cocuzza3105
Miembro Conocido
MUÑECA INFLABLE
Aquí cuento una aventura
de este flaco un tanto raro,
timidez a precio caro,
que tenía vida pura
sin el sexo, y la locura
de estar siempre encerrado
sin salir a ningún lado,
pues la compu su pasar,
no dejaba de jugar,
¡Lo tenía atolondrado!
Ya tenía veintisiete
y no había debutado,
¡pobre hombre desahuciado!,
parecía ser jinete
conduciendo un gran cohete;
Tan perdida era su vida
que no había más cabida
de seguir como una ostra,
todo el cuerpo era una costra
por no hacer ni una salida.
Es que nunca tuvo chances
cuando fue un adolescente
porque andaba como un ente,
rechazaban sus avances
al momento de sus lances,
y es por eso que ahora tiene
ese trauma, ¡Lindo nene!,
que lo ha hecho no insistir
nunca más para vivir
lo que más nos entretiene.
Pero él siempre lo quiso
que algún día se le diera,
lo quería como fuera
y buscaba, sin permiso,
en el cielo o en el piso;
Su descarga en soledad
lo aburría de verdad
y pensó: _ ¿Qué puedo hacer,
algo nuevo debe haber?
¡Creo que ya tengo edad!
Es así que vio en venta
un juguete entretenido
para hacer su cometido,
en la compu lo presenta
un aviso que lo tienta;
Encargó, pues, una de ellas
para ver a las estrellas
cuando fuera el momento
en que llegue el elemento
que será como centellas.
Cuando su chica llegó
desbordaba de alegría
esperando compañía,
de inmediato así la infló
y en la cama la lanzó;
El colchón era muy viejo
con roturas del pulpejo,
rajaduras por demás
adelante y atrás,
pero no leyó el consejo.
El envase le decía:
“No usar sobre punzante
o sobre algo semejante”;
De las ganas que tenía…
caso omiso, ¡No leía!
Cuando estaba en el desgaste
un resorte hizo contraste
y el juguete… ¡explotó!,
de la angustia él acotó…
¡¡¡Flor de pedo te tiraste!!!
No diré la moraleja
porque quedo muy grosero,
pero si es un agujero
lo que busca y no pareja,
se la hace muy compleja.
Lo mejor de esta vida
es amar, y en la movida
clamará en oración
ese grito de pasión
en la “tierra” prometida.
Ángel César Cocuzza.
Aquí cuento una aventura
de este flaco un tanto raro,
timidez a precio caro,
que tenía vida pura
sin el sexo, y la locura
de estar siempre encerrado
sin salir a ningún lado,
pues la compu su pasar,
no dejaba de jugar,
¡Lo tenía atolondrado!
Ya tenía veintisiete
y no había debutado,
¡pobre hombre desahuciado!,
parecía ser jinete
conduciendo un gran cohete;
Tan perdida era su vida
que no había más cabida
de seguir como una ostra,
todo el cuerpo era una costra
por no hacer ni una salida.
Es que nunca tuvo chances
cuando fue un adolescente
porque andaba como un ente,
rechazaban sus avances
al momento de sus lances,
y es por eso que ahora tiene
ese trauma, ¡Lindo nene!,
que lo ha hecho no insistir
nunca más para vivir
lo que más nos entretiene.
Pero él siempre lo quiso
que algún día se le diera,
lo quería como fuera
y buscaba, sin permiso,
en el cielo o en el piso;
Su descarga en soledad
lo aburría de verdad
y pensó: _ ¿Qué puedo hacer,
algo nuevo debe haber?
¡Creo que ya tengo edad!
Es así que vio en venta
un juguete entretenido
para hacer su cometido,
en la compu lo presenta
un aviso que lo tienta;
Encargó, pues, una de ellas
para ver a las estrellas
cuando fuera el momento
en que llegue el elemento
que será como centellas.
Cuando su chica llegó
desbordaba de alegría
esperando compañía,
de inmediato así la infló
y en la cama la lanzó;
El colchón era muy viejo
con roturas del pulpejo,
rajaduras por demás
adelante y atrás,
pero no leyó el consejo.
El envase le decía:
“No usar sobre punzante
o sobre algo semejante”;
De las ganas que tenía…
caso omiso, ¡No leía!
Cuando estaba en el desgaste
un resorte hizo contraste
y el juguete… ¡explotó!,
de la angustia él acotó…
¡¡¡Flor de pedo te tiraste!!!
No diré la moraleja
porque quedo muy grosero,
pero si es un agujero
lo que busca y no pareja,
se la hace muy compleja.
Lo mejor de esta vida
es amar, y en la movida
clamará en oración
ese grito de pasión
en la “tierra” prometida.
Ángel César Cocuzza.