Mariana Cuaspa
Miembro Conocido
No estás cuando el paisaje
guarda su rencor
y la noche se queja.
No estás cuando la luna
cierne su luz por los rincones.
¿Por qué no apareces
como el primer lucero
que enciende la noche
o apareces como la última estrella
de mis madrugadas?
Si puedes ser la luz
que alumbres mis versos
con los que me despierto.
A veces estás,
en lo más alejado de la tarde
donde la brisa se espanta
¡Estás en la coincidencia
de un viejo verso!
Me olvido de tu nombre
para no llamarte,
lástima que no estés
cuando consulto la hora
y sientas en una afiebrada plegaria
desfilar la aurora sobre las calles.
¡Eres el ropaje que el invierno aleja!
guarda su rencor
y la noche se queja.
No estás cuando la luna
cierne su luz por los rincones.
¿Por qué no apareces
como el primer lucero
que enciende la noche
o apareces como la última estrella
de mis madrugadas?
Si puedes ser la luz
que alumbres mis versos
con los que me despierto.
A veces estás,
en lo más alejado de la tarde
donde la brisa se espanta
¡Estás en la coincidencia
de un viejo verso!
Me olvido de tu nombre
para no llamarte,
lástima que no estés
cuando consulto la hora
y sientas en una afiebrada plegaria
desfilar la aurora sobre las calles.
¡Eres el ropaje que el invierno aleja!