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La rueda de la vida ululaba

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO


La rueda de la vida ululaba
girando como máquina sedienta
crujía sin medir las consecuencias
del látigo que la parca esperaba.

Yo anclada en esta madrugada
rodeada de jacintos y gardenias
miraba sin medir las consecuencias
del llanto que la gente derramaba.

No sé qué les pasa a esas personas
deambulan por la sala en que se espera
recorren los pasillos varias veces
se instalan en la sala por docenas
no hay sonrisas dulces en las caras
todo huele a tristeza y honda pena.

En tanto detengo mi mirada
hay un cuerpo en un blanquísimo ataúd
y soy yo, es mi última morada
adornada con lirios y abedul.
Entonces comprendo la charada
la muerte me lleva a su confín
y se despide mi alma atormentada
me voy a otro sitio ese es mi fin…

Amanece desnuda la mañana
y en silencio la sala de despeja
yo me voy con la parca a su morada
y mi cuerpo lo sacan por la puerta.

Allí está, bajo metros en la tierra
esperando se lo coman lo gusanos
acá estoy mirando desde arriba
esperando entrar al mundo infrahumano.

No me llevo odio ni bajezas.
¡Pero igual voy al infierno de cabeza!
 

Azalea Diaz

Miembro Conocido
La ley de la vida. Muy buen poema.
Es una danza, como un hermoso requiem, donde vemos, que somos parafinas bajo el sol. Un gusto leerte. Besos
 
Magistrales versos!!! La realidad en tercera persona, no importa como seamos, la verdad es que todos moriremos y ese es el destino final de nuestra existencia. ¡Excelente Poema! Un placer disfrutar de tu fantástica poesía, Sandra, recibe la más cordial felicitación y saludo.
 


La rueda de la vida ululaba
girando como máquina sedienta
crujía sin medir las consecuencias
del látigo que la parca esperaba.

Yo anclada en esta madrugada
rodeada de jacintos y gardenias
miraba sin medir las consecuencias
del llanto que la gente derramaba.

No sé qué les pasa a esas personas
deambulan por la sala en que se espera
recorren los pasillos varias veces
se instalan en la sala por docenas
no hay sonrisas dulces en las caras
todo huele a tristeza y honda pena.

En tanto detengo mi mirada
hay un cuerpo en un blanquísimo ataúd
y soy yo, es mi última morada
adornada con lirios y abedul.
Entonces comprendo la charada
la muerte me lleva a su confín
y se despide mi alma atormentada
me voy a otro sitio ese es mi fin…

Amanece desnuda la mañana
y en silencio la sala de despeja
yo me voy con la parca a su morada
y mi cuerpo lo sacan por la puerta.

Allí está, bajo metros en la tierra
esperando se lo coman lo gusanos
acá estoy mirando desde arriba
esperando entrar al mundo infrahumano.

No me llevo odio ni bajezas.
¡Pero igual voy al infierno de cabeza!
SANDRITA

Estoy absorto de tus versos.

Abrazos y besos de mi balcón quiteño
de geranios multicromáticos,

Guillermo.
 
Epaaaa jajajaja me encanta cuando te pones oscura, la muerte esa señora de manos frías nos va a tocar a todos tarde o temprano y qué remedio, es el precio por vivir, a pagar cuando toque, un enorme placer leerte, besos preciosa.
 


La rueda de la vida ululaba
girando como máquina sedienta
crujía sin medir las consecuencias
del látigo que la parca esperaba.

Yo anclada en esta madrugada
rodeada de jacintos y gardenias
miraba sin medir las consecuencias
del llanto que la gente derramaba.

No sé qué les pasa a esas personas
deambulan por la sala en que se espera
recorren los pasillos varias veces
se instalan en la sala por docenas
no hay sonrisas dulces en las caras
todo huele a tristeza y honda pena.

En tanto detengo mi mirada
hay un cuerpo en un blanquísimo ataúd
y soy yo, es mi última morada
adornada con lirios y abedul.
Entonces comprendo la charada
la muerte me lleva a su confín
y se despide mi alma atormentada
me voy a otro sitio ese es mi fin…

Amanece desnuda la mañana
y en silencio la sala de despeja
yo me voy con la parca a su morada
y mi cuerpo lo sacan por la puerta.

Allí está, bajo metros en la tierra
esperando se lo coman lo gusanos
acá estoy mirando desde arriba
esperando entrar al mundo infrahumano.

No me llevo odio ni bajezas.
¡Pero igual voy al infierno de cabeza!
Impactante relato en este hermoso poema, Sandra!!! Al leerlo me hace reflexionar y pienso si yo también acabaré en el infierno... es probable, nadie está exento en esta vida donde la tentación, la injusticia, etc. nos hace cometer actor impensados. Bello escrito. Un placer pasar.
Un beso y gracias por compartir.
 

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