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Noche de secretos.



Noche de secretos.



Te he mirado tantas veces
que ya mis ojos te ven como montañas altivas,
aquellas de mis tantos años
que me sentía cautiva.
Sólo voces escuchaba de niños en libertad,
grandes deseos guardaban
en sus castos corazones.

Volaban los pastos duros sobre el ripio polvoriento.
Algún loco aventurero se asombraba
después de un camino largo
y cada tanto algún pueblo;
cada tanto un gaucho lejano
que esperaba adormecido,
envuelto sobre la nieve
a que llegara el cartero.

El caminante al oasis llegaba
sin creer lo que veía,
tanta vida, tantas flores,
tanto verde en el desierto
y en los lagos cristalinos
se desmayaba su aliento.

Sólo son pocos recuerdos,
mucho guardo en mis adentros.
Con el mate acompañaba
Mi carrusel de secretos.



Matilde Maisonnave​
 

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Noche de secretos.



Te he mirado tantas veces
que ya mis ojos te ven como montañas altivas,
aquellas de mis tantos años
que me sentía cautiva.
Sólo voces escuchaba de niños en libertad,
grandes deseos guardaban
en sus castos corazones.

Volaban los pastos duros sobre el ripio polvoriento.
Algún loco aventurero se asombraba
después de un camino largo
y cada tanto algún pueblo;
cada tanto un gaucho lejano
que esperaba adormecido,
envuelto sobre la nieve
a que llegara el cartero.

El caminante al oasis llegaba
sin creer lo que veía,
tanta vida, tantas flores,
tanto verde en el desierto
y en los lagos cristalinos
se desmayaba su aliento.

Sólo son pocos recuerdos,
mucho guardo en mis adentros.
Con el mate acompañaba
Mi carrusel de secretos.



Matilde Maisonnave​
No creo que sean pocos tus recuerdos y si lo son, tienen el peso del amor que los hacen grandes.
Saludos Matilde.
 
No creo que sean pocos tus recuerdos y si lo son, tienen el peso del amor que los hacen grandes.
Saludos Matilde.

Pocos recuerdos son los que vuelco, pero tengo muchísimos.
Cada carita de mis alumnos que no voy a olvidar nunca,
el respeto, el compañerismo y la actitud cariñosa de todos.

Fue una experiencia increíble a 1200 km. de mi Mar del Plata, en un lugar de la precordillera,
Lago Posadas, que nadie conoce.
Tenía 4 grados a mi cargo en una escuela hermosa, grande, con un comedor y cocina como
no he visto en otro lugar.

¡Muchas gracias por tu comentario mi estimado amigo Andrés!

Un abrazo.
 

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