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La rulitos

LA RULITOS


De niña le decían la Princesa,
una criatura que mostraba su dulzura
con su cálida y tímida mirada,
paseando a su sonrisa limpia y pura.


La Rulitos, que al viento despeinaba
sus cabellos adorables al pasar por las esquinas,
suave brisa acariciaba esa figura...
y pensar que las noches eran tan mezquinas.


Ese brillo se fijó en la pantalla,
al compás de la turgencia de sus senos,
y creyó que su amor cruzaba la banquina,
al caer en la furia de la máquina, sin frenos.


Un encanto que envolvió a su pensamiento,
dando rienda a la locura de lo extraño,
fue una noche que el cielo estaba a pleno,
cuando supo que las letras eran un engaño.


Acudió a esa cita tan ansiada,
y el maltrato aplastó a su mirada,
era un grupo de ruines haciendo daño,
que dejaron a su ingenua emoción allí tirada.


Te buscaron sin saber qué encontrarían,
fueron días de angustia y de reproches,
porque la chiquilla que salió una madrugada,
se lanzó a lo incierto, colmado de derroches.


Ahora que las lágrimas salaron a los rostros,
se arrugan como el fuego cuando arde,
ya que el cuerpo está cubierto de madera y de broches,
porque saben, con dolor, que para hablar... se hizo tarde.


Angel César Cocuzza.
 
Última edición:

Duende

Miembro Conocido
LA RULITOS


De niña le decían la Princesa,
una criatura que mostraba su dulzura
con su cálida y tímida mirada,
mostrando su sonrisa limpia y pura.


La Rulitos, que al viento despeinaba
sus cabellos adorables al pasar por las esquinas,
suave brisa acariciaba esa figura...
y pensar que las noches eran tan mezquinas.


Ese brillo se fijó en la pantalla,
al compás de la turgencia de sus senos,
y creyó que su amor cruzaba la banquina,
al caer en la furia de la máquina, sin frenos.


Un encanto que envolvió a su pensamiento,
dando rienda a la locura de lo extraño,
fue una noche que el cielo estaba a pleno,
cuando supo que las letras eran un engaño.


Acudió a esa cita tan ansiada,
y el maltrato aplastó a su mirada,
era un grupo de ruines haciendo daño,
que dejaron a su ingenua emoción allí tirada.


Te buscaron sin saber qué encontrarían,
fueron días de angustia y de reproches,
porque la chiquilla que salió una madrugada,
se lanzó a lo incierto, colmado de derroches.


Ahora que las lágrimas salaron a los rostros,
se arrugan como el fuego cuando arde,
ya que el cuerpo está cubierto de madera y de broches,
porque saben, con dolor, que para hablar... se hizo tarde.


Angel César Cocuzza.
Dolorosas, verídicas y magnificas,letras amigo !!
Un placer leerte!
Un abrazo!
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
LA RULITOS


De niña le decían la Princesa,
una criatura que mostraba su dulzura
con su cálida y tímida mirada,
mostrando su sonrisa limpia y pura.


La Rulitos, que al viento despeinaba
sus cabellos adorables al pasar por las esquinas,
suave brisa acariciaba esa figura...
y pensar que las noches eran tan mezquinas.


Ese brillo se fijó en la pantalla,
al compás de la turgencia de sus senos,
y creyó que su amor cruzaba la banquina,
al caer en la furia de la máquina, sin frenos.


Un encanto que envolvió a su pensamiento,
dando rienda a la locura de lo extraño,
fue una noche que el cielo estaba a pleno,
cuando supo que las letras eran un engaño.


Acudió a esa cita tan ansiada,
y el maltrato aplastó a su mirada,
era un grupo de ruines haciendo daño,
que dejaron a su ingenua emoción allí tirada.


Te buscaron sin saber qué encontrarían,
fueron días de angustia y de reproches,
porque la chiquilla que salió una madrugada,
se lanzó a lo incierto, colmado de derroches.


Ahora que las lágrimas salaron a los rostros,
se arrugan como el fuego cuando arde,
ya que el cuerpo está cubierto de madera y de broches,
porque saben, con dolor, que para hablar... se hizo tarde.


Angel César Cocuzza.

Un sentido poema que plasma una dura y cruel realidad ,situaciones que se viven mas a menudo de los que se piensa,un gusto leerte,gracias por participar,un beso grande.

 

Filan

Miembro Conocido
Cuando la dulzura de la juventud es pisoteada, lloran los ángeles...
Bello poema de gran realismo, cocuzza!
Un placer la lectura.
Abrazos.
 
Muchas gracias a ustedes, Jorge y Filan también- Un placer leer su devolución.

Y así fue, como cada uno
depositó una chispa aquí adentro.
Esa chispa que no quema ni hace humo,
pero que te mueve desde el centro.

La que irradia esperanza y alegría
al sentir su luz enloquecedora.
La que corre por las venas en armonía,
la que habla, por sí sola, de la vida.


MUCHAS GRACIAS A TODOS !!!!!!!
 
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