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Otra noche sin dormir...

Otra noche sin dormir...
Todas sus horas despierto,
ya llega la amanecida,
¿qué pasará si me acuesto?
Pues que daré cabezadas
Y hasta, a lo mejor, me duermo.
¿Pero si no lo consigo,
Qué habré de hacer si ante el sueño
mis párpados no se cierran?
¡Pues a seguir escribiendo!
Algo más no puedo hacer,
porque trabajar no puedo.
¡Ya lo haría si pudiera!
Y lo digo muy en serio.
Porque el trabajo es salud,
dinamismo, movimiento,
señal de que sigues joven...
¡He de buscar un empleo!
¿Pero cuál si, fijo, en todos
van a decir que soy viejo?
Y lo soy, no cabe duda,
mas el corazón que tengo
no se arredra ante el peligro
y de nada siento miedo.
La espalda ya es otra cosa,
pues me duele sin remedio.
¿Iré con silla de ruedas?
Hay veces en que lo pienso.
Mas mientras pueda valerme,
mientras listo esté el cerebro,
desde mi viejo rincón
seguiré escribiendo versos.
Ya amanece, ya las luces
hay que apagar, ya es momento.
Porque, en algunos minutos,
el Sol lucirá de nuevo.
¡Cuántas noches he pasado
entre borrachos bebiendo!
Borracheras y aventuras
podría contar por cientos..
Nunca he sido un Casanova,
ni un Tenorio ni un Don Mendo,
más bien un hombre tan sólo
que supo amar en silencio.
O dando voces si quieren,
a cantar siempre dispuesto.
Y es hoy que, precisamente,
cuando mejor puedo hacerlo,
que no vibra en mi garganta
ni una romanza ni un verso.
Parece que estoy cansado,
pero el Sol no está en el cielo...
¿Puede ser que no amanezca
o habré de esperar un tiempo?
Más vale que no le espere
porque, según estoy viendo,
lo mismo tarda una hora
y está cansado mi cuerpo.
Tendré que darle descanso
para mañana, de nuevo,
seguir con igual rutina.
¡ No hay lunes para los viejos!
Tampoco martes ni viernes
y mis ojos ya están ciego.
Se me cierran, se me abren
y en mi boca hay un bostezo.
¡Vamos a la cama, niño,
que ya no es hora de juegos!
El ordenador apago,
hasta luego si lo enciendo
si Dios quiere y no me he muerto.
Ya amaneció la mañana
de un dieciséis de febrero,
la gente va a su trabajo,
es preciso el ir despiertos.

Los que lo tienen, que hay muchos
que ya quisieran tenerlo.
Es la rutina de siempre,
Madrid está en movimiento.
Hasta mañana, si acaso
todavía no me he muerto.
¡Qué contento te pondrías,
maldito ladrón ¡ No muero
porque no me da la gana!
Porque cosas que hacer tengo.
Apago ya el cigarrillo…
¡Tanto tabaco..! Ya entiendo
por qué luego no me llegan
a fin de mes los dineros.
Porque yo poco me gasto,
hoy ni siquiera ni un euro .
Y en mi caso existen muchos,
yo afirmaría que cientos.
 
Última edición:

José Luis Blázquez

JURADO - MODERADOR de los Foros de Poética Clásica
Precioso romance. Revisa este verso, por dar una sílaba de más: “Pero no está el sol en el cielo”. También, a partir del verso “el ordenador apago” se producen varias secuencias de versos pares que no riman adecuadamente: “juegos-apago-hoy-muerto”, o: “febrero-trabajo-muchos-tenerlo”.

Un abrazo.
 

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