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La niña que vive en mí

Siempre vuelvo…
Aun cansada vuelvo a aquellos lugares
donde el aroma a panecillos
resucitan a la niña.
Juego… Siempre juego,
con los números desordenados
de una habitación que supo cómo resolver ecuaciones
en aquel viejo pizarrón.
Sonrío… Siempre sonrío como en esa imagen
de trenzas y guardapolvo almidonado,
medias tres cuartas azules
y de zapatos guillermina.
Amo… y, de tanto en tanto,
añoro a la niña que vive en mí.


 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
Siempre vuelvo…
Aun cansada vuelvo a aquellos lugares
donde el aroma a panecillos
resucitan a la niña.
Juego… Siempre juego,
con los números desordenados
de una habitación que supo cómo resolver ecuaciones
en aquel viejo pizarrón.
Sonrío… Siempre sonrío como en esa imagen
de trenzas y guardapolvo almidonado,
medias tres cuartas azules
y de zapatos guillermina.
Amo… y, de tanto en tanto,
añoro a la niña que vive en mí.



Marce
Creo que en esencia esa niña maravillosa sigue viviendo en ti.
Me encantó leerte en esta entrega tan dulce.
Felicitaciones y un abrazo con todo mi cariño
Ana
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Siempre vuelvo…
Aun cansada vuelvo a aquellos lugares
donde el aroma a panecillos
resucitan a la niña.
Juego… Siempre juego,
con los números desordenados
de una habitación que supo cómo resolver ecuaciones
en aquel viejo pizarrón.
Sonrío… Siempre sonrío como en esa imagen
de trenzas y guardapolvo almidonado,
medias tres cuartas azules
y de zapatos guillermina.
Amo… y, de tanto en tanto,
añoro a la niña que vive en mí.



Preciosos versos Marcela creo que todos añoramos el niño que llevamos dentro,hermosos recuerdos en tus versos,bello poema,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 
Cuanta dulzura destilan tus versos mi querida Marcela, y creo como tu todos añoramos esa parte de la infancia que trae nostalgia a los días... Excelentes versos, como siempre es un deleite leerte

Un enorme beso con todo mi cariño

Charo
 

Yasira

Moderadora del Foro Versos del Corazón
Siempre vuelvo…
Aun cansada vuelvo a aquellos lugares
donde el aroma a panecillos
resucitan a la niña.
Juego… Siempre juego,
con los números desordenados
de una habitación que supo cómo resolver ecuaciones
en aquel viejo pizarrón.
Sonrío… Siempre sonrío como en esa imagen
de trenzas y guardapolvo almidonado,
medias tres cuartas azules
y de zapatos guillermina.
Amo… y, de tanto en tanto,
añoro a la niña que vive en mí.


Que bonito Marcela, nunca debemos olvidar a esa niña que vive dentro que nos hace reír y soñar cada día, me encanto muchos besos!
 
Cuanta nostalgia y recuerdos me despierta tu bella poesía, yo a pesar de mis años sigo siendo aquella niña, gracias a tu hermoso arte y saludos cordiales para ti poetisa :)
 

JUQUIPÁS

Miembro Conocido
Siempre vuelvo…
Aun cansada vuelvo a aquellos lugares
donde el aroma a panecillos
resucitan a la niña.
Juego… Siempre juego,
con los números desordenados
de una habitación que supo cómo resolver ecuaciones
en aquel viejo pizarrón.
Sonrío… Siempre sonrío como en esa imagen
de trenzas y guardapolvo almidonado,
medias tres cuartas azules
y de zapatos guillermina.
Amo… y, de tanto en tanto,
añoro a la niña que vive en mí.


Núnca dejes de soñar Marcela y no permitas que esa niña te abandone.
Un placer leerte.
Un beso.
 
Versos que despliegan una ternura de gran belleza, al mismo tiempo que paz y armonía consigo mismo. Felicitaciones Marcela por esta hermosura de poema, reputación y saludos amiga poeta
 
El niño que habita en nosotros... Excelente tema y excelente poema.

Comienzas con un recuerdo olfativo, que te sumerge hacia las primeras capas de tu psique, las formadas durante la infancia.

Después hablas del juego que te lleva al mundo matemático, al código con el que el todo desea descifrarse. Dejas paso a la felicidad inocente recordando cómo vestías, quizá recordando a su vez una vieja foto.

Al final añoras la pura inocencia, la felicidad... la magia de la infancia; etapa de la vida en la que todo es nuevo y maravilloso.

Tu poema invita a recordar. Gracias por compartirlo. Un abrazo, amiga.

Siempre vuelvo…
Aun cansada vuelvo a aquellos lugares
donde el aroma a panecillos
resucitan a la niña.

Juego… Siempre juego,
con los números desordenados
de una habitación que supo cómo resolver ecuaciones
en aquel viejo pizarrón.

Sonrío… Siempre sonrío como en esa imagen
de trenzas y guardapolvo almidonado,
medias tres cuartas azules
y de zapatos guillermina.

Amo… y, de tanto en tanto,
añoro a la niña que vive en mí.
 

Norit

Miembro Activo
Siempre vuelvo…
Aun cansada vuelvo a aquellos lugares
donde el aroma a panecillos
resucitan a la niña.
Juego… Siempre juego,
con los números desordenados
de una habitación que supo cómo resolver ecuaciones
en aquel viejo pizarrón.
Sonrío… Siempre sonrío como en esa imagen
de trenzas y guardapolvo almidonado,
medias tres cuartas azules
y de zapatos guillermina.
Amo… y, de tanto en tanto,
añoro a la niña que vive en mí.


Bello... Descripción de lo que sentimos la mayoría... La añoranza del olor de la infancia, tan inocente, tan dulce, tan blanca. Un placer leerte, Marcela. Un abrazo
 
El niño que habita en nosotros... Excelente tema y excelente poema.

Comienzas con un recuerdo olfativo, que te sumerge hacia las primeras capas de tu psique, las formadas durante la infancia.

Después hablas del juego que te lleva al mundo matemático, al código con el que el todo desea descifrarse. Dejas paso a la felicidad inocente recordando cómo vestías, quizá recordando a su vez una vieja foto.

Al final añoras la pura inocencia, la felicidad... la magia de la infancia; etapa de la vida en la que todo es nuevo y maravilloso.

Tu poema invita a recordar. Gracias por compartirlo. Un abrazo, amiga.

Siempre vuelvo…
Aun cansada vuelvo a aquellos lugares
donde el aroma a panecillos
resucitan a la niña.

Juego… Siempre juego,
con los números desordenados
de una habitación que supo cómo resolver ecuaciones
en aquel viejo pizarrón.

Sonrío… Siempre sonrío como en esa imagen
de trenzas y guardapolvo almidonado,
medias tres cuartas azules
y de zapatos guillermina.

Amo… y, de tanto en tanto,
añoro a la niña que vive en mí.

Gracias Adrián por haberme regalado tan lindo comentario que enaltecen mis humildes letras
Besos
 

Mary C. López

Miembro Conocido
Me gusta, me identifica, cuantas veces añoro mi pequeña presencia y se donde habita y voy a dialogo con ella, cuando la vida se pone difícil, me has emocionado mucho, un saludo poeta.
 

MARIPOSA NEGRA

********
así deberíamos hacer todos Marce, no dejar que se duerma ese niño interno, es una desgracia que terminamos permitiendo que desaparezca, conserva a tu niña siempre a flor de piel, un placer enorme leerte, besos
 

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