Arrastrando tanta hambre,
me encontré con un bautizo.
Armó de valor mi sangre,
el aroma de tal guiso.
Saludé con desparpajo,
a todo desconocido,
por fin conocí al puchero,
de papas y con chorizo,
no sé cómo dios lo quiso;
me hice dueño de su cazo.
Ya sabéis por descontando;
qué el que repartiendo anda,
se lleva la mejor parte,
y podéis imaginaros:
mí estómago dilatado,
y a punto de reventarse.
Me puse como de parto,
para soltar tal lagarto,
duro y rojizo por detrás.
Sin lugar para meditar,
huí de allí con alevosía,
con una mano delante,
y otra cubriendo trasero,
por salvar mis pantalones,
de tan duros apretones.
PD: Ahora que sabéis esta desgracia tan mía,no la contéis por ahí.
me encontré con un bautizo.
Armó de valor mi sangre,
el aroma de tal guiso.
Saludé con desparpajo,
a todo desconocido,
por fin conocí al puchero,
de papas y con chorizo,
no sé cómo dios lo quiso;
me hice dueño de su cazo.
Ya sabéis por descontando;
qué el que repartiendo anda,
se lleva la mejor parte,
y podéis imaginaros:
mí estómago dilatado,
y a punto de reventarse.
Me puse como de parto,
para soltar tal lagarto,
duro y rojizo por detrás.
Sin lugar para meditar,
huí de allí con alevosía,
con una mano delante,
y otra cubriendo trasero,
por salvar mis pantalones,
de tan duros apretones.
PD: Ahora que sabéis esta desgracia tan mía,no la contéis por ahí.
Última edición: