Fede Triviani
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No pretendo ser el arte
que se crea por lo eterno,
ni un bosquejo en el cuaderno
melancólico al mirarte,
no seré quién al jurarte
un amor en el invierno
te someta en el averno
solitario por dejarte.
Yo deseo fabricarte
con mi sueño la utopía,
la verdad y fantasía
de este corazón amante,
regalarte en un instante
una flor hecha alegría
y tocar la sinfonía
de un cariño delirante.
No pretendo ser diamante
que corte con tu misterio,
ni mentirte que un imperio
te he de dar todas las tardes,
nunca dejaré que aguardes
por mi luna en cautiverio
y encenderé tu hemisferio
para que no te acobardes.
Te daré para que guardes
en tu ser mil ilusiones,
y el canto de los gorriones
que pululan el sendero,
el frescor del aguacero
que al rozarte son canciones
y en mi boca las acciones
al decirte que te quiero.
Solo quiero ser casero
de tu vientre cristalino,
amarrarme a tu destino
con gran ternura y desvelo,
por siempre darte el anhelo
de mi espíritu genuino
y en un vuelo a lo divino
dejar mi paz en tu cielo.
que se crea por lo eterno,
ni un bosquejo en el cuaderno
melancólico al mirarte,
no seré quién al jurarte
un amor en el invierno
te someta en el averno
solitario por dejarte.
Yo deseo fabricarte
con mi sueño la utopía,
la verdad y fantasía
de este corazón amante,
regalarte en un instante
una flor hecha alegría
y tocar la sinfonía
de un cariño delirante.
No pretendo ser diamante
que corte con tu misterio,
ni mentirte que un imperio
te he de dar todas las tardes,
nunca dejaré que aguardes
por mi luna en cautiverio
y encenderé tu hemisferio
para que no te acobardes.
Te daré para que guardes
en tu ser mil ilusiones,
y el canto de los gorriones
que pululan el sendero,
el frescor del aguacero
que al rozarte son canciones
y en mi boca las acciones
al decirte que te quiero.
Solo quiero ser casero
de tu vientre cristalino,
amarrarme a tu destino
con gran ternura y desvelo,
por siempre darte el anhelo
de mi espíritu genuino
y en un vuelo a lo divino
dejar mi paz en tu cielo.