Jorge Toro
Miembro Conocido
Inquieto -el fiero- arenga a sus serviles
y vocifera embustes por doquiera,
derrama su ponzoña en los atriles
con una labia astuta pero huera.
Se sume en su soberbia desmedida
creyendo que este pueblo no razona
y aspira que la paz sea fallida
con su palabrería bravucona.
Detrás, sus lameculos lo secundan
creyéndole un mesías soberano
y copian como idiotas, aunque hundan
los sueños de concordia de su hermano.
Recuerda su oratoria aquellos años
de trampas, espionajes y acechanzas,
períodos de múltiples engaños
en pro de su interés y sus finanzas.
El pueblo está hastiado de una guerra
que llena de dolor sus grises vidas
y plaga de cadáveres su tierra
por culpa de estas luchas fratricidas.
Magnates, a su vez, de mala sangre
aspiran que prosigan las contiendas
pues nada importa a ellos el desangre
si blinda sus estatus y prebendas.
No más capitalistas mentirosos
con pieles de carneros inocentes,
no más anquilosados y furiosos
vendiendo tanto cieno a nuestras gentes.
No más caciques dueños de fortunas
clamando por la guerra en cada plaza,
en tanto sufre el pueblo las hambrunas
y busca con angustia alguna hogaza.
¡¡No más confrontación artera y tonta
busquemos que la paz germine… y pronta!!
y vocifera embustes por doquiera,
derrama su ponzoña en los atriles
con una labia astuta pero huera.
Se sume en su soberbia desmedida
creyendo que este pueblo no razona
y aspira que la paz sea fallida
con su palabrería bravucona.
Detrás, sus lameculos lo secundan
creyéndole un mesías soberano
y copian como idiotas, aunque hundan
los sueños de concordia de su hermano.
Recuerda su oratoria aquellos años
de trampas, espionajes y acechanzas,
períodos de múltiples engaños
en pro de su interés y sus finanzas.
El pueblo está hastiado de una guerra
que llena de dolor sus grises vidas
y plaga de cadáveres su tierra
por culpa de estas luchas fratricidas.
Magnates, a su vez, de mala sangre
aspiran que prosigan las contiendas
pues nada importa a ellos el desangre
si blinda sus estatus y prebendas.
No más capitalistas mentirosos
con pieles de carneros inocentes,
no más anquilosados y furiosos
vendiendo tanto cieno a nuestras gentes.
No más caciques dueños de fortunas
clamando por la guerra en cada plaza,
en tanto sufre el pueblo las hambrunas
y busca con angustia alguna hogaza.
¡¡No más confrontación artera y tonta
busquemos que la paz germine… y pronta!!