Sanchez Macías
Miembro Conocido
Mi musa, mi libertad
Han pasado tantos años
desde que te percibí,
mil historias reveladas
que me hicieron resurgir.
Navegando en aguas bravas
en tus mareas me bañe,
mostrándome el horizonte
donde me ibas a mecer.
Me encandilaron tus olas
gozosas en sus mareos,
y en la espuma de sus muertes
me encadenaste al deseo.
Me rimaste tantas prosas
en la senda del camino,
refrescando mis entrañas
con la brisa del cariño.
Entre cabos de una vida
revelaste la razón,
por la cual nunca se debe
renunciar a una ilusión.
Sonreíste una mañana
en la cual brillaba el sol,
a la sombra de un te quiero
y al ardor de un buen sabor.
Paseamos libremente
entregando lealtad,
dando brillo dulcemente
lustrando mi soledad.
Me dijiste que el olvido
calmaría mi ansiedad,
con ternura de tu cielo
y la paz de tu amistad.
Me dijiste que la angustia
de mí nunca se haga presa,
que en mi vida amanecías
siendo la que mejor besa.
En tus calidos abrazos
me ofreciste buen horneo,
mostrándome bien expuesto
en la senda del deseo.
Eres tú mi confidente
dueña de mi soledad,
en tus brazos yo me duermo
¡Mi musa, mi libertad!
Sánchez Macías
Han pasado tantos años
desde que te percibí,
mil historias reveladas
que me hicieron resurgir.
Navegando en aguas bravas
en tus mareas me bañe,
mostrándome el horizonte
donde me ibas a mecer.
Me encandilaron tus olas
gozosas en sus mareos,
y en la espuma de sus muertes
me encadenaste al deseo.
Me rimaste tantas prosas
en la senda del camino,
refrescando mis entrañas
con la brisa del cariño.
Entre cabos de una vida
revelaste la razón,
por la cual nunca se debe
renunciar a una ilusión.
Sonreíste una mañana
en la cual brillaba el sol,
a la sombra de un te quiero
y al ardor de un buen sabor.
Paseamos libremente
entregando lealtad,
dando brillo dulcemente
lustrando mi soledad.
Me dijiste que el olvido
calmaría mi ansiedad,
con ternura de tu cielo
y la paz de tu amistad.
Me dijiste que la angustia
de mí nunca se haga presa,
que en mi vida amanecías
siendo la que mejor besa.
En tus calidos abrazos
me ofreciste buen horneo,
mostrándome bien expuesto
en la senda del deseo.
Eres tú mi confidente
dueña de mi soledad,
en tus brazos yo me duermo
¡Mi musa, mi libertad!
Sánchez Macías