Maria Jose
Miembro Conocido
La mujer, lleva en su cesto
de las flores la más blanca,
la que no han tocado dedos
ni ha sido jamás cortada.
Ahí la cultiva, fragante,
envuelta en agua ondulada,
delicadamente cautiva,
maternalmente guardada.
En tanto la Luna le avanza
tres trimestres gloriosos,
nueve meses de esperanza,
tiempo en que abrir los ojos
su florecilla temprana.
La mujer lleva a la rosa, al Jacinto,
lleva a la Dalia, lleva al Clavel,
lleva un Nenúfar en su cestillo
al que la Luz, troca el pétalo en piel.
de las flores la más blanca,
la que no han tocado dedos
ni ha sido jamás cortada.
Ahí la cultiva, fragante,
envuelta en agua ondulada,
delicadamente cautiva,
maternalmente guardada.
En tanto la Luna le avanza
tres trimestres gloriosos,
nueve meses de esperanza,
tiempo en que abrir los ojos
su florecilla temprana.
La mujer lleva a la rosa, al Jacinto,
lleva a la Dalia, lleva al Clavel,
lleva un Nenúfar en su cestillo
al que la Luz, troca el pétalo en piel.