Paloma Pérez
Moderadora del Foro Poesía Infantil
El amaba a su esposa con locura,
sacrificó muchas cosas en su vida
tales como gustos, cosas que apreciaba
y hasta amigos por hacerla feliz.
Pero un día inesperado,
leyendo los mensajes del correo electrónico de su mujer,
descubrió que tenía un amante.
Decidió espiarla y observarla un tiempo.
Un día paseando por el parque más cercano,
la observó besando a su amante
y sintió como si una navaja le cortara el alma.
Un fuego de celos ardía en su mundo interior,
se secaron todos los árboles y flores de su jardín íntimo,
los pétalos y hojas marchitas cayeron
y tapizaron el suelo del jardín con hojas secas.
Los árboles se quedaron desnudos
y las flores marchitas murieron.
Sentía un profundo dolor.
Se acostó con la cara empapada
por una lluvia de lágrimas abundantes,
empapó las sábanas y las almohadas,
no lograba conciliar el sueño,
notaba como si le clavasen cuchillos en su alma.
Se levantó con un tremendo malestar
Y escribió un correo electrónico a su mujer:
“¿Por qué me has engañado?,
¿Acaso merezco tan vil desprecio,
después de todo lo que te he dado?”
sacrificó muchas cosas en su vida
tales como gustos, cosas que apreciaba
y hasta amigos por hacerla feliz.
Pero un día inesperado,
leyendo los mensajes del correo electrónico de su mujer,
descubrió que tenía un amante.
Decidió espiarla y observarla un tiempo.
Un día paseando por el parque más cercano,
la observó besando a su amante
y sintió como si una navaja le cortara el alma.
Un fuego de celos ardía en su mundo interior,
se secaron todos los árboles y flores de su jardín íntimo,
los pétalos y hojas marchitas cayeron
y tapizaron el suelo del jardín con hojas secas.
Los árboles se quedaron desnudos
y las flores marchitas murieron.
Sentía un profundo dolor.
Se acostó con la cara empapada
por una lluvia de lágrimas abundantes,
empapó las sábanas y las almohadas,
no lograba conciliar el sueño,
notaba como si le clavasen cuchillos en su alma.
Se levantó con un tremendo malestar
Y escribió un correo electrónico a su mujer:
“¿Por qué me has engañado?,
¿Acaso merezco tan vil desprecio,
después de todo lo que te he dado?”