Sanchez Macías
Miembro Conocido
El cielo dispone de llanos
en donde pueden descansar
las vidas de iguales hermanos
echados muy pronto a la mar.
Corona de sonetos eneasílabos
Mercaderes de sueños
Soneto madre
Debajo de mares de plata
abusan de seres humanos,
llegados de sitios lejanos
por gracia del vivo pirata.
Ignoran (si el mar no les mata)
que llenan de cuartos las manos
al necio de tratos insanos
y cuyos destinos maltrata.
Un cielo de plásticos duros
mastica el sudor y los sueños
de seres fugados de dueños
muy dados a gestos impuros
y a siembras copiosas de empeños
en vidas que buscan futuros.
I
Debajo de mares de plata
y afines a un mismo decreto
malviven y guardan secreto
de aquello que casi les mata.
Es gente que nunca delata
al bobo que tiene el careto
y el ansia de llenarse el peto
a costa del hambre que cata.
La vida les ata a villanos
ajenos a tantas tristezas,
y ufanos de ingentes riquezas
ganadas a costa de hermanos
se mofan, y sin sutilezas
abusan de seres humanos.
II
Abusan de seres humanos
gentuza de baja calaña,
que muestra los panes y engaña
al dar migas solo a los sanos.
Pues ellos serán de tiranos
los robles que aguanten la hazaña
y al tiempo se den mucha maña
en llenar sus silos de granos.
Su suerte recala en gusanos
adictos a hurgar en la entraña
del ser que defiende con saña
su vida y de iguales hermanos
en dura e inhumana campaña.
¡Llegados de sitios lejanos!
III
Llegados de sitios lejanos
y a cambio de muchos billetes
reciben a cuenta banquetes
muy propios de sitos malsanos.
Sumisos ofrecen sus manos
dotadas de nulos aprietes
debido a los fríos tapetes
expuestos en cuerpos livianos.
Responden de forma inmediata
a todo mandato, pues ávidos
del pan y la sal, e ingrávidos
por la pertinaz caminata,
se sienten cansados y pávidos
por gracia del vivo pirata.
IV
Por gracia del vivo pirata
olvidan lo bueno que es ver
al ser que la vida al nacer
les dio, y del mal se percata.
Porque aún no entiende la errata
de un hijo dispuesto a caer
en burlas y encima traer
la deuda que eterna les ata.
De siempre el dinero retrata
la falta de juicio en el ser,
porqué de equidad es tener
lo justo y que el rico arrebata,
que son: la justicia y comer.
¡Ignoran, (si el mar no les mata)!
V
Ignoran ( si el mar no les mata)
las penas y exiguo jornal,
pues creen que mucho caudal
recorre la tierra inmediata.
Mas nada de lejos delata
la lucha del bien y del mal
por culpa del sucio metal
que tanta injusticia desata.
Arriban: ilusos cristianos,
de patrias distintas, contrarios
altares, de matices varios
y ricos cantares, cercanos
en penas e igual de precarios;
que llenan de cuartos las manos.
VI
Que llenan de cuartos las manos
y cubren de seda la piel
y panes les untan de miel
y silos les llenan de granos.
Mas esos supuestos hermanos
merecen la cárcel de hotel
y panes les unten de hiel
y en silos no falten gusanos.
Porque la justicia de humanos
se sirve según el nivel
de pago que tenga el doncel
caído a los pies de villanos;
y abone el cuantioso arancel
al necio de tratos insanos.
VII
Al necio de tratos insanos
se paga la misma moneda,
pues puede que así retroceda
al ver tantos palos cercanos.
Mas siempre quedaron lejanos
los tiempos de odiar al que enreda,
al ser de nobleza el que hospeda
y a todos ofrece sus manos.
La injusta violencia es innata
en almas ausentes de amor,
y amantes también del dolor
causado de forma insensata
a niños sobrados de horror
y cuyos destinos maltrata.
VIII
Y cuyos destinos maltrata
sin rastro de culpa y clemencia,
debida a la cruda sentencia
caída en personas que trata.
Porque la sentencia retrata
al hombre de nula conciencia,
debido a la fuerza y cadencia
del palo dispuesto en tocata.
Quizá no serían impuros
si vieran sus carnes seguir
el mismo camino y sentir
los cuerpos caer de maduros,
y encima del suyo rugir
un cielo de plásticos duros.
IX
Un cielo de plásticos duros
curtido de vida pasada
mantiene la mente ocupada
de aquellos de ánimas puros.
También esos férreos muros
cobijan la estela pesada
de aquel que con ansia preñada
se lucra de modos impuros.
Tal vez un buen día a esos dueños
les llegue por fin la cordura,
y cambien maldad por ternura
y tientos de amor y no leños;
Y sepan que tanta tortura
mastica el sudor y los sueños.
X
Mastica el sudor y los sueños
cualquier esperanza perdida
de un cuerpo que es joven de vida
y frágil a grandes desdeños,
de aquellos ilusos risueños
nacidos con hambre curtida
y vieron en hienas salida
de pueblos asidos a ceños.
Vacíos de falsos ensueños
sucumben ante la guarida
del lelo que ayuda en la huida
al ver que se prestan a empeños,
de buitres hambrientos de herida
de seres fugados de dueños.
XI
De seres fugados de dueños
esperan pacientes captores,
carentes de ciertos valores,
la bolsa de ilusos risueños.
Pues todo camino a los sueños
empieza y acaba en dolores
causados por burdos traidores
en justos, aun siendo pequeños.
Caminan sin ruta e inseguros
de donde puedan recaer,
mas no dejarán de creer
en sueños tan libres y puros
ni aunque a necios tengan que ver
muy dados a gestos impuros.
XII
Muy dados a gestos impuros
y a vicios que nublan sus mentes,
se ciegan y minan los puentes
que hacían los pueblos seguros.
Pues antes crecían sin duros
ataques de ahora dementes,
dispuestos al miedo en ambientes
y propios de siglos oscuros.
De siempre los hombres y sueños
caminan sin rumbo acertado,
pues aman lo mucho logrado
aun siendo a costa de ceños
impuestos a un cuerpo confiado
y a siembras copiosas de empeños.
XIII
Y a siembras copiosas de empeños
que auguran desgracias y holguras,
desgracias en savias futuras
y holguras en vivos risueños.
Anclada a roídos barreños
quedó la riqueza y dulzuras
de abrazos que acallan torturas
servidas en cuerpos cenceños.
La fuerza de gente en apuros
reside en la fe y la constancia
que aplica en tan larga distancia,
librando o cercando los muros
de bordes que buscan ganancia
en vidas que buscan futuros.
XIV
En vidas que buscan futuros
se viene la imagen caliente
del yugo tatuado en su mente
y acorde a pasados oscuros.
Caminan y evitan los muros
que ocultan la etapa siguiente,
calada también de corriente
que anegan suelos inseguros.
Quizá, si el camino no mata
las ganas y logren llegar,
no deban si quiera olvidar
un viaje que casi arrebata
sus vidas, y puedan soñar
debajo de mares de plata.
Sánchez Macías
en donde pueden descansar
las vidas de iguales hermanos
echados muy pronto a la mar.
Corona de sonetos eneasílabos
Mercaderes de sueños
Soneto madre
Debajo de mares de plata
abusan de seres humanos,
llegados de sitios lejanos
por gracia del vivo pirata.
Ignoran (si el mar no les mata)
que llenan de cuartos las manos
al necio de tratos insanos
y cuyos destinos maltrata.
Un cielo de plásticos duros
mastica el sudor y los sueños
de seres fugados de dueños
muy dados a gestos impuros
y a siembras copiosas de empeños
en vidas que buscan futuros.
I
Debajo de mares de plata
y afines a un mismo decreto
malviven y guardan secreto
de aquello que casi les mata.
Es gente que nunca delata
al bobo que tiene el careto
y el ansia de llenarse el peto
a costa del hambre que cata.
La vida les ata a villanos
ajenos a tantas tristezas,
y ufanos de ingentes riquezas
ganadas a costa de hermanos
se mofan, y sin sutilezas
abusan de seres humanos.
II
Abusan de seres humanos
gentuza de baja calaña,
que muestra los panes y engaña
al dar migas solo a los sanos.
Pues ellos serán de tiranos
los robles que aguanten la hazaña
y al tiempo se den mucha maña
en llenar sus silos de granos.
Su suerte recala en gusanos
adictos a hurgar en la entraña
del ser que defiende con saña
su vida y de iguales hermanos
en dura e inhumana campaña.
¡Llegados de sitios lejanos!
III
Llegados de sitios lejanos
y a cambio de muchos billetes
reciben a cuenta banquetes
muy propios de sitos malsanos.
Sumisos ofrecen sus manos
dotadas de nulos aprietes
debido a los fríos tapetes
expuestos en cuerpos livianos.
Responden de forma inmediata
a todo mandato, pues ávidos
del pan y la sal, e ingrávidos
por la pertinaz caminata,
se sienten cansados y pávidos
por gracia del vivo pirata.
IV
Por gracia del vivo pirata
olvidan lo bueno que es ver
al ser que la vida al nacer
les dio, y del mal se percata.
Porque aún no entiende la errata
de un hijo dispuesto a caer
en burlas y encima traer
la deuda que eterna les ata.
De siempre el dinero retrata
la falta de juicio en el ser,
porqué de equidad es tener
lo justo y que el rico arrebata,
que son: la justicia y comer.
¡Ignoran, (si el mar no les mata)!
V
Ignoran ( si el mar no les mata)
las penas y exiguo jornal,
pues creen que mucho caudal
recorre la tierra inmediata.
Mas nada de lejos delata
la lucha del bien y del mal
por culpa del sucio metal
que tanta injusticia desata.
Arriban: ilusos cristianos,
de patrias distintas, contrarios
altares, de matices varios
y ricos cantares, cercanos
en penas e igual de precarios;
que llenan de cuartos las manos.
VI
Que llenan de cuartos las manos
y cubren de seda la piel
y panes les untan de miel
y silos les llenan de granos.
Mas esos supuestos hermanos
merecen la cárcel de hotel
y panes les unten de hiel
y en silos no falten gusanos.
Porque la justicia de humanos
se sirve según el nivel
de pago que tenga el doncel
caído a los pies de villanos;
y abone el cuantioso arancel
al necio de tratos insanos.
VII
Al necio de tratos insanos
se paga la misma moneda,
pues puede que así retroceda
al ver tantos palos cercanos.
Mas siempre quedaron lejanos
los tiempos de odiar al que enreda,
al ser de nobleza el que hospeda
y a todos ofrece sus manos.
La injusta violencia es innata
en almas ausentes de amor,
y amantes también del dolor
causado de forma insensata
a niños sobrados de horror
y cuyos destinos maltrata.
VIII
Y cuyos destinos maltrata
sin rastro de culpa y clemencia,
debida a la cruda sentencia
caída en personas que trata.
Porque la sentencia retrata
al hombre de nula conciencia,
debido a la fuerza y cadencia
del palo dispuesto en tocata.
Quizá no serían impuros
si vieran sus carnes seguir
el mismo camino y sentir
los cuerpos caer de maduros,
y encima del suyo rugir
un cielo de plásticos duros.
IX
Un cielo de plásticos duros
curtido de vida pasada
mantiene la mente ocupada
de aquellos de ánimas puros.
También esos férreos muros
cobijan la estela pesada
de aquel que con ansia preñada
se lucra de modos impuros.
Tal vez un buen día a esos dueños
les llegue por fin la cordura,
y cambien maldad por ternura
y tientos de amor y no leños;
Y sepan que tanta tortura
mastica el sudor y los sueños.
X
Mastica el sudor y los sueños
cualquier esperanza perdida
de un cuerpo que es joven de vida
y frágil a grandes desdeños,
de aquellos ilusos risueños
nacidos con hambre curtida
y vieron en hienas salida
de pueblos asidos a ceños.
Vacíos de falsos ensueños
sucumben ante la guarida
del lelo que ayuda en la huida
al ver que se prestan a empeños,
de buitres hambrientos de herida
de seres fugados de dueños.
XI
De seres fugados de dueños
esperan pacientes captores,
carentes de ciertos valores,
la bolsa de ilusos risueños.
Pues todo camino a los sueños
empieza y acaba en dolores
causados por burdos traidores
en justos, aun siendo pequeños.
Caminan sin ruta e inseguros
de donde puedan recaer,
mas no dejarán de creer
en sueños tan libres y puros
ni aunque a necios tengan que ver
muy dados a gestos impuros.
XII
Muy dados a gestos impuros
y a vicios que nublan sus mentes,
se ciegan y minan los puentes
que hacían los pueblos seguros.
Pues antes crecían sin duros
ataques de ahora dementes,
dispuestos al miedo en ambientes
y propios de siglos oscuros.
De siempre los hombres y sueños
caminan sin rumbo acertado,
pues aman lo mucho logrado
aun siendo a costa de ceños
impuestos a un cuerpo confiado
y a siembras copiosas de empeños.
XIII
Y a siembras copiosas de empeños
que auguran desgracias y holguras,
desgracias en savias futuras
y holguras en vivos risueños.
Anclada a roídos barreños
quedó la riqueza y dulzuras
de abrazos que acallan torturas
servidas en cuerpos cenceños.
La fuerza de gente en apuros
reside en la fe y la constancia
que aplica en tan larga distancia,
librando o cercando los muros
de bordes que buscan ganancia
en vidas que buscan futuros.
XIV
En vidas que buscan futuros
se viene la imagen caliente
del yugo tatuado en su mente
y acorde a pasados oscuros.
Caminan y evitan los muros
que ocultan la etapa siguiente,
calada también de corriente
que anegan suelos inseguros.
Quizá, si el camino no mata
las ganas y logren llegar,
no deban si quiera olvidar
un viaje que casi arrebata
sus vidas, y puedan soñar
debajo de mares de plata.
Sánchez Macías
