Chelo Álvarez
Miembro Conocido
El amor más temprano de mi vida
comenzó muy precoz, una mañana,
pues noté sus caricias anhelantes
y sus besos que recorrían mi alma.
Fue mi madre, tal vez, a quien primero
emperaza a querer rayando el alba.
Mi padre me miraba sonriente
¡qué importaba que fuera hora temprana!.
El amor que les tengo a mis hermanos
es cariño, tal vez, una amalgama
entrañable, cordial y afectuosa,
es la complicidad que le acompaña;
recuerdo que ellos fueron mis guardianes
por tanto tienen toda mi confianza.
Fui guerrera a su lado, o heroína;
fui princesa en un bosque encantada,
que soñaba cual sueñan tantos niños
gozando de una muy feliz infancia.
Más tarde aparecieron mis amigas,
camaradas sinceras que no engañan
que regalan tesoros tan preciados
de amistad impoluta, inmaculada.
Siempre son importantes en mi vida
compañeras que quiero como hermanas
si algún día las he necesitado
nunca ellas se anduvieron por las ramas.
Amor apasionado de pareja
el que me alegra el alma al ser besada,
amparo, garantía y protección,
entusiasmo de amar el que me abrasa.
¡Cuánto quiero al hombre de mi vida
al hombre que dio vida a mis entrañas!.
El amor que yo siento por mis hijos
de todos es sabido, ¡Sin palabras!
Es AMOR con mayúsculas, muy grande,
amor sin condición, no existe farsa.
Lo más grande que bajó Dios del cielo
a mi vida para que yo abrazara;
es algo tan sublime y especial
un canto de alegría y esperanza.
Ya mis nietos llegaron a este mundo
¡Ay Dios mío, Señor, cuanta algazara!
fue el presente más tierno recibido
como seda fue el beso de su cara
de alegría, terneza, regocijo
presentía que mi alma se colmaba.
Hoy disfruto de todos mis amores
amores que pasaron por mi casa.
Me dieron lo mejor de cada cual
y me siento por ello afortunada
Chelo Álvarez.
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