La cena
El viento mal sacude los postigos
de la antigua casona solitaria,
de ganchuda nariz la propietaria
sirve vinos y cena a los mendigos.
Afuera, entre los lúgubres quejigos,
que evocan a una caja cineraria,
un ave de rapiña es tributaria
del banquete y observa a los amigos.
El plato principal, nutrido caldo,
grasoso y perfumado con especias
hierve sobre la lumbre del brasero
y la anciana, acercándose al rescaldo,
oculta con certeras peripecias
dos fémures flotando en el caldero.
Ana María Broglio
Villa Gesell-República Argentina.
El viento mal sacude los postigos
de la antigua casona solitaria,
de ganchuda nariz la propietaria
sirve vinos y cena a los mendigos.
Afuera, entre los lúgubres quejigos,
que evocan a una caja cineraria,
un ave de rapiña es tributaria
del banquete y observa a los amigos.
El plato principal, nutrido caldo,
grasoso y perfumado con especias
hierve sobre la lumbre del brasero
y la anciana, acercándose al rescaldo,
oculta con certeras peripecias
dos fémures flotando en el caldero.
Ana María Broglio
Villa Gesell-República Argentina.