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La leyenda del desierto

Yo he visto el Edén.
Mis ojos posaron en él
no capaces de superarlo.
Los frutales crecían
dando sombra a mi andar
y en sus arroyos refrescar
sensación de dulce cansancio.
Mantos floridos
embargaban mis sentidos
y a mis oídos regalaba
risas de niños al jugar.
Dueño de lo que me rodeaba,
sus habitantes me respetaban
por ser buen juez y señor.
Vivía con la calma de los justos,
la alegría de los que nada temen,
la tranquilidad del que nada le falta.
Pero eso era una presunción
que lo que quiere el corazón
el hombre nunca lo entiende.
Paseaba entre flores
disfrutando de sus olores,
cuando a la más bella vi.
Esas pupilas ladinas,
dos perlas divinas
que mi habla enmudeció.
No se cómo sucedió,
pero mi alma quemó
con una sola mirada.
Incapaz de reaccionar,
la dejé marcha
sin haber dicho nada.
Nunca volvió a amanecer igual,
nunca había suspirado así,
ni tantas noches velé.
Dormir era sufrir
por no estar a mi lado
y no ser su amado.
¿Con quién estará?
¿Quién la abrazará
mientras estoy desesperado?
Removí cielo y tierra
para dar con ella
y volverla a mirar.
El ansia me invadía
y ya nadie podía
de mi cerca estar.
Semanas pasaron
cuando al fin la encontraron
y noticia me vinieron a dar.
Al galope tendido
corazón y estribo
a buscarla fui.
A nada tanto amé,
a ninguna flor tan bien cuidé,
ni Ala cosa agradecí así.
Mi lengua se hacía miel
de pronunciar su nombre.
Solo respiraba el aire
que exhalaba su boca.
Ni mismas bellos jardines
me hacían apartar la vista de ella.
Mi tiempo se paró.
Ya hombre maduro
por primera vez
la juventud conocí.
Mis obligaciones
se me hicieron penosas
pues solo quería una cosa.
Mis días se me hacían largos,
mis noches cortas,
pues solo quería una cosa,
amar,amar, amar.
Como siempre se me negó,
como nunca lo conocí.
El intenso frenesí
de tener ante ti
lo único que me importa.
Pero solo se me permitió
el paraíso tocar
como el viento al pasar,
salvaje
intenso
y sin retorno.
Un año después enfermo,
su cuerpo no resistió
y en mis brazos muerta yacía.
Mi vida quedo inerte,
mis sentidos yermos,
mis ojos secos.
No pude llorarla,
el dolor se hizo presa de mí.
La bilis invadió mis pensamientos,
mientras otros la enterraban
en mí solo crecía el odio.
¿Por qué poner en mis manos
esa excelsa alegría
y solo poderla amar
unos pocos días?.
¿Por qué me pides amar
y me niegas el mío?.
¡Yo te maldigo¡
¡Allá en tu trono celestial
la envidia te ha corroído
y me la has querido arrebatar¡.
¿Para eso te llamas Dios?.
¿Para eso has creado vida?
¡Yo te maldigo¡
¡Te repudio¡
¡Tu nombre escupo¡
¡Seré tu incubo¡
Me lancé a la destrucción
en una loca carrera
de sangre y venganza.
No había ser vivo que respetara,
hombre, mujer o niño
bajo mi espada caía,
mancillaba todo lo puro
corrompía lo que tocaba
envenenaba lo que pronunciaba.
Una noche ya agotado
de rodillas caí en el suelo
y alcé mis ojos a la luna.
Su fulgurante brillar
reflejaba sobre la sangre
que aun mi piel manchaba.
¿Cómo alguien
capaz de crear algo tan hermoso
pudo matar a mi amada?.
Empezó hacerse grande.
Más y más grande
y de ella una voz salió.
“Insensato, ¿Por qué crees que brilla?,
es el amor de los enamorados
que aquí aman eternamente.
¿No ves la luz pura?.
¿No ves que a los amantes cobija?.
¿No te hice conocer el amor?
Fue recompensa por tu justa
conducta y la muerte un pago,
que tan intenso amor
poco esta tierra conoció,
y mi bendición era
que no tuviera fin
y en este recóndito confín
resplandeciera más intensamente
pero en vez de velar su pérdida
maldijiste al que te la dio,
en vez de añorar su presencias
locura y venganza su ausencia.
Mira cada noche a la luna
que tu amada estará allí
pero nunca podrás ir
vetado esta para el que odia.” .
La voz se apagó
y mi mente comprendió
todo lo que decía.
Yo mismo me condené,
no la volveré a ver
por culpa de mi locura.
Grité su nombre
¡Grité!, ¡Grité!,¡Grité!
Pero nadie respondía,
por primera vez odio no sentía
mi corazón se deshacía de amor
y pude pedir perdón.
Mis lágrimas brotaban
demostrando el dolor
de todas mis acciones.
Cada día caía rendido,
cada noche despertaba
y lloraba mirando a mi mora.
Ala se compadeció
de este pobre servidor
que un día no supo honrarle.
Una noche
mis lagrimas se convirtieron
en granos de arena.
Una tras otra. Una tras otra,
cegó la vega,
cubrió los ríos,
mi palacio enterró
y con el todas las casas,
la gente emigró y yo solo quedé .
Cada noche sigo llorando
sigo gritando mi pena
pero al menos obtuve el perdón
durante la eternidad
veré la luz de mi flor.
Si por el desierto vas
cada duna que veas
es mi corazón que palpita de deseo.
Si por la noche
crees oír gritar
soy yo, que canto mi dolor,
que grito su nombre,
que pido perdón.
Y si el viento te azota
recuerda, es mi amor
salvaje
intenso
y sin retorno
pero eterno.
Cuando por la noche
veas ese inmenso arenal
bañado por la luna
no son dos,
que somos uno
castigado por el infortunio,
y por eso
mi corazón
no ha dejado de llorar.


Que las estrellas que te alumbraron en las noches del desierto, lo sigan haciendo el resto de tu vida, como tu amistad alumbra mi corazón. A mi romántica amiga.
 
Última edición:

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
Yo he visto el Edén.
Mis ojos posaron en él
no capaces de superarlo.
Los frutales crecían
dando sombra a mí andar
y en sus arroyos refrescar
sensación de dulce cansancio.
Mantos floridos
embargaban mis sentidos
y a mis oídos regalaba
risas de niños al jugar.
Dueño de lo que me rodeaba,
sus habitantes me respetaban
por ser buen juez y señor.
Vivía con la calma de los justos,
la alegría de los que nada temen,
la tranquilidad del que nada le falta.
Pero eso era una presunción
que lo que quiere el corazón
el hombre nunca lo entiende.
Paseaba entre flores
disfrutando de sus olores,
cuando a la más bella vi.
Esas pupilas ladinas,
dos perlas divinas
que mi habla enmudeció.
No se como sucedió,
pero mi alma quemó
con una sola mirada.
Incapaz de reaccionar,
la deje marcha
sin haber dicho nada.
Nunca volvió a amanecer igual,
nunca había suspirado así,
ni tantas noches velé.
Dormir era sufrir
por no estar a mi lado
y no ser su amado.
¿Con quien estará?
¿Quien la abrazara
mientras estoy desesperado?
Removí cielo y tierra
para dar con ella
y volverla a mirar.
El ansia me invadía
y ya nadie podía
de mi cerca estar.
Semanas pasaron
cuando al fin la encontraron
y noticia me vinieron a dar.
Al galope tendido
corazón y estribo
a buscarla fui.
A nada tanto amé,
a ninguna flor tan bien cuidé,
ni Ala cosa agradecí así.
Mi lengua se hacia miel
de pronunciar su nombre.
Solo respiraba el aire
que exhalaba su boca.
Ni mismas bellos jardines
me hacían apartar la vista de ella.
Mi tiempo se paró.
Ya hombre maduro
por primera vez
la juventud conocí.
Mis obligaciones
se me hicieron penosas
pues solo quería una cosa.
Mis días se me hacían largos,
mis noches cortas,
pues solo quería una cosa,
amar,amar, amar.
Como siempre se me negó,
como nunca lo conocí.
El intenso frenesí
de tener ante ti
lo único que me importa.
Pero solo se me permitió
el paraíso tocar
como el viento al pasar,
salvaje
intenso
y sin retorno.
Un año después enfermo,
su cuerpo no resistió
y en mis brazos muerta yacía.
Mi vida quedo inerte,
mis sentidos yermos,
mis ojos secos.
No pude llorarla,
el dolor se hizo presa de mí.
La bilis invadió mis pensamientos,
mientras otros la enterraban
en mi solo crecía el odio.
¿Por que poner en mis manos
esa excelsa alegría
y solo poderla amar
unos pocos días?.
¿Porque me pides amar
y me niegas el mió?.
¡Yo te maldigo¡
¡Allá en tu trono celestial
la envidia te ha corroído
y me la hasquerido arrebatar¡.
¿Para eso te llamas Dios?.
¿Para eso hascreado vida?
¡Yo te maldigo¡
¡Te repudio¡
¡Tu nombre escupo¡
¡Seré tu incubo¡
Me lancé a la destrucción
en una loca carrera
de sangre y venganza.
No había ser vivo que respetara,
hombre, mujer o niño
bajo mi espada caía,
mancillaba todo lo puro
corrompía lo que tocaba
envenenaba lo que pronunciaba.
Una noche ya agotado
de rodillas caí en elsuelo
y alcé mis ojos a la luna.
Su fulgurante brillar
reflejaba sobre la sangre
que aun mi piel manchaba.
¿Como alguien
capaz de crear algo tan hermoso
pudo matar a mi amada?.
Empezó hacerse grande.
Más y más grande
y de ella una voz salio.
“Insensato, ¿Por qué crees que brilla?,
es el amor de los enamorados
que aquí aman eternamente.
¿No ves la luz pura?.
¿No ves que a los amantes cobija?.
¿No te hice conocer el amor?
Fue recompensa por tu justa
conducta y la muerte un pago,
que tan intenso amor
poco esta tierra conoció,
y mi bendición era
que no tuviera fin
y en este recóndito confín
resplandeciera más intensamente
pero en vez de velar su perdida
maldijiste al que te la dio,
en vez de añorar su presencias
locura y venganza su ausencia.
Mira cada noche a la luna
que tu amada estará allí
pero nunca podrás ir
vetado esta para el que odia.” .
La voz se apagó
y mi mente comprendió
todo lo que decía.
Yo mismo me condené,
no la volveré a ver
por culpa de mi locura.
Grité su nombre
¡Grité!, ¡Grité!,¡Grité!
Pero nadie respondía,
por primera vez odio no sentía
mi corazón se deshacía de amor
y pude pedir perdón.
Mis lagrimas brotaban
demostrando el dolor
de todasmis acciones.
Cada día caía rendido,
cada noche despertaba
y lloraba mirando a mi mora.
Ala se compadeció
de este pobre servidor
que un día no supo honrarle.
Una noche
mis lagrimas se convirtieron
en granos de arena.
Una tras otra. Una tras otra,
cegó la vega,
cubrió los ríos,
mi palacio enterró
y con el todas las casas,
la gente emigro y yo solo quedé .
Cada noche sigo llorando
sigo gritando mi pena
pero al menos obtuve el perdón
durante la eternidad
veré la luz de mi flor.
Si por el desierto vas
cada duna que veas
es mi corazón que palpita de deseo.
Si por la noche
crees oír gritar
soy yo, que canto mi dolor,
que grito su nombre,
que pido perdón.
Y si el viento te azota
recuerda, es mi amor
salvaje
intenso
y sin retorno
pero eterno.
Cuando por la noche
veas ese inmenso arenal
bañado por la luna
no son dos,
que somos uno
castigado por el infortunio,
y por eso
mi corazón
no ha dejado de llorar.


Que las estrellas que te alumbraron en las noches del desierto, lo sigan haciendo el resto de tu vida, como tu amistad alumbra mi corazón. A mi romántica amiga.

Qué historia tan hermosa y tan sentida,
tiene tanto de amor, de anhelos, de tristeza....
Bello leerte en esta entrega, Javier.
Aplausos y un abrazo.
Ana
 

Maese Josman

********
Javier, una entrega más de un arte que nada queda más que decirte como a los toreros ¡Olé...! Tremendo, en él tiene de todo y ello va presidido por un gran sentimiento que en todo él va presente.
Aplausos amigo mío. Un abrazo José Manuel// Maese Josman.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Yo he visto el Edén.
Mis ojos posaron en él
no capaces de superarlo.
Los frutales crecían
dando sombra a mí andar
y en sus arroyos refrescar
sensación de dulce cansancio.
Mantos floridos
embargaban mis sentidos
y a mis oídos regalaba
risas de niños al jugar.
Dueño de lo que me rodeaba,
sus habitantes me respetaban
por ser buen juez y señor.
Vivía con la calma de los justos,
la alegría de los que nada temen,
la tranquilidad del que nada le falta.
Pero eso era una presunción
que lo que quiere el corazón
el hombre nunca lo entiende.
Paseaba entre flores
disfrutando de sus olores,
cuando a la más bella vi.
Esas pupilas ladinas,
dos perlas divinas
que mi habla enmudeció.
No se como sucedió,
pero mi alma quemó
con una sola mirada.
Incapaz de reaccionar,
la deje marcha
sin haber dicho nada.
Nunca volvió a amanecer igual,
nunca había suspirado así,
ni tantas noches velé.
Dormir era sufrir
por no estar a mi lado
y no ser su amado.
¿Con quien estará?
¿Quien la abrazara
mientras estoy desesperado?
Removí cielo y tierra
para dar con ella
y volverla a mirar.
El ansia me invadía
y ya nadie podía
de mi cerca estar.
Semanas pasaron
cuando al fin la encontraron
y noticia me vinieron a dar.
Al galope tendido
corazón y estribo
a buscarla fui.
A nada tanto amé,
a ninguna flor tan bien cuidé,
ni Ala cosa agradecí así.
Mi lengua se hacia miel
de pronunciar su nombre.
Solo respiraba el aire
que exhalaba su boca.
Ni mismas bellos jardines
me hacían apartar la vista de ella.
Mi tiempo se paró.
Ya hombre maduro
por primera vez
la juventud conocí.
Mis obligaciones
se me hicieron penosas
pues solo quería una cosa.
Mis días se me hacían largos,
mis noches cortas,
pues solo quería una cosa,
amar,amar, amar.
Como siempre se me negó,
como nunca lo conocí.
El intenso frenesí
de tener ante ti
lo único que me importa.
Pero solo se me permitió
el paraíso tocar
como el viento al pasar,
salvaje
intenso
y sin retorno.
Un año después enfermo,
su cuerpo no resistió
y en mis brazos muerta yacía.
Mi vida quedo inerte,
mis sentidos yermos,
mis ojos secos.
No pude llorarla,
el dolor se hizo presa de mí.
La bilis invadió mis pensamientos,
mientras otros la enterraban
en mi solo crecía el odio.
¿Por que poner en mis manos
esa excelsa alegría
y solo poderla amar
unos pocos días?.
¿Porque me pides amar
y me niegas el mió?.
¡Yo te maldigo¡
¡Allá en tu trono celestial
la envidia te ha corroído
y me la hasquerido arrebatar¡.
¿Para eso te llamas Dios?.
¿Para eso hascreado vida?
¡Yo te maldigo¡
¡Te repudio¡
¡Tu nombre escupo¡
¡Seré tu incubo¡
Me lancé a la destrucción
en una loca carrera
de sangre y venganza.
No había ser vivo que respetara,
hombre, mujer o niño
bajo mi espada caía,
mancillaba todo lo puro
corrompía lo que tocaba
envenenaba lo que pronunciaba.
Una noche ya agotado
de rodillas caí en elsuelo
y alcé mis ojos a la luna.
Su fulgurante brillar
reflejaba sobre la sangre
que aun mi piel manchaba.
¿Como alguien
capaz de crear algo tan hermoso
pudo matar a mi amada?.
Empezó hacerse grande.
Más y más grande
y de ella una voz salio.
“Insensato, ¿Por qué crees que brilla?,
es el amor de los enamorados
que aquí aman eternamente.
¿No ves la luz pura?.
¿No ves que a los amantes cobija?.
¿No te hice conocer el amor?
Fue recompensa por tu justa
conducta y la muerte un pago,
que tan intenso amor
poco esta tierra conoció,
y mi bendición era
que no tuviera fin
y en este recóndito confín
resplandeciera más intensamente
pero en vez de velar su perdida
maldijiste al que te la dio,
en vez de añorar su presencias
locura y venganza su ausencia.
Mira cada noche a la luna
que tu amada estará allí
pero nunca podrás ir
vetado esta para el que odia.” .
La voz se apagó
y mi mente comprendió
todo lo que decía.
Yo mismo me condené,
no la volveré a ver
por culpa de mi locura.
Grité su nombre
¡Grité!, ¡Grité!,¡Grité!
Pero nadie respondía,
por primera vez odio no sentía
mi corazón se deshacía de amor
y pude pedir perdón.
Mis lagrimas brotaban
demostrando el dolor
de todasmis acciones.
Cada día caía rendido,
cada noche despertaba
y lloraba mirando a mi mora.
Ala se compadeció
de este pobre servidor
que un día no supo honrarle.
Una noche
mis lagrimas se convirtieron
en granos de arena.
Una tras otra. Una tras otra,
cegó la vega,
cubrió los ríos,
mi palacio enterró
y con el todas las casas,
la gente emigro y yo solo quedé .
Cada noche sigo llorando
sigo gritando mi pena
pero al menos obtuve el perdón
durante la eternidad
veré la luz de mi flor.
Si por el desierto vas
cada duna que veas
es mi corazón que palpita de deseo.
Si por la noche
crees oír gritar
soy yo, que canto mi dolor,
que grito su nombre,
que pido perdón.
Y si el viento te azota
recuerda, es mi amor
salvaje
intenso
y sin retorno
pero eterno.
Cuando por la noche
veas ese inmenso arenal
bañado por la luna
no son dos,
que somos uno
castigado por el infortunio,
y por eso
mi corazón
no ha dejado de llorar.


Que las estrellas que te alumbraron en las noches del desierto, lo sigan haciendo el resto de tu vida, como tu amistad alumbra mi corazón. A mi romántica amiga.


Javier que decirte es una poesía que me fascina,que me atrapa en su contenido,que eriza la piel de mi alma,versos que me llegan de una forma inexplicable yo creo que esta obra que has creado es maravillosa,una obra de arte invaluable,mis felicitaciones de todo corazón esta poesía es una belleza total,me emociona leerla y oírla declamada en tu voz,gracias por compartir tu obra ,es un bello homenaje que le tributas a tu amiga y gracias por brindarme tu amistad que es invaluable para mi,un beso muy grande.
 
Una impresionante y bellisima historia nos deja en sus versos poeta, rodeada de exquisitas metáforas, plasmada y muy fluida. Amores malditos que siempre están en el cielo y la tierra. Felicitaciones por este magnífico relato, se le saluda atte.
 

MARIPOSA NEGRA

********
he tenido el placer de escuchar en repetidas ocasiones este tema en tu voz por medio de la radio del portal y la disfruto siempre, ahora la he vuelto a disfrutar y aprovecho para dejarte mis aplausos por tu gran destreza al escribir y leer, besos Javier
 
Yo he visto el Edén.
Mis ojos posaron en él
no capaces de superarlo.
Los frutales crecían
dando sombra a mi andar
y en sus arroyos refrescar
sensación de dulce cansancio.
Mantos floridos
embargaban mis sentidos
y a mis oídos regalaba
risas de niños al jugar.
Dueño de lo que me rodeaba,
sus habitantes me respetaban
por ser buen juez y señor.
Vivía con la calma de los justos,
la alegría de los que nada temen,
la tranquilidad del que nada le falta.
Pero eso era una presunción
que lo que quiere el corazón
el hombre nunca lo entiende.
Paseaba entre flores
disfrutando de sus olores,
cuando a la más bella vi.
Esas pupilas ladinas,
dos perlas divinas
que mi habla enmudeció.
No se cómo sucedió,
pero mi alma quemó
con una sola mirada.
Incapaz de reaccionar,
la dejé marcha
sin haber dicho nada.
Nunca volvió a amanecer igual,
nunca había suspirado así,
ni tantas noches velé.
Dormir era sufrir
por no estar a mi lado
y no ser su amado.
¿Con quién estará?
¿Quién la abrazará
mientras estoy desesperado?
Removí cielo y tierra
para dar con ella
y volverla a mirar.
El ansia me invadía
y ya nadie podía
de mi cerca estar.
Semanas pasaron
cuando al fin la encontraron
y noticia me vinieron a dar.
Al galope tendido
corazón y estribo
a buscarla fui.
A nada tanto amé,
a ninguna flor tan bien cuidé,
ni Ala cosa agradecí así.
Mi lengua se hacía miel
de pronunciar su nombre.
Solo respiraba el aire
que exhalaba su boca.
Ni mismas bellos jardines
me hacían apartar la vista de ella.
Mi tiempo se paró.
Ya hombre maduro
por primera vez
la juventud conocí.
Mis obligaciones
se me hicieron penosas
pues solo quería una cosa.
Mis días se me hacían largos,
mis noches cortas,
pues solo quería una cosa,
amar,amar, amar.
Como siempre se me negó,
como nunca lo conocí.
El intenso frenesí
de tener ante ti
lo único que me importa.
Pero solo se me permitió
el paraíso tocar
como el viento al pasar,
salvaje
intenso
y sin retorno.
Un año después enfermo,
su cuerpo no resistió
y en mis brazos muerta yacía.
Mi vida quedo inerte,
mis sentidos yermos,
mis ojos secos.
No pude llorarla,
el dolor se hizo presa de mí.
La bilis invadió mis pensamientos,
mientras otros la enterraban
en mí solo crecía el odio.
¿Por qué poner en mis manos
esa excelsa alegría
y solo poderla amar
unos pocos días?.
¿Por qué me pides amar
y me niegas el mío?.
¡Yo te maldigo¡
¡Allá en tu trono celestial
la envidia te ha corroído
y me la has querido arrebatar¡.
¿Para eso te llamas Dios?.
¿Para eso has creado vida?
¡Yo te maldigo¡
¡Te repudio¡
¡Tu nombre escupo¡
¡Seré tu incubo¡
Me lancé a la destrucción
en una loca carrera
de sangre y venganza.
No había ser vivo que respetara,
hombre, mujer o niño
bajo mi espada caía,
mancillaba todo lo puro
corrompía lo que tocaba
envenenaba lo que pronunciaba.
Una noche ya agotado
de rodillas caí en el suelo
y alcé mis ojos a la luna.
Su fulgurante brillar
reflejaba sobre la sangre
que aun mi piel manchaba.
¿Cómo alguien
capaz de crear algo tan hermoso
pudo matar a mi amada?.
Empezó hacerse grande.
Más y más grande
y de ella una voz salió.
“Insensato, ¿Por qué crees que brilla?,
es el amor de los enamorados
que aquí aman eternamente.
¿No ves la luz pura?.
¿No ves que a los amantes cobija?.
¿No te hice conocer el amor?
Fue recompensa por tu justa
conducta y la muerte un pago,
que tan intenso amor
poco esta tierra conoció,
y mi bendición era
que no tuviera fin
y en este recóndito confín
resplandeciera más intensamente
pero en vez de velar su pérdida
maldijiste al que te la dio,
en vez de añorar su presencias
locura y venganza su ausencia.
Mira cada noche a la luna
que tu amada estará allí
pero nunca podrás ir
vetado esta para el que odia.” .
La voz se apagó
y mi mente comprendió
todo lo que decía.
Yo mismo me condené,
no la volveré a ver
por culpa de mi locura.
Grité su nombre
¡Grité!, ¡Grité!,¡Grité!
Pero nadie respondía,
por primera vez odio no sentía
mi corazón se deshacía de amor
y pude pedir perdón.
Mis lágrimas brotaban
demostrando el dolor
de todas mis acciones.
Cada día caía rendido,
cada noche despertaba
y lloraba mirando a mi mora.
Ala se compadeció
de este pobre servidor
que un día no supo honrarle.
Una noche
mis lagrimas se convirtieron
en granos de arena.
Una tras otra. Una tras otra,
cegó la vega,
cubrió los ríos,
mi palacio enterró
y con el todas las casas,
la gente emigró y yo solo quedé .
Cada noche sigo llorando
sigo gritando mi pena
pero al menos obtuve el perdón
durante la eternidad
veré la luz de mi flor.
Si por el desierto vas
cada duna que veas
es mi corazón que palpita de deseo.
Si por la noche
crees oír gritar
soy yo, que canto mi dolor,
que grito su nombre,
que pido perdón.
Y si el viento te azota
recuerda, es mi amor
salvaje
intenso
y sin retorno
pero eterno.
Cuando por la noche
veas ese inmenso arenal
bañado por la luna
no son dos,
que somos uno
castigado por el infortunio,
y por eso
mi corazón
no ha dejado de llorar.


Que las estrellas que te alumbraron en las noches del desierto, lo sigan haciendo el resto de tu vida, como tu amistad alumbra mi corazón. A mi romántica amiga.
no había tenido oportu
Un escrito muy intenso, Javier, que no había tenido oportunidad de leer. Un grande!!! Felicitaciones. Un abrazo.
 
Última edición:
Yo he visto el Edén.
Mis ojos posaron en él
no capaces de superarlo.
Los frutales crecían
dando sombra a mi andar
y en sus arroyos refrescar
sensación de dulce cansancio.
Mantos floridos
embargaban mis sentidos
y a mis oídos regalaba
risas de niños al jugar.
Dueño de lo que me rodeaba,
sus habitantes me respetaban
por ser buen juez y señor.
Vivía con la calma de los justos,
la alegría de los que nada temen,
la tranquilidad del que nada le falta.
Pero eso era una presunción
que lo que quiere el corazón
el hombre nunca lo entiende.
Paseaba entre flores
disfrutando de sus olores,
cuando a la más bella vi.
Esas pupilas ladinas,
dos perlas divinas
que mi habla enmudeció.
No se cómo sucedió,
pero mi alma quemó
con una sola mirada.
Incapaz de reaccionar,
la dejé marcha
sin haber dicho nada.
Nunca volvió a amanecer igual,
nunca había suspirado así,
ni tantas noches velé.
Dormir era sufrir
por no estar a mi lado
y no ser su amado.
¿Con quién estará?
¿Quién la abrazará
mientras estoy desesperado?
Removí cielo y tierra
para dar con ella
y volverla a mirar.
El ansia me invadía
y ya nadie podía
de mi cerca estar.
Semanas pasaron
cuando al fin la encontraron
y noticia me vinieron a dar.
Al galope tendido
corazón y estribo
a buscarla fui.
A nada tanto amé,
a ninguna flor tan bien cuidé,
ni Ala cosa agradecí así.
Mi lengua se hacía miel
de pronunciar su nombre.
Solo respiraba el aire
que exhalaba su boca.
Ni mismas bellos jardines
me hacían apartar la vista de ella.
Mi tiempo se paró.
Ya hombre maduro
por primera vez
la juventud conocí.
Mis obligaciones
se me hicieron penosas
pues solo quería una cosa.
Mis días se me hacían largos,
mis noches cortas,
pues solo quería una cosa,
amar,amar, amar.
Como siempre se me negó,
como nunca lo conocí.
El intenso frenesí
de tener ante ti
lo único que me importa.
Pero solo se me permitió
el paraíso tocar
como el viento al pasar,
salvaje
intenso
y sin retorno.
Un año después enfermo,
su cuerpo no resistió
y en mis brazos muerta yacía.
Mi vida quedo inerte,
mis sentidos yermos,
mis ojos secos.
No pude llorarla,
el dolor se hizo presa de mí.
La bilis invadió mis pensamientos,
mientras otros la enterraban
en mí solo crecía el odio.
¿Por qué poner en mis manos
esa excelsa alegría
y solo poderla amar
unos pocos días?.
¿Por qué me pides amar
y me niegas el mío?.
¡Yo te maldigo¡
¡Allá en tu trono celestial
la envidia te ha corroído
y me la has querido arrebatar¡.
¿Para eso te llamas Dios?.
¿Para eso has creado vida?
¡Yo te maldigo¡
¡Te repudio¡
¡Tu nombre escupo¡
¡Seré tu incubo¡
Me lancé a la destrucción
en una loca carrera
de sangre y venganza.
No había ser vivo que respetara,
hombre, mujer o niño
bajo mi espada caía,
mancillaba todo lo puro
corrompía lo que tocaba
envenenaba lo que pronunciaba.
Una noche ya agotado
de rodillas caí en el suelo
y alcé mis ojos a la luna.
Su fulgurante brillar
reflejaba sobre la sangre
que aun mi piel manchaba.
¿Cómo alguien
capaz de crear algo tan hermoso
pudo matar a mi amada?.
Empezó hacerse grande.
Más y más grande
y de ella una voz salió.
“Insensato, ¿Por qué crees que brilla?,
es el amor de los enamorados
que aquí aman eternamente.
¿No ves la luz pura?.
¿No ves que a los amantes cobija?.
¿No te hice conocer el amor?
Fue recompensa por tu justa
conducta y la muerte un pago,
que tan intenso amor
poco esta tierra conoció,
y mi bendición era
que no tuviera fin
y en este recóndito confín
resplandeciera más intensamente
pero en vez de velar su pérdida
maldijiste al que te la dio,
en vez de añorar su presencias
locura y venganza su ausencia.
Mira cada noche a la luna
que tu amada estará allí
pero nunca podrás ir
vetado esta para el que odia.” .
La voz se apagó
y mi mente comprendió
todo lo que decía.
Yo mismo me condené,
no la volveré a ver
por culpa de mi locura.
Grité su nombre
¡Grité!, ¡Grité!,¡Grité!
Pero nadie respondía,
por primera vez odio no sentía
mi corazón se deshacía de amor
y pude pedir perdón.
Mis lágrimas brotaban
demostrando el dolor
de todas mis acciones.
Cada día caía rendido,
cada noche despertaba
y lloraba mirando a mi mora.
Ala se compadeció
de este pobre servidor
que un día no supo honrarle.
Una noche
mis lagrimas se convirtieron
en granos de arena.
Una tras otra. Una tras otra,
cegó la vega,
cubrió los ríos,
mi palacio enterró
y con el todas las casas,
la gente emigró y yo solo quedé .
Cada noche sigo llorando
sigo gritando mi pena
pero al menos obtuve el perdón
durante la eternidad
veré la luz de mi flor.
Si por el desierto vas
cada duna que veas
es mi corazón que palpita de deseo.
Si por la noche
crees oír gritar
soy yo, que canto mi dolor,
que grito su nombre,
que pido perdón.
Y si el viento te azota
recuerda, es mi amor
salvaje
intenso
y sin retorno
pero eterno.
Cuando por la noche
veas ese inmenso arenal
bañado por la luna
no son dos,
que somos uno
castigado por el infortunio,
y por eso
mi corazón
no ha dejado de llorar.


Que las estrellas que te alumbraron en las noches del desierto, lo sigan haciendo el resto de tu vida, como tu amistad alumbra mi corazón. A mi romántica amiga.
Nos has trasladado a un paraiso de letras y sentimientos. Ml aplauso.
Un abrazo.
 

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