Olimpia Era
Miembro Conocido
Nunca es tarde
Es tarde de primavera, ya muy cerca del verano.
Ella pasea pensando en todo lo que ha dejado atrás con su separación.
Paseando por ese camino flanqueado de adelfas rosadas, viendo el atardecer dorado, allá en el horizonte, ella, serna piensa y se arrepiente de no haberlo hecho antes
Ahora ve la belleza de todo lo que le rodea, siente en su interior la paz, la calma.
Esos sentimientos los había olvidado.
No se molesta ni en pensar en su exmarido, solo en ella, en cuanto tiempo ha perdido.
Como se engañaba, para no dar el paso: que si los niños, que si la soledad, tal vez solo sea una crisis..... Y así ha dejado ir pasando el tiempo, lo mejor de su vida.
Los niños se han adaptado, los ve más que antes y el tiempo que pasa con ellos, esta lleno de felicidad, confidencias y totalmente para ellos, como ha de ser una madre.
No ha de perder un minuto por compromisos sociales, por atender a un marido, que la ha tenido sola, eso sí, entre rosales.
Ahora está sola cuando quiere, le sobran invitaciones.
Cuando sale se divierte, sin tener que dar explicaciones.
¡Cuantas excusas!. ¡Cuantos engaños!.
Todo por no dar ese paso.
En el fondo de su alma, sabe que eran excusas, tal vez miedo o temor al cambio de su rutina.
No debía haber esperado tanto, se le ha olvidado amar, pues tiene una herida abierta, que le va a costar cerrar.
Aún es joven y, tal vez... alguien maravilloso, que la ame con locura, podrá hacerla feliz y no tener que estar consumiéndose en ese ardor de pasión, no regalado, pues nadie ha sabido sacar de su interior el gozo, ese salir despacio, al hacer el amor, de su verdadero yo.
Ella sigue disfrutando de su paseo y meditando.
El destino pondrá en su camino la sincronía necesaria para su vida, más plena, de momento tiene paz, esos hijos que Dios le ha dado fruto de una relación malograda, pero que hoy por hoy, won lo más importante en su vida.
Olimpia Era
Es tarde de primavera, ya muy cerca del verano.
Ella pasea pensando en todo lo que ha dejado atrás con su separación.
Paseando por ese camino flanqueado de adelfas rosadas, viendo el atardecer dorado, allá en el horizonte, ella, serna piensa y se arrepiente de no haberlo hecho antes
Ahora ve la belleza de todo lo que le rodea, siente en su interior la paz, la calma.
Esos sentimientos los había olvidado.
No se molesta ni en pensar en su exmarido, solo en ella, en cuanto tiempo ha perdido.
Como se engañaba, para no dar el paso: que si los niños, que si la soledad, tal vez solo sea una crisis..... Y así ha dejado ir pasando el tiempo, lo mejor de su vida.
Los niños se han adaptado, los ve más que antes y el tiempo que pasa con ellos, esta lleno de felicidad, confidencias y totalmente para ellos, como ha de ser una madre.
No ha de perder un minuto por compromisos sociales, por atender a un marido, que la ha tenido sola, eso sí, entre rosales.
Ahora está sola cuando quiere, le sobran invitaciones.
Cuando sale se divierte, sin tener que dar explicaciones.
¡Cuantas excusas!. ¡Cuantos engaños!.
Todo por no dar ese paso.
En el fondo de su alma, sabe que eran excusas, tal vez miedo o temor al cambio de su rutina.
No debía haber esperado tanto, se le ha olvidado amar, pues tiene una herida abierta, que le va a costar cerrar.
Aún es joven y, tal vez... alguien maravilloso, que la ame con locura, podrá hacerla feliz y no tener que estar consumiéndose en ese ardor de pasión, no regalado, pues nadie ha sabido sacar de su interior el gozo, ese salir despacio, al hacer el amor, de su verdadero yo.
Ella sigue disfrutando de su paseo y meditando.
El destino pondrá en su camino la sincronía necesaria para su vida, más plena, de momento tiene paz, esos hijos que Dios le ha dado fruto de una relación malograda, pero que hoy por hoy, won lo más importante en su vida.
Olimpia Era