isidro4755parra@gmail.com
Miembro Conocido
Una niña negra
espejo sin luz,
con mil duendecillos
se pone a jugar,
sin puertas su casa
su madre la mira
de amarillo viste
corazón abierto,
y Dios que la observa
contento se siente;
pues sus duendecillos
su brillo nocturno
le dan y su gracia
a esa niña negra.
-Aquì no hay racismo-
les grita contenta
la pálida Luna.
Y ya amaneciendo
esos duendecillos
con su niña negra
se van escondiendo.
17-10-2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
espejo sin luz,
con mil duendecillos
se pone a jugar,
sin puertas su casa
su madre la mira
de amarillo viste
corazón abierto,
y Dios que la observa
contento se siente;
pues sus duendecillos
su brillo nocturno
le dan y su gracia
a esa niña negra.
-Aquì no hay racismo-
les grita contenta
la pálida Luna.
Y ya amaneciendo
esos duendecillos
con su niña negra
se van escondiendo.
17-10-2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.