Marioneta de cristal.
A qué tienes miedo cuando viajas tan inocente.
Quizás a tu deleite o a tu recuerdo prudente.
A qué tienes pavor cuando luchas tan fuerte.
Quizás a tu sin sabor o a tu recurso elocuente.
Te acostumbras siempre a escribir con coraza,
que al abrirse al frente de la libertad por volar y narrar,
te asusta verte desnuda ante una simple pluma.
Te embriagas siempre al volar sin frenos,
que al desvestirte en la sobriedad por tomar y soltar,
salen sobrantes dones ante la simple vida.
El día que el amor me habló se escondió mi alma.
Huyó a continentes desconocidos, a abrigadas
estrellas donde taparse y permanecer a escondidas.
Caricias dibujabas en tintas repasadas,
almohadones cómplices en noches reposadas.
Sacar el amor de sus escondrijos, dejarlo libre a la faz del viento
sacar el amor de sus entrecejos, dejarlo notorio a la faz del lino.
Marioneta de cristal.
No vas a romperte por hacerte fuerte...
Marioneta de cristal ya somos este vuelo.
A qué tienes miedo cuando viajas tan inocente.
Quizás a tu deleite o a tu recuerdo prudente.
A qué tienes pavor cuando luchas tan fuerte.
Quizás a tu sin sabor o a tu recurso elocuente.
Te acostumbras siempre a escribir con coraza,
que al abrirse al frente de la libertad por volar y narrar,
te asusta verte desnuda ante una simple pluma.
Te embriagas siempre al volar sin frenos,
que al desvestirte en la sobriedad por tomar y soltar,
salen sobrantes dones ante la simple vida.
El día que el amor me habló se escondió mi alma.
Huyó a continentes desconocidos, a abrigadas
estrellas donde taparse y permanecer a escondidas.
Caricias dibujabas en tintas repasadas,
almohadones cómplices en noches reposadas.
Sacar el amor de sus escondrijos, dejarlo libre a la faz del viento
sacar el amor de sus entrecejos, dejarlo notorio a la faz del lino.
Marioneta de cristal.
No vas a romperte por hacerte fuerte...
Marioneta de cristal ya somos este vuelo.