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Mis pasos

Llevo mis pasos, por el sendero de lo incierto, vagando sin un destino claro. Un paso y después otro, sin pretender establecer un sentido a todo ello. Los miedos me angustian, el futuro se me hace oscuro, por donde veo más nubes que claros, más inviernos que primaveras. No se adonde recalaré, pero según pasan los años, me convierto, sin remedio, en un viejo cobarde, sin fuerzas para luchar. Rezó para no caer en el acantilado que bordea la linde, aunque a veces se me haga atractiva la perspectiva de ese mar enfurecido golpeando sobre las rocas, su violencia, su fuerza, la perspectiva de dejar de caminar.
La vida nunca me regaló nada, y temo que se cobre justa venganza por las veces que la robé un gozo, aunque fuera pequeño y momentáneo, sus intereses siempre superan el capital. Lo vi muchas veces, en otros caminantes que paseaban junto a mí, un pequeño tropiezo les llevó al bravío torbellino que tantas veces me llamó, sin avisar, sin compasión. El camino de la esperanza no se cruzó con el mío, el del amor rara vez.
Llevo mis pasos, de uno en uno, con mi mirada gacha, la respiración entrecortada, y mi ánimo marchito.
Llevo mis pasos, pero no llevo mi vida.
 
Última edición:
excelente prosa Javi, con sentimientos fuertes, es difícil contunuar caminando cuando en el futuro parece todo tan gris, la vida cobra como dices con intereses altos, las pequeñas alegrías, será que está lloviendo por este lado del planeta o que tu prosa tiene mucho sentido, un enorme placer leerte, besos
 
Buen relato introspectivo. Las crisis existenciales son comunes a casi todos. A veces la desesperanza es la única certeza que queda y ante la cobarde renuncia al suicidio nos conformamos con ver pasar la vida desde nuestro lamentable rincón.

Me agradó leerte.

Un abrazo.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Llevo mis pasos, por el sendero de lo incierto, vagando sin un destino claro. Un paso y después otro, sin pretender establecer un sentido a todo ello. Los miedos me angustian, el futuro se me hace oscuro, por donde veo más nubes que claros, más inviernos que primaveras. No se adonde recalaré, pero según pasan los años, me convierto, sin remedio, en un viejo cobarde, sin fuerzas para luchar. Rezó para no caer en el acantilado que bordea la linde, aunque a veces se me haga atractiva la perspectiva de ese mar enfurecido golpeando sobre las rocas, su violencia, su fuerza, la perspectiva de dejar de caminar.
La vida nunca me regaló nada, y temo que se cobre justa venganza por las veces que la robé un gozo, aunque fuera pequeño y momentáneo, sus intereses siempre superan el capital. Lo vi muchas veces, en otros caminantes que paseaban junto a mí, un pequeño tropiezo les llevó al bravío torbellino que tantas veces me llamó, sin avisar, sin compasión. El camino de la esperanza no se cruzó con el mío, el del amor rara vez.
Llevo mis pasos, de uno en uno, con mi mirada gacha, la respiración entrecortada, y mi ánimo marchito.
Llevo mis pasos, pero no llevo mi vida.

Nene que no te ciegue nada no sea que te vayas a caer y romperte un hueso,que tampoco tenes tantos años apenas comenzas a vivir la vida,además sos guapo, escribís bien,entre otras virtudes y sos mi amigo, me gusto tu prosa, mucho desaliento en tus letras pero a veces así vemos la vida, suerte que el horizonte siempre se despeja,tarde o temprano se despeja,muy sentido escrito Javi,gracias por compartirlo,un beso grande que te lleve un poquito de luz a tu horizonte,te quiero amigo.
 
Una prosa cargada de pesadumbre y bordeando lo negativo y depre. Seguramente y lamentablemente alguien se vea reflejado en este relato. Yo he pasado por esos momentos de mi vida, donde vivir era sólo caminar.
Te agradezco esta prosa y espero que estés bien
Un abrazo!
 

amada

Moderadora del Foro Compartiendo Tristezas
La lucha constante por mantener una vida fluyendo y sin problemas...que difícil es....pero seguimos adelante, sin volver atrás, obteniendo fuerzas desde el fondo de nuestro ser. Magnificas letras querido poeta, un placer leerte siempre...un abrazo.
 

Severino Esteve

Miembro Conocido
Llevo mis pasos, por el sendero de lo incierto, vagando sin un destino claro. Un paso y después otro, sin pretender establecer un sentido a todo ello. Los miedos me angustian, el futuro se me hace oscuro, por donde veo más nubes que claros, más inviernos que primaveras. No se adonde recalaré, pero según pasan los años, me convierto, sin remedio, en un viejo cobarde, sin fuerzas para luchar. Rezó para no caer en el acantilado que bordea la linde, aunque a veces se me haga atractiva la perspectiva de ese mar enfurecido golpeando sobre las rocas, su violencia, su fuerza, la perspectiva de dejar de caminar.
La vida nunca me regaló nada, y temo que se cobre justa venganza por las veces que la robé un gozo, aunque fuera pequeño y momentáneo, sus intereses siempre superan el capital. Lo vi muchas veces, en otros caminantes que paseaban junto a mí, un pequeño tropiezo les llevó al bravío torbellino que tantas veces me llamó, sin avisar, sin compasión. El camino de la esperanza no se cruzó con el mío, el del amor rara vez.
Llevo mis pasos, de uno en uno, con mi mirada gacha, la respiración entrecortada, y mi ánimo marchito.
Llevo mis pasos, pero no llevo mi vida.
Así andamos por el mundo, como reza un subforo del espacio.
Seguiremos andando en pos de un horizonte que devuelva un atractivo a la mirada.
Buen micro, buena inspiración quedó plasmada.
Abrazos Javier… Tomás.
 

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