Carmen Cano
Miembro Conocido
Nunca pensé que pudiera ser la mamá de un pirata,
de ahí la duda que me acecha,
que me asalta, que me inquieta…
¿Qué debe hacer la mamá de un pirata?
¿Ponerse un parche en un ojo?
¿Pintarse con un pincel una barba de azul cielo?
¿O quizás comprarse un loro y llevarlo sobre el hombro?
Tengo un pirata de tierra que esconde en su habitación
su nave de envergadura, más de cuatrocientos pies
desde babor a estribor, son muchos miles de metros
los que separan del suelo la altura al palo mayor.
Es un pirata de sueños que no teme a desafíos,
navegando tantos mares como dé su inspiración.
Y en estos casos,
¿qué debe hacer la mamá de un pirata?
Quizás instalarse un garfio como accesorio de atrezo,
o tal vez, posiblemente, llenar con litros de agua
varios barriles de ron, o, por qué no, inventar canciones
que cante la tripulación.
Mi pirata es tan inquieto, que nunca sé dónde anda,
un día me sorprende con tesoros escondidos
dentro de cualquier cajón
o al otro está navegando mares bellos y lejanos,
azotados por tormentas que hacen girar su timón,
o abordando otros navíos…
Mi pirata, gestado en tantas batallas, leyenda en piratería,
Ternura y dulzura mía…
Mi pirata, la sonrisa es su estandarte, sus abrazos mi tesoro,
las historias que inventamos el desafío de un tiempo
que se resiste a marchar.
Y de nuevo me pregunto,
¿Qué debe hacer la mamá de un pirata?
Ahora ya lo tengo claro, simplemente levar anclas
Y salir a navegar.
de ahí la duda que me acecha,
que me asalta, que me inquieta…
¿Qué debe hacer la mamá de un pirata?
¿Ponerse un parche en un ojo?
¿Pintarse con un pincel una barba de azul cielo?
¿O quizás comprarse un loro y llevarlo sobre el hombro?
Tengo un pirata de tierra que esconde en su habitación
su nave de envergadura, más de cuatrocientos pies
desde babor a estribor, son muchos miles de metros
los que separan del suelo la altura al palo mayor.
Es un pirata de sueños que no teme a desafíos,
navegando tantos mares como dé su inspiración.
Y en estos casos,
¿qué debe hacer la mamá de un pirata?
Quizás instalarse un garfio como accesorio de atrezo,
o tal vez, posiblemente, llenar con litros de agua
varios barriles de ron, o, por qué no, inventar canciones
que cante la tripulación.
Mi pirata es tan inquieto, que nunca sé dónde anda,
un día me sorprende con tesoros escondidos
dentro de cualquier cajón
o al otro está navegando mares bellos y lejanos,
azotados por tormentas que hacen girar su timón,
o abordando otros navíos…
Mi pirata, gestado en tantas batallas, leyenda en piratería,
Ternura y dulzura mía…
Mi pirata, la sonrisa es su estandarte, sus abrazos mi tesoro,
las historias que inventamos el desafío de un tiempo
que se resiste a marchar.
Y de nuevo me pregunto,
¿Qué debe hacer la mamá de un pirata?
Ahora ya lo tengo claro, simplemente levar anclas
Y salir a navegar.
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