Se construyeron castillos
sobre el fango y la mentira
de piedra... de ladrillos
pero los destruyó la ira.
Se cayeron fácilmente
por la fuerza destructiva
por sus débiles cimientos;
por esas piedra lascivas,
en los primeros intentos
de la impaciencia demente,
por la mentira presente
y la inocencia perdida.
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