Jorge Toro
Miembro Conocido
Muchos años de gozar la cumbre,
más de un lustro con el sol al frente,
los deleites, vueltos ya costumbre
y una vida plácida y sonriente.
Todo itinerario extenso y claro
la felicidad a flor de piel,
al oriente diáfano mi faro
y yo, en mi navío, el timonel.
Apenas minúsculos tropiezos,
algún contratiempo superado
y muchos fantásticos sucesos
poniendo la suerte de mi lado….
******
Y me visitó de pronto un hado,
cercenando todo lo que había
un certero golpe en el costado,
que quebró mi vida !quién diría!
A un barranco, lóbrego por hondo,
resbalé indefenso de repente;
y ese faro que miraba orondo
ya no pude percibir al frente.
Un desfiladero pedregoso
por el que me deslicé sin freno,
impensado foso tormentoso
que de mi existir raptó lo bueno.
******
Me lastimo y duelo a cada giro
y desangro un poco cada día,
porque me acorrala sin respiro
esta encrucijada tan umbría.
Férreo, persistente, me pregunto
¿Cómo detener tan cruel caída,
cómo resolver el agrio asunto,
como rehacer mi antigua vida?
Cuándo quedará saldado esto
y se sanará tan cruenta herida?
cuándo marcharé de nuevo enhiesto
y con mi sonrisa florecida?
******
Hoy proyecto rápida, no lenta,
mi definitiva redención,
la tenaz constancia que me alienta
ha de ser mi apoyo en toda acción.
Porque mientras vivo permanezca
y la fe mantenga como hermana,
firme buscaré reaparezca
el grandioso sol en mi mañana.
más de un lustro con el sol al frente,
los deleites, vueltos ya costumbre
y una vida plácida y sonriente.
Todo itinerario extenso y claro
la felicidad a flor de piel,
al oriente diáfano mi faro
y yo, en mi navío, el timonel.
Apenas minúsculos tropiezos,
algún contratiempo superado
y muchos fantásticos sucesos
poniendo la suerte de mi lado….
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Y me visitó de pronto un hado,
cercenando todo lo que había
un certero golpe en el costado,
que quebró mi vida !quién diría!
A un barranco, lóbrego por hondo,
resbalé indefenso de repente;
y ese faro que miraba orondo
ya no pude percibir al frente.
Un desfiladero pedregoso
por el que me deslicé sin freno,
impensado foso tormentoso
que de mi existir raptó lo bueno.
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Me lastimo y duelo a cada giro
y desangro un poco cada día,
porque me acorrala sin respiro
esta encrucijada tan umbría.
Férreo, persistente, me pregunto
¿Cómo detener tan cruel caída,
cómo resolver el agrio asunto,
como rehacer mi antigua vida?
Cuándo quedará saldado esto
y se sanará tan cruenta herida?
cuándo marcharé de nuevo enhiesto
y con mi sonrisa florecida?
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Hoy proyecto rápida, no lenta,
mi definitiva redención,
la tenaz constancia que me alienta
ha de ser mi apoyo en toda acción.
Porque mientras vivo permanezca
y la fe mantenga como hermana,
firme buscaré reaparezca
el grandioso sol en mi mañana.