Pedro Amatista
Miembro
No, no hay culpa en los papeles
escritos con la tinta del corazón.
No, porque todo fue intencional
a tu sentir, por lo tanto no hay perdón.
No sientas nunca culpa por mí.
La luz que nos ilumina solo viene
con los años, y la crisálida
nunca hubiera sido mariposa
en ese entonces.
No, nunca sientas culpa por mí,
porque tengo algo de ti que llevo dentro:
una pequeña huella, una flama
que lleva tu nombre , y una poesía
descansando para verte.
No, nunca sientas culpa por mí…
porque yo conocía la verdad
de la alta montaña y de la neblina que no dijiste,
y en tu corazón lo que sentías.
Ahora entiende por favor que no hay culpa,
que nunca la hubo, y que no hay perdón
si no hay culpa.
Ahora, mírame a los ojos y dime:
¿por qué me mentiste?
o mejor:
de qué soy culpable para remediarlo?
Ahora, escúchame un momento
con el latido de tu corazón:
"Te amo, sin que lo puedas
comprender, con la belleza
de una flor y el rugido de los ríos.
Te amo, nunca para herirte,
solo para que seas feliz.
Puedo amarte de varias formas
si tu la escoges: indeleble,
inmortal, eterna, infinita.
Te amo verdaderamente,
pero nunca de una forma dañina:
con la pureza de la vida:
invaluable y sin precio.
Desde luego, lo comprendo todo;
pero quiero que entiendas
por favor... que nunca hubo culpa.
escritos con la tinta del corazón.
No, porque todo fue intencional
a tu sentir, por lo tanto no hay perdón.
No sientas nunca culpa por mí.
La luz que nos ilumina solo viene
con los años, y la crisálida
nunca hubiera sido mariposa
en ese entonces.
No, nunca sientas culpa por mí,
porque tengo algo de ti que llevo dentro:
una pequeña huella, una flama
que lleva tu nombre , y una poesía
descansando para verte.
No, nunca sientas culpa por mí…
porque yo conocía la verdad
de la alta montaña y de la neblina que no dijiste,
y en tu corazón lo que sentías.
Ahora entiende por favor que no hay culpa,
que nunca la hubo, y que no hay perdón
si no hay culpa.
Ahora, mírame a los ojos y dime:
¿por qué me mentiste?
o mejor:
de qué soy culpable para remediarlo?
Ahora, escúchame un momento
con el latido de tu corazón:
"Te amo, sin que lo puedas
comprender, con la belleza
de una flor y el rugido de los ríos.
Te amo, nunca para herirte,
solo para que seas feliz.
Puedo amarte de varias formas
si tu la escoges: indeleble,
inmortal, eterna, infinita.
Te amo verdaderamente,
pero nunca de una forma dañina:
con la pureza de la vida:
invaluable y sin precio.
Desde luego, lo comprendo todo;
pero quiero que entiendas
por favor... que nunca hubo culpa.