isidro4755parra@gmail.com
Miembro Conocido
Una oración de dolor
en huerto de los olivos
Jesucristo estando vivo
realizaba con amor.
Sudó sangre el Redentor,
la Divina Majestad,
el padre de la verdad,
de la perfecta oración,
el Jesús de devoción
lleno de gran santidad.
Por culpa del Iscariotes
Jesucristo fue apresado,
y a una columna atado
dieron cinco mil azotes.
Hoy es preciso que notes
que culpa también tuvimos;
porque pecadores fuimos
pero Jesús, padre bueno,
por el pecador ajeno
sufrió y eso lo sentimos.
Una corona de espinas
colocada con crueldad
da muestras de la maldad
de esas huestes asesinas.
En su cabeza Divina
la corona colocaron,
sus espinas se clavaron
luego la sangre corrió;
pero Jesús nunca odió
a quienes lo atormentaron.
Sobre los hombros sagrados
pesada cruz de madera,
carga Cristo y desespera
lo que han hecho esos malvados.
No pueden ser perdonados
por aquel trato inclemente
que dieron en cuerpo y mente
a quien llevó con amor:
espinas, peso y dolor,
por culpa del indolente.
En medio de dos ladrones
Jesús fue crucificado
por culpa de los pecados
que dieron las ocasiones.
A su padre bendiciones
pedía en su estado inerte,
y viendo llegar la muerte
por ellos perdón pidió
y luego el Cristo murió
por el afán de quererte.
15/05/2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
en huerto de los olivos
Jesucristo estando vivo
realizaba con amor.
Sudó sangre el Redentor,
la Divina Majestad,
el padre de la verdad,
de la perfecta oración,
el Jesús de devoción
lleno de gran santidad.
Por culpa del Iscariotes
Jesucristo fue apresado,
y a una columna atado
dieron cinco mil azotes.
Hoy es preciso que notes
que culpa también tuvimos;
porque pecadores fuimos
pero Jesús, padre bueno,
por el pecador ajeno
sufrió y eso lo sentimos.
Una corona de espinas
colocada con crueldad
da muestras de la maldad
de esas huestes asesinas.
En su cabeza Divina
la corona colocaron,
sus espinas se clavaron
luego la sangre corrió;
pero Jesús nunca odió
a quienes lo atormentaron.
Sobre los hombros sagrados
pesada cruz de madera,
carga Cristo y desespera
lo que han hecho esos malvados.
No pueden ser perdonados
por aquel trato inclemente
que dieron en cuerpo y mente
a quien llevó con amor:
espinas, peso y dolor,
por culpa del indolente.
En medio de dos ladrones
Jesús fue crucificado
por culpa de los pecados
que dieron las ocasiones.
A su padre bendiciones
pedía en su estado inerte,
y viendo llegar la muerte
por ellos perdón pidió
y luego el Cristo murió
por el afán de quererte.
15/05/2014
Ysidro Parra-Venezuela
Reservados Derechos de Autor.