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La adorable niña y la malvada bruja

Sandra era una adorable niña de rubios rizos y dulce sonrisa que vivía en el reino de Verdes Cordilleras. Su mayor diversión era pasear por el campo y sacar cortas poesías de todo lo bello que veía:


Rosa roja que floreces
de tus pétalos hermosa
belleza tan ambiciosa
que de placer falleces.




Se fue haciendo famosa, pues sus poemas deleitaban a cuantos la oían. Nunca decía un “no” cuando alguien le pedía que le compusiese algunos versos. Era muy querida en toda la región. Su fama fue creciendo, más y más, y traspasó las fronteras del reino a Monte Podrido, un mundo regido por una malvada bruja, Julia, que oprimía a sus súbditos, sin dejarles disfrutar de las cosas bellas de la vida.Un campesino recitaba una de las poesías de Sandra mientras araba sus campos.


Cielo que azul resplandeces,
azul limpio, azul celeste,
acompaña mi recitar
para no encontrarme solo
en tan bonito lugar.


-¿De dónde sacaste esa cosa tan horrible?


El pobre campesino, al ver a la terrible bruja, se hechó a temblar.


-Ma..majestad,no...no lo sé, lo oí por ahí...
-¡Dímelo!, o te expulsaré de mi reino, convertido en un grosero cerdo, claro.
-Creo que en el reino de Verdes Cordilleras hay una niña llamada Sandra que compone poemas muy boni...digo, esas horribles cosas.


La bruja volvió a su tétrico palacio para alivio del agricultor.


-Maldita niña, si empiezan a llegar a oídos de mis esclavos esas poe...¡Ag!..sías todo mi trabajo, la labor de una vida, intentando crear el reino más oscuro del mundo, podría fracasar. ¡Tengo que evitarlo!


Voló en su escoba hacia Verdes Cordilleras, el odio, la rabia y la envidia abonaban su soberbia. Sin conocer de nada a Sandra solo la deseaba el mal.
Al llegar preguntó a mucha gente, pues no sabía el aspecto que tenía la niña. La mayoría se asustaban al ver el aspecto de Julia, la enorme nariz coronada por una gran verruga, ese pelo desmadejado y sucio, la boca con pocos dientes, y la mala educación ayudaba, así que, con un hechizo, transformó su aspecto. La gente empezó a indicarla, pero aun así, por sus modales, no se fiaban mucho.
Llegó al final a la aldea de Sandra y se puso a seguirla, todos la sonreían y la daban los buenos días, eso la ponía enferma, se le retorcían las tripas como si fuera un yo-yo. La niña entró en una tienda, y la malvada reina aprovechó para, haciéndose invisible con su pata de cuervo mágica, meterla en el bolsillo un colgante de plata.


-¡La ha robado algo! ¡Yo lo he visto!
-¿Sandra robarme algo? Usted se debe confundir.
-La he visto meterse algo en ese bolsillo.


Sandra, con cara de asombro, se metió la mano y sacó el colgante. Su cara se puso roja como un tomate.


-Yo...lo siento señora Luisa, no sabía que en el bolsillo...no sé como llegó hasta aquí.


Bajó la cara con lágrimas en los ojos.


-Vamos Sandra, no llores, ya sé que tú no lo has cogido, si te he ofrecido mil veces regalos por componerme esas bonitas poesías que tanto me gustan y nunca has aceptado nada. Se habrá caído por casualidad. Vamos hacer una cosa, considéralo un regalo, así es imposible que lo hayas cogido.
-Muchas gracias Señora Luisa.


Julia rabiaba y porfiaba escondida detrás de un gran roble al que, llevada por la ira, soltó una gran patada.


-¡Ay! ¡Ay! Maldito árbol, cuando me apodere de este reino te haré talar,que daño me hice en el pie.


Cambió de aspecto para no ser reconocida y siguió en su empeño.
Sandra pasó junto a una niña pequeña que estaba al borde de una acequia de sucias y lodosas aguas. Volvió a tocar su pata de cuervo mágica, y haciéndose invisible y empujó a la criatura.


-¡La ha empujado la niña de rizos rubios! Yo la he visto.


El padre sacó a su hija del lodazal consolándola por el susto y por la porquería que tenía en su traje nuevo. La pobre no paraba de llorar.


-¿Sandra empujar a Matilda?. Usted se confunde señora.
-Yo lo he visto.
-Le digo que se confunde. Cuando mi hija estuvo mala hace unos meses Sandra la cuido como si fuera su hermana.


Sandra bajo la cabeza y ya se le saltaban las lágrimas, todavía andaba muy sensible por la vergüenza pasada en la tienda.


-Pero tú no llores por lo que diga la mujer esta. Anda toma esta moneda y ves a comprarte una golosina para que se te pase la sofoquina. ¡Y usted! Haga el favor de marcharse a molestar a otro lado.


Se fue detrás de unos cobertizos, donde pudo chillar y golpear todo lo que quiso sin que la viera nadie.


-¡Maldita! ¡MALDITA!, no lo puedo creer. ¿En Verdes Cordilleras son todos tontos?. No se va a salir con la suya, conseguiré que la odien, si, que la ¡ODIENNNNN!


Sandra llegó a la granja del señor Antonio, que estaba de camino a su casa, y pasó a saludarlo. Julia, tocó de nuevo su pata de cuervo mágica y se transformó invisible. Se acercó donde estaban los animales y abrió todas los portones. Cerdos, ovejas, vacas, conejos, gallinas y pavos se espantaron de la bruja y se esparcieron por todo el campo.


-Yo he visto a la niña abrir todas las puertas y espantar a los animales.
-¿A Sandra?
-¡Si! A esa niña.
-Usted se confunde señora.
-¡Yo la he visto!
-Usted podrá ver lo que quiera señora, pero para mí que está
mintiendo, no sé por qué, pero está mintiendo. Sandra me ayuda todas las mañanas con los animales, y nunca me pide nada, así que dudo mucho que hiciera algo así. Anda Sandra, entra conmigo a tomar un poco de pastel de chocolate. ¡Y USTED ABANDONE MIS TIERRAS DE INMEDIATO!.



Toda la cabeza se le puso de un rojo intenso mientras veía que entraban en la casa. No podía entender el aprecio que la tenía todo el mundo. Volvió a tocar su pata de cuervo mágica para volverse invisible dispuesta a colarse en la casa y hacer una barbaridad, la rabia la estaba volviendo aún más loca.


-¡GRRRRRRRR! ¡GRRRRRRRR!


Un gruñido se oyó a su espalda, al volverse vio el enorme perro del granjero. No la podía ver, pero su fino olfato le decía que una intrusa intentaba colarse en la casa.


-No bonito, tranquilo, si ya me voy.


El animal arrancó a correr y la bruja no se lo pensó. Se levantó las faldas y a grandes zancadas salió como un rayo en dirección a los prados. Pasó a paso el perro se acercaba más. Soltó una dentellada que rozó el trasero de Julia. Dos zancadas más adelante el suelo le faltó bajo los pies y cayó en un profundo y oscuro pozo. Tucón, el enorme perro, se asomó con el cinturón de la malvada en la boca, donde colgaban la pata de cuervo mágica, la varita y unas pequeñas bolsas con otros objetos mágicos, que le había arrancado con ese mordisco. Empezó a gritar pidiendo ayuda, pero el granjero, al oír los gritos y no ver a nadie, le entró miedo y cerró el pozo con unos largos listones de madera.


Los habitantes de Monte Podrido, según pasaron los días sin ver aparecer a la malvada reina, fueron huyendo a Cordilleras Verdes, donde no tenían que aguantar tanta maldad y despotismo.


Nunca más se supo nada de la bruja, y Sandra siguió componiendo esos bonitos versos para el deleite de sus vecinos.


Y colorín colorado, este cuento, aún no ha acabado.
 
Última edición:
Francamente es una prosa absolutamente exquisita, con todos los condimentos de un cuento infantil, plasmado de manera fluida y muy entretenida atrapando al lector. Felicitaciones Javier por este bellisimo cuento, saludos amigo poeta
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Sandra era una adorable niña de rubios rizos y dulce sonrisa que vivía en el reino de Verdes Cordilleras. Su mayor diversión era pasear por el campo y sacar cortas poesías de todo lo bello que veía:


Rosa roja que floreces
de tus pétalos hermosa
belleza tan ambiciosa
que de placer falleces.




Se fue haciendo famosa, pues sus poemas deleitaban a cuantos la oían. Nunca decía un “no” cuando alguien le pedía que le compusiese algunos versos. Era muy querida en toda la región. Su fama fue creciendo, más y más, y traspasó las fronteras del reino a Monte Podrido, un mundo regido por una malvada bruja, Julia, que oprimía a sus súbditos, sin dejarles disfrutar de las cosas bellas de la vida.Un campesino recitaba una de las poesías de Sandra mientras araba sus campos.


Cielo que azul resplandeces,
azul limpio, azul celeste,
acompaña mi recitar
para no encontrarme solo
en tan bonito lugar.


-¿De donde sacaste esa cosa tan horrible?


El pobre campesino, al ver a la terrible bruja, se hecho a temblar.


-Ma..magestad,no...no lo sé, lo oí por ahí...
-¡Dímelo!, o te expulsaré de mi reino, convertido en un grosero cerdo, claro.
-Creo que en el reino de Verdes Cordilleras hay una niña llamada Sandra que compone poemas muy boni...digo, esas horribles cosas.


La bruja volvió a su tétrico palacio para alivio del agricultor.


-Maldita niña, si empiezan a llegar a oídos de mis esclavos esas poe...¡Ag!..sías todo mi trabajo, la labor de una vida, intentando crear el reino más oscuro del mundo, podría fracasar. ¡Tengo que evitarlo!


Voló en su escoba hacia Verdes Cordilleras, el odio, la rabia y la envidia abonaban su soberbia. Sin conocer de nada a Sandra solo la deseaba el mal.
Al llegar preguntó a mucha gente, pues no sabía el aspecto que tenía la niña. La mayoría se asustaban al ver el aspecto de Julia, la enorme nariz coronada por una gran verruga, ese pelo desmadejado y sucio, la boca con pocos dientes, y la mala educación ayudaba, así que, con un hechizo, transformó su aspecto. La gente empezó a indicarla, pero aun así, por sus modales, no se fiaban mucho.
Llegó al final a la aldea de Sandra y se puso a seguirla, todos la sonreían y la daban los buenos días, eso la ponía enferma, se le retorcían las tripas como si fuera un yo-yo. La niña entró en una tienda, y la malvada reina aprovechó para, haciéndose invisible con su pata de cuervo mágica, meterla en el bolsillo un colgante de plata.


-¡La ha robado algo! ¡Yo lo he visto!
-¿Sandra robarme algo? Usted se debe confundir.
-La he visto meterse algo en ese bolsillo.


Sandra, con cara de asombro, se metió la mano y sacó el colgante. Su cara se puso roja como un tomate.


-Yo...lo siento señora Luisa, no sabía que en el bolsillo...no se como llegó hasta aquí.


Bajó la cara con lágrimas en los ojos.


-Vamos Sandra, no llores, ya sé que tú no lo has cogido, si te he ofrecido mil veces regalos por componerme esas bonitas poesías que tanto me gustan y nunca has aceptado nada. Se habrá caído por casualidad. Vamos hacer una cosa, considéralo un regalo, así es imposible que lo hayas cogido.
-Muchas gracias Señora Luisa.


Julia rabiaba y porfiaba escondida detrás de un gran roble al que, llevada por la ira, soltó una gran patada.


-¡Ay! ¡Ay! Maldito árbol, cuando me apodere de este reino te haré talar,que daño me hice en el pie.


Cambió de aspecto para no ser reconocida y siguió en su empeño.
Sandra pasó junto a una niña pequeña que estaba al borde de una acequia de sucias y lodosas aguas. Volvió a tocar su pata de cuervo mágica, y haciéndose invisible y empujó a la criatura.


-¡La ha empujado la niña de rizos rubios! Yo la he visto.


El padre sacó a su hija del lodazal consolándola por el susto y por la porquería que tenía en su traje nuevo. La pobre no paraba de llorar.


-¿Sandra empujar a Matilda?. Usted se confunde señora.
-Yo lo he visto.
-Le digo que se confunde. Cuando mi hija estuvo mala hace unos meses Sandra la cuido como si fuera su hermana.


Sandra bajo la cabeza y ya se le saltaban las lágrimas, todavía andaba muy sensible por la vergüenza pasada en la tienda.


-Pero tú no llores por lo que diga la mujer esta. Anda toma esta moneda y ves a comprarte una golosina para que se te pase la sofoquina. ¡Y usted! Haga el favor de marcharse a molestar a otro lado.


Se fue detrás de unos cobertizos, donde pudo chillar y golpear todo lo que quiso sin que la viera nadie.


-¡Maldita! ¡MALDITA!, no lo puedo creer. ¿En Verdes Cordilleras son todos tontos?. No se va a salir con la suya, conseguiré que la odien, si, que la ¡ODIENNNNN!


Sandra llegó a la granja del señor Antonio, que estaba de camino a su casa, y pasó a saludarlo. Julia, tocó de nuevo su pata de cuervo mágica y se transformó invisible. Se acercó donde estaban los animales y abrió todas los portones. Cerdos, ovejas, vacas, conejos, gallinas y pavos se espantaron de la bruja y se esparcieron por todo el campo.


-Yo he visto a la niña abrir todas las puertas y espantar a los animales.
-¿A Sandra?
-¡Si! A esa niña.
-Usted se confunde señora.
-¡Yo la he visto!
-Usted podrá ver lo que quiera señora, pero para mi que esta mintiendo, no se por qué, pero esta mintiendo. Sandra me ayuda todas las mañana scon los animales, y nunca me pide nada, así que dudo mucho que hiciera algo así. Anda Sandra, entra conmigo a tomar un poco de pastel de chocolate. ¡Y USTED ABANDONE MIS TIERRAS DE INMEDIATO!.


Toda la cabeza se le puso de un rojo intenso mientras veía que entraban en la casa. No podía entender el aprecio que la tenía todo el mundo. Volvió a tocar su pata de cuervo mágica para volverse invisible dispuesta a colarse en la casa y hacer una barbaridad, la rabia la estaba volviendo aún más loca.


-¡GRRRRRRRR! ¡GRRRRRRRR!


Ungruñido se oyó a su espalda, al volverse vio el enorme perro del granjero. No la podía ver, pero su fino olfato le decía que una intrusa intentaba colarse en la casa.


-No bonito, tranquilo, si ya me voy.


El animal arrancó a correr y la bruja no se lo pensó. Se levantó las faldas y a grandes zancadas salió como un rayo en dirección a los prados. Pasó a paso el perro se acercaba más. Soltó una dentellada que rozó el trasero de Julia. Dos zancadas más adelante el suelo le faltó bajo los pies y cayó en un profundo y oscuro pozo. Tucón, el enorme perro, se asomó con el cinturón de la malvada en la boca, donde colgaban la pata de cuervo mágica, la varita y unas pequeñas bolsas con otros objetos mágicos, que le había arrancado con ese mordisco. Empezó a gritar pidiendo ayuda, pero el granjero, al oír los gritos y no ver a nadie, le entró miedo y cerró el pozo con unos largos listones de madera.


Los habitantes de Monte Podrido, según pasaron los días sin ver aparecer a la malvada reina, fueron huyendo a Cordilleras Verdes, donde no tenían que aguantar tanta maldad y despotismo.


Nunca más se supo nada de la bruja, y Sandra siguió componiendo esos bonitos versos para el deleite de sus vecinos.


Y colorín colorado, este cuento, aún no ha acabado.


Javier tus prosas me encantan,ésta es un deleite ,una historia atrapante digna de una imaginación brillante,que va entreteniendo en su lectura y en el discurrir de esa historia que según tu final no ha acabado,dejando así un cierre a la imaginación del lector,me encanto solo me resta felicitarte por esta magnifica creación,un placer leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

MARIPOSA NEGRA

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jajajajajajajajajajajajajajajaja yo como que ya conocía esta historia, la bruja malvada me expulso del reino Monte Podrido y yo me divierto mucho en Cordilleras Verdes leyendo las poesias de la preciosa Sandra, besos mi querido y maquiavelico señor de los piropos jajaja me encantooooooooo
 

MARIPOSA NEGRA

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pd. tenía razón el narrador por más que intento la malvada bruja Julia no puede hacer que odiemos a la preciosa Sandra :p aunque venga y se haga la invisible
 
Jajajajaja. Esta noche se los leo a mis dos pequeños, aunque temo que no puedan dormir por esa bruja llamada Julia. Debe ser una pesadilla sentir su sombra malvada, jajajajaja. Muy divertido, querido amigo.

De hecho cada adorno, cada bloque, cada pedacito de esa vivienda, fue construida por las propuestas de cada uno de sus habitantes. No sé por qué se llena la boca diciendo que la casa la hizo toda ella, llevándose todo el crédito, y además, reclamando por un esquema prediseñado.
 
Última edición:
Vuelvo a esta ¡¡¡Impresionante Prosa!!! Porque me has hecho reir más de lo que yo pensaba, te faltó decir que "Cualquier similitud con la vida real NO es mera coincidencia". Felicitaciones Javier por este inmenso y maravilloso escrito, reputación, aplausos y saludos amigo poeta


 
jjejejee que tan bonita historia de esta niña llena de poesías que logro cumplir sus sueños gracias a su empeño y esos versos tan dulces pero a pesar de todo yo creo que esa brujita no es tan mala, tiene su corazoncito despues de todo, bueno al menos para mi, JAVIER TOMAS muchas gracias por dejarme ser niña de nuevo, por dejarme soñar entre tu linda historia, en mi caso creo que todos tenemos una bruja y un hada dentro y que es bonito perdonar también, yo aveces soy muy bruja he de confesar ;p, bueno no quiero tirarme la historia jejeje, gracias de nuevo por esta aventura de tus letras, beso y rayitos de luna para ti ; )
 

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