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Miembro Conocido
Con los ojos hambrientos de deseo
te vi una vez.
Los labios con un rictus de esperanza,
y tu cuerpo como un puente
para llegar a lo prohibido.
Un perro viejo se bebía tu sed
sediento por el Sol del mediodía,
y yo, con mi voz callada, te observaba
con una tenue luz
que te hacia parecer
una hembra moribunda.
Ajenos al mundo
nuestras lenguas enlazadas
se comían las palabras
y de pronto...
Aquel miedo que te despeina
y sin saber como
ya no llego la llamada
que habitaba en mí,
y sosteniéndome de mi sombra
abandone los ríos de tu vientre
convertido en un suspiro silencioso
cubierto por un hilo de otro mundo.
18/05/2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
te vi una vez.
Los labios con un rictus de esperanza,
y tu cuerpo como un puente
para llegar a lo prohibido.
Un perro viejo se bebía tu sed
sediento por el Sol del mediodía,
y yo, con mi voz callada, te observaba
con una tenue luz
que te hacia parecer
una hembra moribunda.
Ajenos al mundo
nuestras lenguas enlazadas
se comían las palabras
y de pronto...
Aquel miedo que te despeina
y sin saber como
ya no llego la llamada
que habitaba en mí,
y sosteniéndome de mi sombra
abandone los ríos de tu vientre
convertido en un suspiro silencioso
cubierto por un hilo de otro mundo.
18/05/2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.