isidro4755parra@gmail.com
Miembro Conocido
Llevo clavados tus ojos
en medio del corazòn:
son como dos alfileres
negros en el algodòn.
(Jesùs C. Oropeza)
Una punzada en el alma
llevo por tu desengaño
que me ha hecho tanto daño
y martiriza mi calma.
Mi amor con tu amor se empalma,
y en un camino de abrojos
al mirar tus labios rojos
palpita en mi la ilusiòn;
pues con desesperaciòn
llevo clavados tus ojos.
Tu desengaño, mujer,
me ha tenido prisionero
pero no serà el primero
en mi triste acontecer.
Y si sè que tu querer
a otro das con gran pasiòn,
perderìa la razòn
pues con tu mala jugada
recibo una puñalada
en medio del corazòn.
Triste y solo yo me siento
por tu actitud tan incierta
porque me has dejado abierta
una herida, lo presiento.
He perdido hasta tu aliento,
y no sè si tus deberes
al igual que tus placeres
me brindan paz o dolor;
pues tu deber y tu amor
son como dos alfileres.
Què màs puedo yo pedirte
si hasta mi pena te sueña,
y en mi sueño eres la dueña
y lucho por recibirte:
no es necesario decirte
que aùn en tu condiciòn
serà mìa le elecciòn
para tenerte en mi Cielo
con mi pena y mi desvelo
negros, en el algodòn.
7\12\2014
Ysidro Parra - Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
en medio del corazòn:
son como dos alfileres
negros en el algodòn.
(Jesùs C. Oropeza)
Una punzada en el alma
llevo por tu desengaño
que me ha hecho tanto daño
y martiriza mi calma.
Mi amor con tu amor se empalma,
y en un camino de abrojos
al mirar tus labios rojos
palpita en mi la ilusiòn;
pues con desesperaciòn
llevo clavados tus ojos.
Tu desengaño, mujer,
me ha tenido prisionero
pero no serà el primero
en mi triste acontecer.
Y si sè que tu querer
a otro das con gran pasiòn,
perderìa la razòn
pues con tu mala jugada
recibo una puñalada
en medio del corazòn.
Triste y solo yo me siento
por tu actitud tan incierta
porque me has dejado abierta
una herida, lo presiento.
He perdido hasta tu aliento,
y no sè si tus deberes
al igual que tus placeres
me brindan paz o dolor;
pues tu deber y tu amor
son como dos alfileres.
Què màs puedo yo pedirte
si hasta mi pena te sueña,
y en mi sueño eres la dueña
y lucho por recibirte:
no es necesario decirte
que aùn en tu condiciòn
serà mìa le elecciòn
para tenerte en mi Cielo
con mi pena y mi desvelo
negros, en el algodòn.
7\12\2014
Ysidro Parra - Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
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