir y ocupar su lugar en la naturaleza, porque hubo riesgo de que fuera lastimado por un humano y un can. En esta ocasión, al regresar a casa, que por cierto tiene un pino de gran tamaño, pajarillos similares a él y de diferentes especies revolotean a escasos metros de la entrada principal y ventanas. Para eso, el abuelo sintió que el pajarillo emprendió el vuelo y al parecer simpatizó con uno de esos otros pajarillos. Dando por lógico ese encuentro entre las avecillas. Al no sentirlo en sus hombros, le dio aviso a Argelia, e hizo de su conocimiento que el pajarillo posiblemente emprendió el adiós. Fue preocupante, ya que al parecer el abuelo no aceptaba su partida por causa suya. Pero por fortuna, al entrar al interior de la vivienda, el abuelo se percató que dicho pajarillo se encontraba brincoteando en el respaldo del sillón que acostumbra usar la abuela para su descanso. Por esta ocasión no se fue, pero no estaba distante el día en que Junior emprendiera el vuelo. ¿Hacia dónde? Quién puede saberlo. Un día de estos, al llegar su ama, o algún otro miembro de la familia y no escuche el piar de esta avecilla posiblemente ya emprendió el vuelo para ocupar su lugar en la naturaleza. Sin embargo, todo tiene un principio y un fin. Un 18 de enero de 2014, los abuelos tuvieron la satisfacción de ser visitados por el primogénito de la familia, Ricardo, quien orgullosamente llevaba a su descendiente Ricardo (junior), así como a su esposa Eva María. Se disfrutó el momento, pues era significativo y especial ese día, ya que por razones de trabajo, según se dice: “sabrá Dios, hasta cuando se repita el acontecimiento”. Casi al despedirse la familia se optó por tomar una foto de los tres principales varones ahí presentes --- abuelo, padre e hijo---. Eva María dijo: “…Una foto de las tres generaciones y en efecto, fueron retratados, pero al instante, el abuelo arguyó: “…Un momento, falta otro miembro de la familia, ---“JUNIOR” ---, Ya que a últimas fechas, --- parece increíble…, era necesaria la presencia de “JUNIOR”, y aunque broma, formaba parte de la generación. El abuelo ordenó a Adriana que trajera a “JUNIOR”, seguramente estaba en su refugio ---una casita de cartón, decorada de manera sencilla, pero propia para la avecilla, instalada sobre una mesa de centro y en la sala, a escasos tres metros de la mesa del comedor---. Adriana abrió la puertecilla, pero “JUNIOR” , no salió. El abuelo insistió a Adriana para que trajera al pajarillo, pues éste, regularmente le daba la bienvenida al abuelo cuando llegaba de la calle o de trabajar. Raro fue que “JUNIOR”, no se asomara. Debido a la insistencia del abuelo, Adriana se asomó al refugio de “JUNIOR”, y triste fue la sorpresa al percatarse de que estaba muerto. La reacción no se hizo esperar, pues quienes convivieron con “JUNIOR”, lo sintieron, a tal grado que a sus amos: RAFAEL y ANDREA, se les avisó de inmediato, no es necesario mencionar la reacción de ellos y el resto de la familia… A “JUNIOR”, se le cuidó, se le protegió y se le alimentó como a un hijo recién nacido. De ahí su nombre: “Junior”. ¡ Qué tristeza! Sin embargo, debemos tomar muy en cuenta, que DIOS CREÓ LA FLORA Y LA FAUNA Y DEBEMOS RESPETAR LA LIBERTAD DE LOS ANIMALES. Tal vez esta experiencia sea la razón de un mensaje: Amar a nuestro prójimo y respetar a los seres, que la naturaleza, por designios de Dios, nos pone al alcance, San Antonio Abad y San Francisco de Asís, fueron un ejemplo: ADIOS NO, “JUNIOR”, AUN SIGUES AQUÍ PORQUE DEJASTE HUELLA EN ESTA FAMILIA… JUR CAN.
 
Última edición:
Estimado Jurcan, debo felicitarte por tan conmovedor y sensible relato, el que narras en esta historia tan bonita y triste a la vez, me encantó el mensaje final que das al terminar tu obra, excelente escrito, con muy buen manejo del lenguaje, un abrazo desde Argentina.
 
GRACIAS, POETA ERRANTE. En su momento subire algunas tomas de este simpatiquísimo gorrión (a). Extraño se hacía que al sentarse a la mesa, regularmente a comer no hiciera acto de presencia. A toda la familia nos dejó dolor. pero Gracias Dios, por lo menos, vimos su final. Con tanta crueldad que hay con los animales actualmente...?
 
Entiendo lo que me decis Juncar, me encataría ver esas fotos de esta historia real, que conmueve al que ama a los animales, que en realidad muchos humanos deberían aprender de ellos, esos seres que brindan compañía y amor sin esperar nada, me encanto tu historia, un gran abrazo.
 
Mi distinguido Poeta Errante. Un sincero saludo y te invito a que veas en You Tube, "Ganas de vivir"., es uno de los pocos videos que se han podido subir respecto a "Junior". Aún hay más. Me gustaría nos dieras tu opinión. Muchas gracias...
 

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