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Olor a tristeza

Aunque su rostro
era un himno a la vida
aquella niña olía a tristeza.
Sus pasos vacilantes
la hacían caer a tierra muchas veces
por la falta de alimentos,
y tras ella, unos perros
tan miserables o más que ella;
con sus ladridos
pedían algo que no podía darles.
La comida era escasa
y la poca que conseguía
en los botes de basura
era para su subsistencia,
pero su corazón era tan grande
que compartía su miseria
con los animales.
Aquella niña hambrienta,
vestida de harapos
a pesar de su corta edad
ya conocía las grandes penas
de la humanidad,
sufría callada su triste martirio:
su cama , una acera muy dura,
hojas de periódico cubrían su cuerpo
y el frío le helaba toditos sus huesos,
mientras por su lado pasaban parejas
todas bien vestidas, sin preocupaciones,
la inocente niña cerrando sus ojos
llama aquellos perros, fieles compañeros,
comparte con ellos su cama y cobija
reza una oración y le pide a Dios
que el día de mañana sea mucho mejor.




03/09/2014
Ysidro Parra_Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
 
Uff crudos versos Isidro que por desgracia
son una gran verdad en este mundo.
Triste escrito escrito maravillosamente
Un fuerte abrazo con reputación
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Aunque su rostro
era un himno a la vida
aquella niña olía a tristeza.
Sus pasos vacilantes
la hacían caer a tierra muchas veces
por la falta de alimentos,
y tras ella, unos perros
tan miserables o más que ella;
con sus ladridos
pedían algo que no podía darles.
La comida era escasa
y la poca que conseguía
en los botes de basura
era para su subsistencia,
pero su corazón era tan grande
que compartía su miseria
con los animales.
Aquella niña hambrienta,
vestida de harapos
a pesar de su corta edad
ya conocía las grandes penas
de la humanidad,
sufría callada su triste martirio:
su cama , una acera muy dura,
hojas de periódico cubrían su cuerpo
y el frío le helaba toditos sus huesos,
mientras por su lado pasaban parejas
todas bien vestidas, sin preocupaciones,
la inocente niña cerrando sus ojos
llama aquellos perros, fieles compañeros,
comparte con ellos su cama y cobija
reza una oración y le pide a Dios
que el día de mañana sea mucho mejor.




03/09/2014
Ysidro Parra_Venezuela
Reservados Derechos de Autor.

Una tristísima realidad Ysisdro,es muy doloroso ver a las personas viviendo en la miseria pero ver los niños parte el alma amigo,un hermoso poema que nos lleva sin lugar a dudas a reflexionar sobre esta injusticia a que los empuja la sociedad,es un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

Mary C. López

Miembro Conocido
Ventana a la realidad social que encontramos en nuestras calles y a la que muchas veces cerramos los ojos como si con ello se resuelve, gracias poeta nos llevas a sentir ese momento. Un saludo.
 
Ysidro, mi querido poeta, nos muestras con tu versar, una realidad social que distorsiona la realidad, haciendo creer a algunos que todo esta bien, tema fuerte, gracias por compartir. Besos mil poeta.
 
Aunque su rostro
era un himno a la vida
aquella niña olía a tristeza.
Sus pasos vacilantes
la hacían caer a tierra muchas veces
por la falta de alimentos,
y tras ella, unos perros
tan miserables o más que ella;
con sus ladridos
pedían algo que no podía darles.
La comida era escasa
y la poca que conseguía
en los botes de basura
era para su subsistencia,
pero su corazón era tan grande
que compartía su miseria
con los animales.
Aquella niña hambrienta,
vestida de harapos
a pesar de su corta edad
ya conocía las grandes penas
de la humanidad,
sufría callada su triste martirio:
su cama , una acera muy dura,
hojas de periódico cubrían su cuerpo
y el frío le helaba toditos sus huesos,
mientras por su lado pasaban parejas
todas bien vestidas, sin preocupaciones,
la inocente niña cerrando sus ojos
llama aquellos perros, fieles compañeros,
comparte con ellos su cama y cobija
reza una oración y le pide a Dios
que el día de mañana sea mucho mejor.




03/09/2014
Ysidro Parra_Venezuela
Reservados Derechos de Autor.
Hermosura de versos, un nudo atraviesa mi garganta, y solo puedo agradecerle, por compartir, esta triste verdad. Besos poeta.
 

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