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La fabrica de sueños

Carmen Cano

Miembro Conocido
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Cuenta una vieja leyenda, que en algún punto perdido entre dos mundos se encuentra una vieja fábrica, cuentan quienes han podido verla que jamás podrán revelar el secreto para llegar hasta ella, porque es ella quien se muestra cuando quiere, pero que la única forma de encontrarla es perdiendo el miedo a soñar y creyendo que los sueños se hacen realidad.

En las noches en que no hay luna y solo para aquellos que saben mirar, pueden verse volando entre las nubes los sueños perdidos, vuelan formando remolinos, bajan y suben y hacen tirabuzones prendidos en el brillo de alguna estrella, vuelan así buscando a esas personas que necesitan un sueño para poder continuar, porque hay personas que por una razón u otra perdieron las ganas de soñar o simplemente se les olvidó cómo se hacía.

A veces descienden tanto que casi rozan las cabezas de esas personas que vagan perdidas en la noche, esperando simplemente que alguien pueda verlos y estire su mano para así rozar un sueño con la punta de los dedos, para que puedan acariciarlo, darlo forma y moldearlo, porque los sueños son flexibles, por eso son sueños.

No todos consiguen verlos, algunos, los afortunados saben descubrirlos y hacerlos suyos, otros ni siquiera los ven y otros pueden intuirlos, pero no se toman la molestia de sacar sus manos de los bolsillos y así pierden la oportunidad de soñar, ese sueño entonces se eleva de nuevo, vuelve a columpiarse en la sonrisa de la luna y cuando está preparado salta al vacío en busca de la persona perfecta que quiera darlo forma.

Pueden pasar meses o incluso años antes de que alguien sea capaz de apreciarlo, pero en ocasiones un nuevo sueño tarda tan solo un suspiro en ser descubierto, por suerte, para los sueños no existe el tiempo, por eso vuelan y vuelan esperando ser descubiertos, por eso lo intentan una y otra vez hasta convertirse en realidad, porque ese es el fin de todos los sueños, ser la realidad de alguien que un día lo encontró, que se ocupó de darlo forma, que lo hizo crecer y que al final lo dejó formar parte de su vida, porque eso son los sueños, pedacitos de vida suspendidos en el tiempo, inalterables, perpetuos, que se vuelven eternos.

Quizás nunca se descubra el punto exacto donde se encuentra la fábrica de sueños, quizás solo sea una leyenda, pero la fábrica seguirá trabajando, poniendo sueños en movimiento a diario esperando que alguien quiera hacerlos realidad, porque la vida sin sueños no es vida y los sueños sin vida se mueren.
 

Clavel

Miembro Conocido
Ver el archivo adjunto 2198

Cuenta una vieja leyenda, que en algún punto perdido entre dos mundos se encuentra una vieja fábrica, cuentan quienes han podido verla que jamás podrán revelar el secreto para llegar hasta ella, porque es ella quien se muestra cuando quiere, pero que la única forma de encontrarla es perdiendo el miedo a soñar y creyendo que los sueños se hacen realidad.

En las noches en que no hay luna y solo para aquellos que saben mirar, pueden verse volando entre las nubes los sueños perdidos, vuelan formando remolinos, bajan y suben y hacen tirabuzones prendidos en el brillo de alguna estrella, vuelan así buscando a esas personas que necesitan un sueño para poder continuar, porque hay personas que por una razón u otra perdieron las ganas de soñar o simplemente se les olvidó cómo se hacía.

A veces descienden tanto que casi rozan las cabezas de esas personas que vagan perdidas en la noche, esperando simplemente que alguien pueda verlos y estire su mano para así rozar un sueño con la punta de los dedos, para que puedan acariciarlo, darlo forma y moldearlo, porque los sueños son flexibles, por eso son sueños.

No todos consiguen verlos, algunos, los afortunados saben descubrirlos y hacerlos suyos, otros ni siquiera los ven y otros pueden intuirlos, pero no se toman la molestia de sacar sus manos de los bolsillos y así pierden la oportunidad de soñar, ese sueño entonces se eleva de nuevo, vuelve a columpiarse en la sonrisa de la luna y cuando está preparado salta al vacío en busca de la persona perfecta que quiera darlo forma.

Pueden pasar meses o incluso años antes de que alguien sea capaz de apreciarlo, pero en ocasiones un nuevo sueño tarda tan solo un suspiro en ser descubierto, por suerte, para los sueños no existe el tiempo, por eso vuelan y vuelan esperando ser descubiertos, por eso lo intentan una y otra vez hasta convertirse en realidad, porque ese es el fin de todos los sueños, ser la realidad de alguien que un día lo encontró, que se ocupó de darlo forma, que lo hizo crecer y que al final lo dejó formar parte de su vida, porque eso son los sueños, pedacitos de vida suspendidos en el tiempo, inalterables, perpetuos, que se vuelven eternos.

Quizás nunca se descubra el punto exacto donde se encuentra la fábrica de sueños, quizás solo sea una leyenda, pero la fábrica seguirá trabajando, poniendo sueños en movimiento a diario esperando que alguien quiera hacerlos realidad, porque la vida sin sueños no es vida y los sueños sin vida se mueren.

Cuanta razón llevas en tus letras ,sin sueños no somos nada,me encanto tu relato,un abrazo.
 
Nuestro ser se identifica con los sueños sin ellos nos convertimos en autómatas y perdemos ese carisma de humanidad que nos dan ellos. Bellisimo relato de exquisita profundidad magnificamente plasmado. Felicitaciones poeta Carmen cano por su maravillosa obra, se le saluda atte.
 

Carmen Cano

Miembro Conocido
Nuestro ser se identifica con los sueños sin ellos nos convertimos en autómatas y perdemos ese carisma de humanidad que nos dan ellos. Bellisimo relato de exquisita profundidad magnificamente plasmado. Felicitaciones poeta Carmen cano por su maravillosa obra, se le saluda atte.

Gracias Daniel.
Al final, los sueños son la esencia de lo que somos.

Besos!!
 

Ingrid Zetterberg

Miembro Conocido
Bonito relato, dulces fantasías del corazón. Yo solía soñar despierta hace mucho tiempo, pero al ver que mis sueños no se hicieron realidad, vino la tristeza y la decepción. Por eso ahora soy muy realista y solamente sueño dormida. Felicito tus letras y te dejo un saludo cordial.
 

Yan

Miembro Conocido
Los sueños son el motor que nos impulsa a luchar y nos mantiene la vida en pie. Hermosa obra mi querida amiga. Besos con cariño. Saludos.
 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
Ver el archivo adjunto 2198

Cuenta una vieja leyenda, que en algún punto perdido entre dos mundos se encuentra una vieja fábrica, cuentan quienes han podido verla que jamás podrán revelar el secreto para llegar hasta ella, porque es ella quien se muestra cuando quiere, pero que la única forma de encontrarla es perdiendo el miedo a soñar y creyendo que los sueños se hacen realidad.

En las noches en que no hay luna y solo para aquellos que saben mirar, pueden verse volando entre las nubes los sueños perdidos, vuelan formando remolinos, bajan y suben y hacen tirabuzones prendidos en el brillo de alguna estrella, vuelan así buscando a esas personas que necesitan un sueño para poder continuar, porque hay personas que por una razón u otra perdieron las ganas de soñar o simplemente se les olvidó cómo se hacía.

A veces descienden tanto que casi rozan las cabezas de esas personas que vagan perdidas en la noche, esperando simplemente que alguien pueda verlos y estire su mano para así rozar un sueño con la punta de los dedos, para que puedan acariciarlo, darlo forma y moldearlo, porque los sueños son flexibles, por eso son sueños.

No todos consiguen verlos, algunos, los afortunados saben descubrirlos y hacerlos suyos, otros ni siquiera los ven y otros pueden intuirlos, pero no se toman la molestia de sacar sus manos de los bolsillos y así pierden la oportunidad de soñar, ese sueño entonces se eleva de nuevo, vuelve a columpiarse en la sonrisa de la luna y cuando está preparado salta al vacío en busca de la persona perfecta que quiera darlo forma.

Pueden pasar meses o incluso años antes de que alguien sea capaz de apreciarlo, pero en ocasiones un nuevo sueño tarda tan solo un suspiro en ser descubierto, por suerte, para los sueños no existe el tiempo, por eso vuelan y vuelan esperando ser descubiertos, por eso lo intentan una y otra vez hasta convertirse en realidad, porque ese es el fin de todos los sueños, ser la realidad de alguien que un día lo encontró, que se ocupó de darlo forma, que lo hizo crecer y que al final lo dejó formar parte de su vida, porque eso son los sueños, pedacitos de vida suspendidos en el tiempo, inalterables, perpetuos, que se vuelven eternos.

Quizás nunca se descubra el punto exacto donde se encuentra la fábrica de sueños, quizás solo sea una leyenda, pero la fábrica seguirá trabajando, poniendo sueños en movimiento a diario esperando que alguien quiera hacerlos realidad, porque la vida sin sueños no es vida y los sueños sin vida se mueren.

Muy bello relato, motivador, soñado.
Felicitaciones, Carmen
Un abrazo
Ana
 

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