Me condeno al miraros,
pues vuestros reflejos
son de otro Sol,
más poderoso que yo.
Apiadaos de mi,
ya sabéis que un lacayo,
no puede admirar princesas.
Oh Luna,
cuidad mi cabeza,
qué no hay mayor certeza
qué la que os digo:
Temo por vos,
temo por mi.
Le temo al secreto,
que queréis compartir.
Temo un dia sin luz,
sin vuestra belleza.
Temo cualquier noche,
sin lugar para el deseo.
Temo que mis sueños,
no puedan contemplaros.
Oh Luna,
Tengo tantas cosas,
que contáros y callo,
pues nunca podría ver,
vuestra belleza encerrada
en una torre,y mi cabeza,
rodando por los suelos.
,
pues vuestros reflejos
son de otro Sol,
más poderoso que yo.
Apiadaos de mi,
ya sabéis que un lacayo,
no puede admirar princesas.
Oh Luna,
cuidad mi cabeza,
qué no hay mayor certeza
qué la que os digo:
Temo por vos,
temo por mi.
Le temo al secreto,
que queréis compartir.
Temo un dia sin luz,
sin vuestra belleza.
Temo cualquier noche,
sin lugar para el deseo.
Temo que mis sueños,
no puedan contemplaros.
Oh Luna,
Tengo tantas cosas,
que contáros y callo,
pues nunca podría ver,
vuestra belleza encerrada
en una torre,y mi cabeza,
rodando por los suelos.
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