Pelagatos-H
Miembro Conocido
300920121356 (la original no la recuerdo, pero esta fue cuando se edito)
A mí, me gustaría ser poeta,
porque he visto que los poetas
son algo así como doctores,
lo curan todo con una sola medicina:
¡La poesía!
Recetan versos para deshacer la tristeza,
hacen más llevaderos los dolores del amor,
convierten lágrimas en perlas,
estrellas, lunas o ríos de vida.
Vuelven los infartos
sentimientos de amor inalcanzable,
dicen que por eso sufre y duele el corazón.
Los dolores de los pies lo hacen
cansancio por seguir a la amada que se esfuma.
Si te duele la muela en la noche,
un poema para cerrarte la boca con besos
y el dolor desaparezca.
No hay mal que no cure el poeta.
Receta la poesía en pastillas
si te duele la cabeza.
En jarabe si tu mal es de la barriga
por tantas mariposas enamoradas.
En ungüento si en tu piel
no florecen las caricias de ella.
La dan en cápsulas y hasta en inyecciones
si los males son en verdad terribles.
¡Pueden ser cirujanos!
Son capaces de abrirte el pecho
para sacarte el corazón,
y a sacudidas quitarle las penas.
No hay mal que no cure el poeta.
Pero hay algo que se les ha escapado
en tantos años de medicinal poesía
y que yo he de registrar la patente:
¡Recetaré la poesía en supositorios
para curar las molestias de la diabetes
y las hemorroides!
Además, díganme:
¿Hay algo más seguro para deshacerse de las penas
que arrancárselas de las entrañas
con dos versos y un enema?
A mí, me gustaría ser poeta,
porque he visto que los poetas
son algo así como doctores,
lo curan todo con una sola medicina:
¡La poesía!
Recetan versos para deshacer la tristeza,
hacen más llevaderos los dolores del amor,
convierten lágrimas en perlas,
estrellas, lunas o ríos de vida.
Vuelven los infartos
sentimientos de amor inalcanzable,
dicen que por eso sufre y duele el corazón.
Los dolores de los pies lo hacen
cansancio por seguir a la amada que se esfuma.
Si te duele la muela en la noche,
un poema para cerrarte la boca con besos
y el dolor desaparezca.
No hay mal que no cure el poeta.
Receta la poesía en pastillas
si te duele la cabeza.
En jarabe si tu mal es de la barriga
por tantas mariposas enamoradas.
En ungüento si en tu piel
no florecen las caricias de ella.
La dan en cápsulas y hasta en inyecciones
si los males son en verdad terribles.
¡Pueden ser cirujanos!
Son capaces de abrirte el pecho
para sacarte el corazón,
y a sacudidas quitarle las penas.
No hay mal que no cure el poeta.
Pero hay algo que se les ha escapado
en tantos años de medicinal poesía
y que yo he de registrar la patente:
¡Recetaré la poesía en supositorios
para curar las molestias de la diabetes
y las hemorroides!
Además, díganme:
¿Hay algo más seguro para deshacerse de las penas
que arrancárselas de las entrañas
con dos versos y un enema?